Los protagonistas tienen en común su tamaño y pretensiones, pero poco más. Empecemos por orden alfabético. Por un lado tenemos a poderoso BMW M 135i, quizá el extraterrestre de los cuatro que comparamos. Es compacto, sí, pero cuenta con propulsión y un extraordinario motor de seis cilindros con turbo y ¡320 CV! Este coche, que lleva la M tatuada en su piel a pesar de no llevar su característico autoblocante, se vende también con tracción total y cambio manual. Nuestra unidad de pruebas contaba con el automático de 8 velocidades y la propulsión... probablemente la menos efectiva de sus configuraciones para darlo todo en un circuito tan ratonero como el INTA; dispone de uno de los mejores seis cilindros en línea del mercado -para mi por rendimiento no hay otro mejor, bueno sí, el anterior con dos turbos- que le hace correr en línea recta como ninguno, pero la ausencia de diferencial autoblocante, el aquí poco obediente cambio automático -fuera de circuito no plantea dudas- y un bastidor más "burgués" le impiden sacar todo el potencial que tiene. Así y todo se defiende con dignidad en el tiempo por vuelta frente a sus rivales menos potentes pero de bastidor mucho más radical.
Su vuelta rápida ha sido la tercera, a 26 milésimas del Mégane y a 79 milésimas del primero, el Astra. No me cabe duda que en un circuito con más rectas y curvas menos cerradas, con cambio manual y tracción total, habría sido el más rápido, al menos eso me hace pensar la teoría. De todas formas entiendo el porqué BMW no ha querido radicalizar este coche, ya que con este motor, un autoblocante y un bastidor cañero no se habría hecho un compacto radical, se habría hecho un M3, y eso es intocable. Además del super motor, tiene un magnífico tren delantero, obediente y preciso. Frena bien y el bastidor asimila correctamente los cambios bruscos de apoyo o la frenada en curva, y a pesar de ello es el más exigente de todos ¿porqué? Súbete conmigo y lo entenderás.
Para llevarlo rápido siempre hay que ir una marcha más que en el resto, ya que el motor empuja desde abajo como una manada de búfalos muy enfadados, y esto es muy bueno. Se comporta como el mejor hasta el momento de abrir gas; entras de maravilla en la curva frenando hasta el límite, y eso que has llegado más rápido que con ninguno, metes dirección y enseguida el morro va donde le pides sin que la trasera se desmadre. En este momento eres feliz ¿a que sí? Aguantas la entrada con precisión, ves la "línea recta" que hay entre el vértice interior y el exterior, das gas y... todo se estropea. Estamos conduciendo al límite ¡no se puede perder tiempo! En ese punto el grandioso par se desaprovecha en la rueda interior pidiendo a gritos un autoblocante que te saque deslizando pero con efectividad.
Pero dejemos de soñar y volvamos a la realidad que no hay tiempo que perder, ya que hemos abierto gas, estamos de costado y hay que salir airosos. En este punto la trasera se ha descolocado con una cruzada, corriges con el volante y el diferencial pasa casi todo el par a la rueda contraria, con lo que tienes que volver a corregir. Sales peleándote con él, pero poco a poco el 135 va avanzando -ojo que esto pasa MUY rápido- y enseguida supera a sus rivales en velocidad; el tiempo que pierde en el paso por curva lenta con respecto a Mégane y Astra lo recupera en el tramo de recta posterior. El cambio es obediente hasta que se calienta, cosa que me pasaba a las tres vueltas. Nunca había calentado esta caja en un puerto de montaña, pero es que el ritmo en circuito cerrado es mucho más alto y exigente que en una carretera abierta, donde el M135i puede ser demoledor.
No te quedes con mala sensación tras leer esto, ya que el coche es muy bueno y a mi particularmente me encanta. Su "problema" es que tiene demasiado motor para intentar ir al límite sin autoblocante aunque ¿cuántas veces en tu vida vas a intentar repetir esto? Piensa en él como un cochazo para diario y olvídate de tandas; y si lo vas a hacer, mejor manual.