Abarth Grande Punto vs Seat Ibiza Cupra

Excepto que uno sea un consumado volantista o piloto profesional, no cabe duda de que para disfrutar conduciendo no hay nada como un pequeño GTI. Una categoría de automóviles sumamente atractiva y al alcance de muchos donde destacan los Abarth Grande Punto y Seat Ibiza Cupra.

Abarth Grande Punto vs Seat Ibiza Cupra
Abarth Grande Punto vs Seat Ibiza Cupra

Al igual que su oponente, el Ibiza Cupra recibe muchas modificaciones en las suspensiones que, curiosamente, ofrecen un esquema bastante similar. De esta manera, se incorporan muelles y amortiguadores más enérgicos con los que se reduce además la altura de casco, silent-blocks más enérgicos, una barra estabilizadora delantera más gruesa (19 mm de diámetro en lugar de 18) y un calzado bastante generoso sobre llantas de 17 pulgadas. Generación tras generación, los Ibiza Cupra se han distinguido siempre por una puesta a punto del bastidor bastante radical con unos tarados de suspensión muy enérgicos, quizás demasiado para vehículos que se utilizan a diario. En esta ocasión los reglajes continúan siendo duros pero, afortunadamente, no tanto como en ediciones anteriores y gracias a ello el confort de marcha prácticamente no se resiente con respecto a versiones menos impetuosas del modelo. Todo un acierto, máxime si se tiene en cuenta que el comportamiento del coche es muy bueno, fácil y bastante eficaz contra el crono, como se ha podido comprobar en los distingos ejercicios que se realizan en el INTA.

El Cupra va muy aplomado a alta velocidad, mantiene muy bien la trayectoria y en curva además de sujetarse muy bien, es básicamente muy neutro de reacciones y sólo si se fuerzan mucho las cosas tiene una clara tendencia al subviraje en los giros más cerrados. El coche no plantea problemas y es fácil sacar partido a las excelencias de la mecánica en cualquier tipo de trazado. Mención especial para el potente equipo de frenos opcional firmado por AP que se puede montar en opción.

El Grande Punto Abarth SS también frena muy bien y es muy eficaz, pero su conducción es algo más exigente y no sólo por la arrolladora respuesta de la mecánica. Va mucho más duro de suspensión y apenas se inclina en curva rápida, si bien no transmite tanta confianza en los trazados más veloces dado que a la dirección eléctrica le falta precisión y obliga a continuas correcciones con el volante. Esto no ocurre en los tramos de carretera más virados, donde el deportivo italiano se encuentra en su salsa, se le puede sacar un enorme partido y mucha diversión. En estas circunstancias el tren delantero va, no obstante, excesivamente duro y tiende a rebotar a poco que el estado del firme se deteriore, lo que también repercute en el confort. No es de extrañar que las pérdidas de motricidad sean también más acusadas y el subviraje la nota dominante al límite. Sólo forzado muchos las cosas el tren trasero llega a insinuarse ligeramente en los cambios de apoyo, pero al igual que en su oponente, va muy sujeto y raramente plantea problemas.

Como se ha podido comprobar en circuito, el Abarth empata con el Cupra en eficacia, pero esto se consigue siempre a costa de mayor concentración y un superior esfuerzo a los mandos, ya que su conducción es siempre más exigente. Como ocurre en su oponente, el ESP no se puede desconectar del todo, siempre queda latente, pero afortunadamente está muy bien tarado y apenas interfiere en la conducción.

Salvo que uno se conforme con el Abarth Grande Punto sin el Kit SS –se puede ahorrar en torno a 6.000 €-, el precio no será lo que de incline la balanza de un lado a otro. No cabe duda de que son dos coches que se compran por capricho y en este sentido la estética es un factor muy importante. En este capítulo los dos ofrecen muchos atractivos, pero el modelo italiano puede que resulte algo más exclusivo y sugerente, entre otras cosas, porque su difusión será mucho menor, dado que sólo se comercializa a través de la exigua red Abarth. El modelo italiano será también el favorito de la clientela más radical, amante de la competición, las sensaciones fuertes y aquellos que se dejen seducir por el retorno de una marca mítica.

