Con las nuevas generaciones del Seat Ibiza y del Ford Fiesta, podríamos decir que estamos antes dos pequeños modelos compactos, pero no sólo por una simple cuestión de medidas, también porque en términos de refinamiento, calidad o equipamiento estos nuevos Fiesta e Ibiza parecen hacer subido de categoría. No sólo son mejores coches, son también “más coche”.
En este sentido, el Seat Ibiza impone nuevas referencias. Como el también nuevo VW Polo (tanto monta, monta tanto), estos actuales utilitarios del Grupo Volkwagen se han desarrollado sobre una variante acortada (MQB A0) de la plataforma modular de sus modelos compactos. Y como ya comentamos en la prueba del Polo 1.0 TSI, de las compatibilidades y compromisos de dicha plataforma se benefician claramente los modelos pequeños, por un lado porque tienen a su disposición un banco de órganos con elementos propios de segmentos superiores, y por otro porque por mucho que se compacte la plataforma, el tamaño final será generoso. Y de una base con huella de pisada generosa (amplios anchos de vías y larga batalla), surge por naturaleza mucha calidad dinámica y tacto de coche grande.
El Seat Ibiza apenas es 2 centímetros más largo (y 4 de ancho) que el Fiesta (ambos tocan los 4,1 metros de longitud), pero la sensación a la vista y al tacto es la de ser un coche más grande. El nuevo Ibiza es un “utilitario” muy largo entre ejes y de anchos de vías (y no artificialmente de voladizos) que revierte en habitabilidad y estabilidad. Es claramente más espacioso que el Fiesta, concretamente por unas plazas traseras excelentes a lo largo, ancho y alto –si bien presenta un ancho túnel central-, incluso como para sentirse estar en un modelo compacto. En el Fiesta notas las lógicas “estrecheces” de un segmento B desde el mismo acceso, no así en las plazas delanteras, en las que te sientes prácticamente tan desahogado y privilegiado como en el Ibiza. En todo caso, los asientos del Fiesta se antojan algo pequeños, pero no para comprometer un puesto de conducción muy bien presentado. La percepción visual también hace de los Fiesta e Ibiza dos coches muy modernos y muy bien ejecutados. Ambos salpicaderos cuentan con sus respectivas pantallas centrales, integrada en el Seat y flotante en el Ford, desde las que se gobierna la gran cantidad de tecnologías disponibles.
PRESTACIONES | Ford Fiesta 1.5 TDCi 120 CV Titanium | Seat Ibiza 1.6 TDi 116 CV FR |
Acel. 0-100 km/h | 9,05 s | 9,19 s |
Acel. 0-1000 metros | 30,78 s | 30,8 s |
Sonoridad 100 km/h | 66,3 dBA | 68,1 dBA |
Sonoridad 120 km/h | 68,7 dBA | 71,8 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 70,42 m | 71,42 m |
Peso en báscula | 1.198 kg | 1.273 kg |
Seat Ibiza 1.6 TDI y Ford Fiesta 1.5 TDCi: en movimiento
En movimiento, de nuevo el Ibiza sorprende por su pisada y quietud de reacciones, propio de coches más grandes, al margen de lo que también pueda influir la puesta a punto de esta deportiva versión FR. El Ibiza transmite mucha normalidad entre baches y curvas, generando mucha confianza y seguridad, pero no porque vaya duro y retenido de suspensión/amortiguación, sino por su amplia huella de pisada. Y esto en coches “pequeños” a velocidades altas lo agradeces mucho. El Fiesta es un coche más vivo… más ágil y ratonero, de reacciones de coche más pequeño, también inducido por una dirección más rápida y un tren delantero que geométricamente lo sientes más incisivo. Y en este caso, llegas a estas percepciones incluso con el acabado Titanium del Fiesta probado, con puesta a punto y configuración de chasis más confortable que el acabado ST Line, que con llantas de 17 pulgadas y suspensiones más firmes y 1,5 cm más cortas se equipararía a las especificaciones del Ibiza FR. En cualquier caso, en el Fiesta vives con más intensidad el paso por curva, cuando con el Ibiza el mismo punto no te parecerá que fuera para tanto. Pero si la categoría de “más coche” le viene al Ibiza por su asentamiento sobre la carretera, el Fiesta se lo gana por su excelente refinamiento. Mecánicamente, el Ford resulta un coche más exquisito y muy bien filtrado, de tacto general más premium que el Ibiza. Y con esa agilidad antes comentada, resulta muy estimulante y agradable de conducir... que no más eficaz que el inquebrantable Ibiza.
