La denominación Continental siempre ha significado algo especial y atractivo en la gama Bentley desde los años 50', no siempre referido a modelos de sólo dos puertas, pero sí con una estética muy característica y buenas dosis de deportividad. Y cuando el grupo VW replanteó la marca en 2000 –ya desligada de Rolls-Royce tras 70 años de trayectoria conjunta- y modernizó su factoría británica en Crewe, los nuevos Continental GT, primero en coupé y luego también como cabriolet GTC, estuvieron llamados a ser protagonistas de la nueva etapa desde el primer momento.
En la actualidad, Bentley tiene una presencia en el mercado y un volumen de producción a los que nunca se acercó en sus tiempos míticos; ni siquiera la prolongada crisis ha doblegado ese éxito. Y los Continental GT y GTC representan la mitad de esas ventas situadas en torno a las 10.000 unidades anuales. Los Bentley ahora rejuvenecidos (entre 199.000 y 247.000 euros en carrocería coupé, y entre 219.000 y 271.000 como Convertible) muestran numerosos detalles estéticos nuevos, como la parrilla delantera más compacta, nuevos paragolpes y sus entradas de aire, las aletas reperfiladas o los detalles cromados adicionales. También es nuevo el paragolpes posterior y el difusor aerodinámico de la zaga en las variantes V8 S y GT Speed, de 528 y 635 CV, respectivamente. Pero los trazos básicos que llamaron la atención en los ’50 (línea de techo y zaga descendente tipo fast-back, aletas delanteras y traseras características en sus proporciones) siguen ahí, recordando al icono Bentley de siempre y garantizando su aceptación entre un público distinguido pero ya no tan minoritario. Las versiones Convertible, con capota automática de impresionante ajuste y su volumen de equipajes reducido a 260 dm3, cuestan unos 28.000 € más, a igualdad de mecánica y dotación. También aumentan el peso en 170 kg.
En el suntuoso interior, donde todo se elabora artesanalmente, impera el clasicismo, confort y lujo. Los mandos incluyen levas más grandes y moleteadas para la inserción manual de las marchas, las cuatro butacas en piel llevan un peculiar listado longitudinal, y el habitáculo se ilumina con LEDs. Hay todo un mundo de opciones, tonos y tapicerías especiales. El nombre Mulliner, asociado por decenios a la elaboración de los Bentley, denomina el especial revestimiento acolchado de asientos, en pequeños rombos, que llevan de serie los GT Speed. Eso sí, la función de ventilación y masaje de asientos es opcional (1.100€), así como la cámara trasera o pantalla TV (1.300 € cada uno). En el Convertible, parece casi obligado el calienta-cuellos o deflector de viento desmontable (1.100 y 600 €).
No menos de 500 CV
En cuanto a su mecánica optimizada, los Continental V8 y V8 S siguen llevando sus potentes y elásticos biturbo de 507/528 CV, o bien el W12 doble compresor de 6 litros y 590/635 CV de los GT y GT Speed. En todos los casos, servidos por un cambio automático ZF de 8 marchas de muy largos desarrollos, y con una tracción integral de reparto de par variable entre los ejes, pero con reglaje inicial de 40/60 por ciento delante/detrás. Además, la suspensión incorpora amortiguación adaptable continua –con 4 reglajes seleccionables bien diferenciados- y control neumático de nivel. La dirección, con clásica asistencia hidráulica, es de cremallera y con 2,7 vueltas de volante. Como los coches no bajan de las 2,3 toneladas en el mejor de los casos, los frenos están bien dimensionados, superando los delanteros los 400 mm de diámetro. Opcionalmente (14.700 €) pueden ser carbo-cerámicos con perforaciones transversales y enorme diámetro -420 y 356 mm- además de vistosas pinzas visibles.
El contacto con estos Bentley, en la zona de fiordos noruegos, brindaba un paisaje espectacular, pero ninguna vía rápida donde estos coches pudieran ‘expresarse’ de acuerdo con un carácter de Gran Turismo. Porque las carreteras estrechas y viradas no son el terreno de preferencia para unos modelos de este peso y envergadura. Lo que no quita para subrayar el confort y aplomo de su comportamiento, aunque el tacto un tanto pastoso de la dirección no ayudaba especialmente a las trayectorias limpias ‘de una vez’. La continuidad de la saga Continental parece, en todo caso, bien asegurada. Son vehículos para no pasar desapercibido, y no sólo por los llamativos colores de su lista opcional. La tradición sigue caracterizando a estos coupés y cabrios que ostentan la B alada.
Motor |
8 cil. en V, delantero longitudinal |
Cilindrada y cotas |
3.993 cm3 - 84,5 X 9 mm |
Distribución |
Variable, 4 árboles de levas en cabeza |
Alimentación |
Inyección directa de gasolina, doble turbo |
Compresión |
9,3:1 |
Potencia máxima |
507 CV a 6.000 rpm |
Par máximo |
67,3 mkg a 1.700 rpm |
Transmisión |
Tracción integral. Cambio automático de 8 marchas |
Embrague |
Convertidor hidráulico |
Susp. delantera |
Triángulos superpuestos |
Susp. trasera |
Multibrazo |
Frenos delanteros |
Discos ventilados de 405 mm |
Frenos traseros |
Discos ventilados de 335 mm |
Dirección |
Cremallera de asistencia hidráulica |
Neumáticos |
275/40 R20 - opc 275/35 R21 |
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|
Largoxanchoxalto |
481 X223 X 140 cm |
Batalla y vías |
275 y 166/166 cm |
Peso oficial |
2.295 kg |
Depósito comb. |
90 litros |
Maletero |
358 l |
Velocidad máx. |
303 km/h |
Aceleración 0-100 km/h |
4,8 s. |
Consumo urb. / extrurb. / mixto |
15,4 / 7,7 / 10,5 l/100 km |
CO2 |
246 g/km |