Esta última versión mecánica del Kuga se adapta al fin y al cabo al papel de berlina al que la gran mayoría de usuarios destinan a los SUV. Para esos usuarios, sin el "innecesario" lastre que supone por peso y fricciones la tracción integral, el Kuga con 120 CV se equilibra, en cierto modo, mecánicamente. Y si es cierto que no será una versión que la sientas despreocupadamente rápida, tampoco inframotorizada y sí muy agradable por cuánto y cómo empuja su motor y conservando la alta percepción de calidad mecánica y dinámica que transmite todo Kuga.
En todo caso, es interesante comentar la propuesta técnica tomada. En plena revolución "downsizing" y con Ford como uno de los estandartes de esta estrategia técnica, no ha contado con el moderno bloque 1.5 TDCi 120 CV que montarán Focus y Mondeo. Por esta vez, han decidido "capar" al gran bloque 2.0 TDCI de 150 CV, seguro que atendiendo a otros "buenos argumentos". En cualquier caso, no parece nada mala la opción. Supuestamente peso y consumos serán argumentos del nuevo 1.5 TDCI, pero eso es algo que habría que ver y cuantificar en este gran Kuga.
Mientras tanto, este 2.0 TDCi garantiza una muy buena entrega de par a muy bajo régimen, que marca su buen carácter frente a los 1.7 CRDi de 115 CV y especialmente el 1.6 dCi de 130 CV de los más compactos y ligeros ix35 y Qashqai respectivamente. El más grande y pesado Kuga tiene inicialmente el mismo buen rodar que sus rivales e incluso se siente más despreocupado en el uso urbano a muy bajo régimen, donde el potente 1.6 dCi del Qashqai tiene unas primeras vueltas muy pobres. A continuación, el Kuga progresa con similar solvencia, pero a medida que vamos insertando marchas pierde fuelle por la obligación de mover desarrollos de cambio claramente más largos que sus rivales y más peso. De hecho, sospecho que mueve los mismos desarrollos que la versión de 150 CV. Esto te lleva a sentir una 6ª muy poco participativa para adelantar, rodar con tráfico denso y poco amortizable en trazados sinuosos. Ahí, tanto ix35, a base de desarrollos cortos, y Qashqai, por motor y desarrollos, se sienten más ágiles de acelerador y más capacitados para improvisar cualquier maniobra.
Tamaño influyente
Esas percepciones de motor también las percibes en su dinámica. El Kuga es un compacto XL, si no directamente un SUV medio de la categoría de exquisitos productos como un Honda CRV o Mazda CX5. El tacto de su pisada te transmite ser más coche, frente a los compactos Qashqai e ix35. Estos se sienten ligeros y poco voluminosos, se conducen de forma muy sencilla y los tienes por la mano en cualquier situación. El Qashqai presenta incluso un control dinámico de su chasis con un umbral de actuación más temprano que el ESP y mediante frenadas selectivas en cada rueda, intenta corregir la trazada, así como el balanceo y el cabeceo de carrocería. Sobre todo he sentido como al descargar el eje trasero en curva al desacelerar, el Qashqai se frena y hunde de atrás para contrarrestar posibles inercias y balanceos. De esta manera consigues conducirlo también muy rápido en trazados de montaña sin aparatosidades. En autopista pisa asentado y resulta muy cómodo.
El ix35 no tiene esa puesta a punto tan afinada del Qashqai y su dirección eléctrica, como en sus rivales, se siente más artificial, pero rueda con parecida despreocupación, de coche ligero, reactivo y bien asentado. Sí puedes llegar a percibir que insinúa antes el subviraje si fuerzas mucho el paso por curva lenta, pero no te afea con ninguna mala reacción de coche alto y más pesado que un compacto al uso. Solo son criticables las distancias de frenado y posiblemente porque los neumáticos Hankook Optima de la unidad testada no son óptimos del todo.
De berlina
El Kuga tiene una pisada del coche más grande que es (longitud y batalla), que te lleva a sentirlo más coche y más SUV. En este sentido, sientes que trabaja con una suspensión más flexible. En conjunto, notas que pisa mejor filtrado, pero no menos aplomado. Seguramente su dirección sea la más directa, como también tiende a marcar el balanceo de la carrocería algo más. Pero apoya y gira muy bien y solo en ocasiones sientes que las actuaciones de su ESP surgen o son más severas que en sus compactos y livianos rivales. En vías despejadas rueda con una calidad de marcha superior. También porque su motor gira más bajo de revoluciones... como para que a veces en 5ª no sientas la necesidad de insertar la 6ª. El tacto mecánico del Kuga también parece más cuidado: cambio, dirección, pedalier, materiales, acabados... en general, el Kuga apunta más alto.
Equilibrio familiar
Versión mecánica al margen, los tres modelos rivalizan por ofrecer en un tamaño similar, una imagen SUV, con la practicidad interior de un vehículo familiar. En este sentido, el Kuga cuida mejor algunos aspectos. Su suelo trasero es plano para acomodar mejor a un tercer pasajero detrás y también ofrece mejor acceso a esa fila rebajando el marco inferior de la puerta al mismo nivel del piso.
El ix35 se las ingenia para ofrecer el mejor espacio para las piernas, pero parece más amortizable los 500 litros de maletero del Ford (el Kuga es 14 centímetros más largo que el Qashqai y 11 que el ix-35). Entre uno y otro siempre está el Nissan, un modelo referente en este segmento y también por el equipamiento que puede disponer. El acabado Tekna Premium de esta unidad combinado con el potente motor 1.6 dCi conforman una versión intachable, con unos valores en todos los campos muy altos. El ix35 denota su veteranía en el equipamiento disponible y en un menor refinamiento general (aislamiento, materiales, tacto mecánico), lógico por otra parte cunado el nuevo Hyundai Tucson coge su relevo antes del verano. Las menores prestaciones de este Kuga no deterioran al buen modelo que en general es.