CONSUMOS | Ford Fiesta 1.5 TDCi 120 CV Titanium | Seat Ibiza 1.6 TDi 116 CV FR |
Consumo en ciudad | 5,4 l/100 km | 5,4 l/100 km |
Consumo en carretera | 4,8 l/100 km | 4,9 l/100 km |
Consumo medio | 5,0 l/100 km | 5,1 l/100 km |
Seat Ibiza y Ford Fiesta: sus motores Diesel
Desde el punto de vista mecánico, el nuevo motor 1.5 TDCi de 120 CV del Ford Fiesta se siente de puertas hacia dentro como una de las mecánicas Diesel más refinadas o directamente la que más en esta categoría de coches. En la prueba individual del Ibiza nos sorprendió lo mucho que aportó en calidad de producto el motor 1.6 TDi de 116 CV de 4 cilindros como sustituto del anterior 1.4 TDi tricilíndrico del Ibiza antiguo, pero entre ambos tetracilíndricos, el TDCi de Ford resulta más agradable y convincente prácticamente en todos los aspectos. Más fino, silencioso y filtrado del habitáculo, el 1.5 TDCi de 2 válvulas por cilindro del Ford tiene un bajo régimen más voluntarioso que el 1.6 TDI del Seat. No sólo parece una cuestión de respuesta propia del motor, también lo es por unos desarrollos de cambio más cortos en sus 6 velocidades. El 1.6 TDI no es malo, no es un motor con un bajo régimen dubitativo, el problema lo tiene en un rival que resulta muy bueno. Con potencias similares, ambos aceleran por igual y se sienten rápidos y resolutivos en carreteras de todo tipo, pero en los cambios de ritmo el Fiesta es mucho más despreocupado con el cambio y rápido de reflejos. En 6ª (y en el resto de velocidades) se muestra claramente más rápido en cualquier maniobra de recuperación y no por ir más corto de desarrollo contamina con una mayor rumosoridad el habitáculo. También el Ford se muestra mínimamente más parco en consumos, aunque son extraordinarios ambos en cualquier caso. Sólo el Ibiza cuenta con un sistema de limpieza de gases por aditivo con su correspondiente depósito, del que hay que estar pendiente (exige rellenarlo cada 5.000 km, aproximadamente) que no es necesario en el Fiesta.
ESPACIO | Ford Fiesta 1.5 TDCi 120 CV Titanium | Seat Ibiza 1.6 TDi 116 CV FR |
Anchura delantera | 135 cm | 139 cm |
Anchura trasera | 126 cm | 132 cm |
Altura delantera | 94/99 cm | 93/99 cm |
Altura trasera | 86 cm | 94 cm |
Espacio para piernas | 66 cm | 72 cm |
Maletero | 320 litros | 330 litros |
Seat Ibiza y Ford Fiesta: equipamiento
Ambos se aprovechan de la más moderna tecnología del momento… heredada de segmentos superiores. Pueden equipar elementos como el control de crucero con función de frenado, la cámara de visión trasera, el detector de fatiga del conductor o el acceso y arranque sin llave. Por su parte, el Fiesta ofrece la posibilidad de incorporar el aparcamiento asistido, el asistente de mantenimiento de carril, el cambio automático de luces y el asistente de tráfico cruzando por detrás al maniobrar. Con todo ello, resulta entonces difícil asimilar sus precios, que en parte Ford suaviza con un importante descuento promocional, pero no es menos cierto que en términos de seguridad, sensaciones de conducción, equipamiento o percepción de calidad, Fiesta e Ibiza ofrecen valores de “utilitarios” de una categoría superior, más aún estas capaces versiones Diesel.
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