Huele a tormenta… y se oye venir a lo lejos. Son estruendos graves, muy profundos. Unos, los del Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde, suenan ya a media carga, cuando cerca de las 2.500 vueltas y hasta 1.000 más tarde, sientes que sopla ya el turbo a plena corriente. Otros, los del nuevo Ford Focus ST, retumban aún más roncos incluso cuando alcanzas sus 6.500 rpm de corte, pronosticando incluso un mayor vendaval. La tempestad ya está aquí… y no hace falta advertir que también se ve llegar. Dos llamativas y coloridas carrocerías, con faldones, alerones, dobles escapes e incluso con detalles en carbono específicos, nublan de pronto todo el paisaje. Y amenazan con descargar.
No hay muchas marcas en realidad con el peso emocional de Alfa Romeo y Ford. La primera, por historia y tradición, pero también por valentía, atreviéndose hoy incluso a poner en el mercado un súper deportivo Alfa 4C de fibra de carbono, un mini Ferrari sin otra concesión que no sea la estricta pureza dinámica. Ahora, este atronador Giulietta QV que ya nos abre la puerta llega con la última evolución del motor 1.750 TBI estrenado por el propio biplaza, ya con bloque de aluminio; la segunda, Ford, por la agilidad que imprime a todo su producto, apostando hoy incluso por recuperar en Europa el Ford Mustang o anunciar para 2016 un Ford Focus RS que, con 350 CV, será el compacto más potente… sólo tras exclusivos Mercedes-AMG A 45 (381 CV) y Audi RS3 (367 CV): ambos, eso sí, con tracción total. Mientras tanto, por debajo y a sólo un pasito de un buen grupo de nuevos compactos “R” (vemos ya desde Seat León Cupra a Honda Civic Type R o Renault Mégane RS), este nuevo y ensordecedor Ford Focus ST nos recibe ya arrancado, de vuelta tras ser llamado a evolución por los técnicos de Ford RS Team para convertirlo, de momento, en el Focus más extremo. Con 250 CV y tracción delantera, como la de los 240 CV que luce ya un Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde cuyo nombre evoca a competición y que remonta su origen a 1932 cuando el piloto Ugo Sivocci lo grabó como amuleto en carrera, ninguno pasa desde luego por ser un GTI convencional.
Velocidad en Alfa Giulietta QV y Ford Focus ST
Es algo que ya sientes nada más subirte: indicadores de presión del turbo, pedales de aluminio, volantes achatados y, por supuesto, semi-baquets con inscripciones. Dos “cockpits” muy estimulantes, donde el Ford Focus ST, eso sí, impone de inicio más adrenalina en forma de asiento Recaro más envolvente, duro, con mejor sujeción… e incomodidad de acceso. Es lo que tiene un ambiente rácing. Y nos lo pedirá, porque para vivir una tormenta en toda su intensidad, nada mejor que subir a la montaña. Tramos con piso roto, calzadas estrechas entre vegetación, curvas rápidas sin arcén, “paellas” vertiginosas… Aquí no habrá excusas.
Pie a fondo y primera sacudida: seguimos hablando del Ford Focus ST. No sólo tiene un tacto más directo, más sensible al golpe de acelerador, sino que su motor 2.0 turbo es también más explosivo. Con un 20 por ciento más de par máximo que su rival, pero, lo mejor, con incluso un 35% más hasta 2.000 rpm, impresiona, asociado sólo además a un cambio manual bastante cerrado. Deportivo de vieja escuela, pero, en el fondo, no necesariamente más rápido. De hecho, nunca un Ford Focus ST fue el más veloz de su clase, y su motor Ecoboost hoy no cambia: lo suyo son más las sensaciones. Momento que el Giulietta aprovecha para enseñar armas.
Aunque este Alfa Romeo Quadrifoglio Verde deja sentir menor cilindrada con un más débil bajo régimen, sus mejoras de escape y admisión, y la asociación ya indisoluble al cambio automático TCT de doble embrague y 6 marchas con Launch Control, le otorgan una respuesta más elástica en medio y alto régimen (gusta más estirarlo) y le hacen más rápido en la arrancada. Quizá sea un hándicap para los puristas de la conducción, pero este Alfa Giulietta gana así un mínimo de medio segundo más de velocidad. Algo que consigue también gracias a su potenciada entrega en banco.
Ante un Ford Focus ST alejado por 10 CV de su cifra oficial, el Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde a cambio rinde 15 CV más, lo que, unido también a casi 20 kg menos, mejoran su relación peso/potencia: ya por debajo de 6 kg/CV para sacar un primer cuerpo al ST. Ninguno en todo caso es ni mucho menos lento, corriendo casi como un 50 kg más ligero y velocísimo Volkswagen Golf GTI Performance de 230 CV y muy cerca hasta de más potentes Seat León Cupra o Renault Mégane RS, ambos con 265 CV. Llegando ambos así como balas a final de recta, Alfa encara pues un poco antes las curvas.
