345.00 euros son la llave para conocer la gloria, para subir al cielo y contemplar desde allí la diminuta tierra. Aún teniéndolos, puedes intentar conseguir uno, pero los Ferrari 812 Superfast caerán nuevamente en manos de privilegiados que tengan algo más que una generosa cuenta corriente. Ferrari ha seguido abriendo mercado y vende en 21 nuevos países, pero mantiene una producción a ritmo de cuentagotas. Su llegada pone el punto y final a otros de esos supercoches fabricados por Ferrari, el F12 Berlinetta y a su variante TDF, bases sobre las que Ferrari ha evolucionado el nuevo 812 Superfast aprovechando su 70 aniversario para lanzar, además, el motor de producción en serie más potente jamás fabricado en la marca —el Ferrari LaFerrari se fabricó en una pequeña serie y sus 963 CV procedían de un sistema de propulsión híbrido—. Se trata de esa misma configuración mecánica que con la que se lanzó el primer Ferrari de la historia allá en 1947, el 125 S, momento en que la marca comenzó a vender hitos y fabricar sueños.
El Ferrari 812 Superfast es el último. Se trata de una evolución natural en diferentes áreas sobre el F12 Berlinetta en la que se ha perseguido mayor radicalidad, sino superior efectividad y placer de conducción, optimizando ambas áreas para satisfacer por igual a quienes usen el 812 Superfast en carretera o rueden en circuito.
Ferrari 812 Superfast: así es su motor
Cuánta tecnología procedente de la competición podemos encontrar en un motor desarrollado por Ferrari. También la base procede del F12 Berlinetta aunque un 75 por ciento de los componentes son de nueva factura. Mantiene un ángulo entre cilindros de 65 grados pero la cilindrada aumenta de 6,3 a 6.5 litros ampliando la carrera de los cilindros desde los anteriores 75,2 a 78 mm. 6.496 centímetros cúbicos en total que proporcionan la friolera de 800 CV a pleno pulmón, porque no es que Ferrari no haya contemplado un sistema de propulsión híbrida, sino ni siquiera sobrealimentación. Tal potencial, de exquisita utilización como hemos tenido ocasión probar, se consigue a 8.500 rpm aunque si límite máximo de giro son exactamente 8.900 rpm, a las que te prometo llegas en un santiamén mientras tu espalda, riñones, pulmones y cerebro intentan buscar un punto de apoyo dentro de tu esqueleto. Gracias a ellos, el Ferrari 812 Superfast consigue acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 2,9 segundos, o en 7,9 segundos de 0 a 200 km/h. También alcanzar una velocidad máxima de 340 km/h, pero hay otra variable más importante aún bajo este nuevo motor: sus 718 Nm de par son pura seda porque más del 80 por ciento de par lo tienes en la punta de tu pie derecho a menos de tres cuartos de su capacidad e giro. Elástico por tanto como una goma, su conducción fuera de pista proporciona un agrado de uso inusual para tratarse de un motor de este tipo, cuyo temperamento, garra y fuerza da un giro radical al compás del grado de aceleración que le exijas. Cómo no, subir de régimen, cambiar de marcha y ritmo supone también disfrutar de una sinfonía mecánica y de escape realmente espectacular. Una sección viento de la orquesta compuesta por colectores 6:1 que se concentran en un pipa central más o menos a la mitad de su recorrido para dividirse de nuevo en dos líneas con sus correspondientes silenciadores capaces de reproducir una enorme gama melódica que ponen, te lo prometo, los pelos de punta.
Ferrari 812 Superfast: así va
Además del aumento de cilindrada y otras modificaciones estrictamente mecánicas como el nuevo árbol de levas, diseño de pistones o un tratamiento interior antifricción, el V12 del Ferrari 812 Superfast estrena un nuevo sistema de admisión variable con conductos que modifican su longitud mediante un sistema hidráulico, también una nueva rampa de inyección con un sofisticado sistema de inyección directa de 350 bares o nuevo sistema de pulverización del combustible en la cámara dividida en tres ciclos. Desde 2006 y en comparación con el motor del Ferrari 599, la relación entre potencia y emisiones de CO2 se ha reducido en un 34 por ciento, aspecto del que prometen estar especialmente orgullosos, anunciando ahora un consumo combinado de 14,9 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 340 g/km.
