Se anuncian –una vez más- ambiciosos planes para Alfa Romeo y su futura gama de modelos, dentro de un futuro relanzamiento global de la marca. Mientras eso se materializa (¿comenzando por un nuevo Giulia?), el Giulietta sigue llevando el peso de la presencia de la marca en el mercado, con el pequeño Mito en un papel casi testimonial. Sin embargo, las renovadas versiones Quadrifoglio Verde de los dos modelos deben responder razonablemente a las expectativas de los incondicionales de Alfa.
Eso es así especialmente en el Giulietta QV, que sólo tiene por encima suyo al sugestivo biplaza 4C. Precisamente, el Giulietta QV sigue al 4C en lo tocante a la puesta al día de su mecánica. El motor sigue siendo el de 1.742 cc turbocomprimido, pero ahora con bloque de aluminio y su rendimiento afinado en potencia y economía de consumo/emisiones, ya que responde a la norma Euro6. A su elasticidad contribuye una distribución con variación continua de fase en admisión y escape.
La otra gran novedad mecánica, igualmente presente en el 4C, es el cambio pilotado tipo TCT con dos embragues secos y seis marchas. Como sucede en el motor –que en programación normal rinde un par máximo de ‘sólo’ 30,5 mkg- el dispositivo DNA regulador de varios parámetros afecta también al funcionamiento en automático de este cambio y los puntos de inserción de marcha. En general, la programación del automatismo es adecuada y agradable, tanto en programa Normal del DNA como en Dynamic, atendiendo en cada caso al perfil buscado. No parece responder muy rápido el TCT en bruscas reducciones de marcha por kick-down (pisotón a fondo del acelerador), de forma que es agradable y útil disponer en todo momento de la posibilidad de insertar manualmente marchas con las levas situadas en el volante. Además, el TCT trae consigo el dispositivo Launch Control, con el que pueden optimizarse las aceleraciones desde 0 a base de pisar el freno con el pie izquierdo, ganar régimen-motor (hasta, digamos, unas 3.700 rpm) y convertir al coche en un pequeño obús al soltar el pedal de freno. La cifra de aceleración de 6,0 s. en el 0-100 responde a este método.
Más allá de estas prácticas casi rituales para alfistas y otros aficionados a lo deportivo, el Giulietta resulta un agradable compañero en conducción dinámica... y también en uso más moderado. El confort de suspensión obviamente no es el de un compacto al uso, pero admite un uso cotidiano sin grandes incomodidades. La habitabilidad para 4 plazas y un maletero de volumen útil digno también sugieren posibilidades casi familiares.
A partir de la aparición de este QV renovado, se retoca también la gama en conjunto, con disponibilidad de nuevos equipamientos. Incluso los elementos visuales distintivos del QV y sus asientos en piel se ofrecen para las otras versiones en un kit denominado QV Line (unos 2.700€). El Giulietta QV, a su vez, tendrá una variante especial (limitada a 999 unidades) Launch Edition (1.500€ más) con detalles exteriores en efecto carbono, llantas específicas, navegación en su pantalla de 6,5”, sonido HiFi Bose y color gris mate exclusivo. El Giulietta QV ‘normal’ (30.990€) ha ganado en prestancia exterior e interior. Su equipamiento incluye un sistema Uconnect con pantalla de 5”, unos asientos tapizados en piel y Alcantara y muchos otros detalles visuales.
Motor |
4 cil. en línea, delantero transversal |
Cilindrada y cotas |
1.742 cm3 - 83,0 x 80,5 mm |
Potencia máxima |
240 CV a 5.750 rpm |
Par máximo |
34,6 mkg a 2.000 rpm |
Velocidad máx. |
244 km/h |
Acel. 0-100 km/h |
6,0 s (con Launch Control) |
Consumo urb. / extraurb. / mixto |
9,8/5,3/7,0 l/100 km |
CO2 |
162 g/km |
Alfa Romeo Mito QV
También el pequeño de Alfa recibe una buena puesta al día mecánica, visual y de equipamiento en su versión más deportiva Quadrifoglio Verde (21.400€). El motor 1.4 Turbo MultiAir sigue rindiendo 170 CV pero ahora muestra mejores emisiones y se combina con un cambio pilotado TCT de 6 marchas con levas de accionamiento manual en el volante. Por otro lado, la suspensión adaptativa, cuya dureza puede regularse con el dispositivo DNA, es de serie. El DNA también regula, según sus programas Dynamic o Normal, el funcionamiento de la dirección eléctrica y el del propio automatismo del cambio TCT.