Sin cambios esta vez de bastidor (sigue más firme y con carrocería rebajada hasta 15 mm ante cualquier otro Alfa Giulietta), este Quadrifoglio Verde se muestra además muy dócil. La dirección se mueve ligera, apenas balancea y sus reacciones son suaves incluso al límite, marcado siempre por un tren delantero de predominio absoluto: un rayo. Una, dos, tres enlazadas… y parece que el temporal amaina. O no. ¿Dónde está el Ford Focus?
Comportamiento en Alfa Giulietta QV y Ford Focus ST
A más exigencia, mejor respuesta de un nuevo Ford Focus ST que, por momentos, se ha convertido en trueno. Ha bastado una sola curva cerrada para que ruede ya por delante. Con nuevos muelles delanteros y soportes de motor, cuatro amortiguadores “más deportivos” según Ford, una dirección más rápida, y un ESP y un sistema Torque Vectoring de reparto de par más efectivo, si ya de motor era más temperamental, ni qué decir de comportamiento. Cierto que en curvas rápidas sin escapatoria a la vista puede ya incluso resultar algo inquieto y aparatoso, con una carrocería que se mueve y un tren delantero que parece ir “husmeando” la trazada, pero dale confianza.
Acelera, frena, marca el giro y da gas a fondo con el nuevo Ford Focus ST. Muy ágil, transmite mucho más sus impulsos, con un tren delantero rapidísimo y ante todo con una trasera que, lejos de ir anclada como en el Alfa Giulietta, es muy receptiva al cambio de apoyo. Más suelta que cualquier GTI actual e incluso que muchos compactos “R”, ayuda tan bien a cerrar el giro que otorga una deportividad y un placer de conducción muy difícil de ver hoy en un tracción delantera. En tiempos donde hasta un Audi RS3 parece casi aburrido, Ford se planta, muy en la línea de Renault y sus RS. Sí, porque, tampoco te asustes, aún es asumible.
Aunque emocional y más exigente, con cabeza este juguetón Ford Focus ST tampoco se desmarcará con violencia, recuperando a tiempo la compostura y con unos frenos que responde casi como un Porsche en distancias y resistencia. Y eso que Ford no presume ni de un equipo sobredimensionado, ni de pinzas Brembo de 4 pistones como las que anuncia Alfa Romeo y que, en su Quadrifoglio Verde, no cumple expectativas.
Chaparrón aquí pues el que le cae a un Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde que ni con su “manettino” DNA iguala tiempos. Algo más ágil sí se vuelve en modo Dynamic (también hay Natural y All Weather), a base de actuar sobre acelerador, cambio, dirección y, ante todo, controles electrónicos. Así logras soltar un poco más a un deportivo italiano que, en Natural, termina rápidamente paralizado a golpe de frenos e interrupciones de potencia a la mínima sospecha de pérdidas: turno para que el diferencial Q2 electrónico haga mejor su trabajo (haciendo veces de autoblocante), aunque cortando también de raíz más al final en todo caso cualquier amenaza de descontrol. Aun así, ni su cambio TCT (primer cambio de doble embrague que me gusta más por suavidad y arrancada que por velocidad de reacción en marcha), ni su motricidad, ni su puesta a punto general terminan nunca de acercarse a un Ford Focus ST muy trabajado en bastidor, donde la deportividad es de serie sin necesitad siquiera de modos extra de conducción: sólo podrás poner el ESP en deportivo o desconectarlo (algo que en semejante aparato te recomiendo sólo en circuito cerrado).
Hora de volver ya a casa “empapado” con las sensaciones y la eficacia de un Ford Focus ST muy modernizado también en equipamiento y conectividad, pero que, ya relajado, empieza a resultarme también más fatigoso: muy rebotón incluso en gran asfalto ya de autopista ante un más absorbente Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde, con peor capacidad de giro en maniobra (tiene una dirección con diferente desmultiplicación para ser más rápida al girar mucho, pero más lenta en un primer radio que otorga más estabilidad lineal en vía rápida) y con un notable mayor consumo en carretera (casi 1 l/100 km por encima del Alfa) que sólo iguala de media si ruedas bastante en ciudad gracias a un nuevo Stop/Start del que no dispone el Giulietta Quadrifoglio Verde. Y es que nadie dijo que las tormentas pudieran resultar siempre agradables… pero qué espectaculares son.
También te puede interesar
Alfa Giulietta: precios de la gama