Respecto al cambio de marchas, nos encontramos de nuevo ante la transmisión F1 de doble embrague recalibrada en cuanto a relaciones de cambio, acortadas en un 6 por ciento para explotar aún más el potencial del motor, y mejorado también en cuanto a rapidez de respuesta en un 30 por ciento al subir de marcha y un 40 por ciento en reducción, mejora que se nota especialmente al bajar dos marchas de golpe sobre el mismo eje. Como el motor, su respuesta varía en función del modo seleccionado en el habitual "Manettino" ubicado en el volante, el botón mágico que modifica el "set-up" del coche, logrando transmisiones rápidas y relativamente suaves en el modo Wet o ultrarrápidas, con tirones que requieren un cuello bien en forma en el modo Race. Por encima, dos posiciones adicionales que convierten al rapidísimo pero hasta civilizado y relativamente "manejable" Ferrari 812 Superfast en un verdadero coche de carreras: CT OFF supone eliminar el control de tracción dejando que el diferencial trasero deportivo pueda trabajar en "modo mecánico", mientras que ESC OFF implica conducirlo totalmente "a pelo"; es mejor abstenerse salvo que tengas "Superlicencia".
Pero CT OFF ha sido una de las configuraciones sobre las más se ha trabajado, combinando sus reglajes con la nueva puesta a punto de la dirección las cuatro ruedas: están, sencillamente, interconectadas. Puedes hacerlo deslizar hasta con cierta naturalidad sabiendo que aún queda un eficaz control de estabilidad que pondrá las cosa en su sitio si algo falla. Respecto al F12 Berlinetta, la mejorada dirección a las ruedas traseras corre ya por su evolución 5.0 y no sólo asume parte de la excelente estabilidad, aplomo, agilidad y reactividad de este nuevo 812 Superfast, sino que también se convierte en una especie de "entrenador" de derrapaje, aplicando sobre el volante el par adecuado para mantener y controlar el sobreviraje justo con el ángulo de giro adecuado. La experiencia, sencillamente salvaje, más cuando la traseras que estás viendo por tus ventanillas laterales es la del propio coche que estás conduciendo, recordándote que estás ante una obre de arte de 345.000 euros. Aprovechar sus 800 CV sólo estará al alcance de manos muy experimentadas, pero lo cierto y verdad es que rodar rápido con él no es que sea un juego de niños, pero sí resulta relativamente fácil. La dirección es suave y precisa, el tren delantero tiene un límite altísimo y "avisa" con cierta anticipación cuando sus ruedas empiezan a no dar más de sí mientras que, a condición de llevar el control de estabilidad siempre conectado, la motricidad puede ser también extraordinaria siempre y cuando tengas un mínimo de sensibilidad en el pie derecho, sean para mantener la zaga en su sitio compara ponerla a bailar en su justa medida. Y sus frenos son también una garantía. Brembo aporta el un equipo ya montado en el Ferrari LaFerrari y optimizado para la ocasión para garantizar mejor tacto y mordiente en carretera y máxima efectividad y en circuito.
En carretera, incluso su suspensión adaptativa variable hace que el Ferrari 812 Superfast sea relativamente cómodo. Sus 800 CV están francamente bien gobernados por una electrónica que no deja escapar un sólo caballo sin, además, sentir continuas interrupciones de potencia, logrando por tanto una conducción sumamente fluida y agradable por carreteras por las que, a priori, no tenía demasiado claro si podríamos ir más de una veintena de metros recto. Igualmente, el confort del habitáculo es realmente asombroso por filtrado, para el tipo de coche que es.
Ferrari 812 Superfast: la importancia del aire
Diseñado supeditado a necesidades aerodinámicas, el 812 Superfast, como cualquier otro híper deportivo capaz de rodar a más de 300 km/h, vive del aire. El trabajo ha sido revolucionario, encaminado a conseguir un flujo térmico más eficaz —evacuar más y mejor el calor del vano motor—, mejorar el paso de aire por los bajos, minimizar el efecto de elevación y conseguir más apoyo. Parte del trabajo se esconde es su nueva "bi boca" delantera, dentro de la cual, se escoden elementos estéticos y funcionales, entre ellos, dos nuevos "flaps" o pequeños alerones activos que se abren a alta velocidad para concentrar el flujo de aire bajo el vehículo en las tres áreas principales que pueden generar presión negativa. Igualmente, máxima importancia tiene el difusor y pequeño alerón trasero, junto al paso de aire por la carrocería en las tomas ubicadas en las aletas posteriores. El resultado aerodinámico es un aumento de hasta el 30 por ciento de carga aerodinámica respecto al F12 Berlinetta. Ferrari ha vuelto a escribir una línea más en la historia del automóvil.
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