Ahora bien, para la mayoría el Ibiza Cupra será la opción más adecuada, ya que se trata de un vehículo de superior calidad, más avanzado desde el punto de vista técnico, y también más cómodo y agradable de utilizar y que dará muchas satisfacciones en el plano dinámico. No sólo es rápido y eficaz; también es divertido de conducir.

Conceptos similares
Al igual que su oponente, el Ibiza Cupra recibe muchas modificaciones en las suspensiones que, curiosamente, ofrecen un esquema bastante similar. De esta manera, se incorporan muelles y amortiguadores más enérgicos con los que se reduce además la altura de casco, silent-blocks más enérgicos, una barra estabilizadora delantera más gruesa (19 mm de diámetro en lugar de 18) y un calzado bastante generoso sobre llantas de 17 pulgadas. Generación tras generación, los Ibiza Cupra se han distinguido siempre por una puesta a punto del bastidor bastante radical con unos tarados de suspensión muy enérgicos, quizás demasiado para vehículos que se utilizan a diario. En esta ocasión los reglajes continúan siendo duros pero, afortunadamente, no tanto como en ediciones anteriores y gracias a ello el confort de marcha prácticamente no se resiente con respecto a versiones menos impetuosas del modelo. Todo un acierto, máxime si se tiene en cuenta que el comportamiento del coche es muy bueno, fácil y bastante eficaz contra el crono, como se ha podido comprobar en los distingos ejercicios que se realizan en el INTA.

El Cupra va muy aplomado a alta velocidad, mantiene muy bien la trayectoria y en curva además de sujetarse muy bien, es básicamente muy neutro de reacciones y sólo si se fuerzan mucho las cosas tiene una clara tendencia al subviraje en los giros más cerrados. El coche no plantea problemas y es fácil sacar partido a las excelencias de la mecánica en cualquier tipo de trazado. Mención especial para el potente equipo de frenos opcional firmado por AP que se puede montar en opción.

El Grande Punto Abarth SS también frena muy bien y es muy eficaz, pero su conducción es algo más exigente y no sólo por la arrolladora respuesta de la mecánica. Va mucho más duro de suspensión y apenas se inclina en curva rápida, si bien no transmite tanta confianza en los trazados más veloces dado que a la dirección eléctrica le falta precisión y obliga a continuas correcciones con el volante. Esto no ocurre en los tramos de carretera más virados, donde el deportivo italiano se encuentra en su salsa, se le puede sacar un enorme partido y mucha diversión. En estas circunstancias el tren delantero va, no obstante, excesivamente duro y tiende a rebotar a poco que el estado del firme se deteriore, lo que también repercute en el confort. No es de extrañar que las pérdidas de motricidad sean también más acusadas y el subviraje la nota dominante al límite. Sólo forzado muchos las cosas el tren trasero llega a insinuarse ligeramente en los cambios de apoyo, pero al igual que en su oponente, va muy sujeto y raramente plantea problemas.

Como se ha podido comprobar en circuito, el Abarth empata con el Cupra en eficacia, pero esto se consigue siempre a costa de mayor concentración y un superior esfuerzo a los mandos, ya que su conducción es siempre más exigente. Como ocurre en su oponente, el ESP no se puede desconectar del todo, siempre queda latente, pero afortunadamente está muy bien tarado y apenas interfiere en la conducción.

Salvo que uno se conforme con el Abarth Grande Punto sin el Kit SS –se puede ahorrar en torno a 6.000 €-, el precio no será lo que de incline la balanza de un lado a otro. No cabe duda de que son dos coches que se compran por capricho y en este sentido la estética es un factor muy importante. En este capítulo los dos ofrecen muchos atractivos, pero el modelo italiano puede que resulte algo más exclusivo y sugerente, entre otras cosas, porque su difusión será mucho menor, dado que sólo se comercializa a través de la exigua red Abarth. El modelo italiano será también el favorito de la clientela más radical, amante de la competición, las sensaciones fuertes y aquellos que se dejen seducir por el retorno de una marca mítica.

Ahora bien, para la mayoría el Ibiza Cupra será la opción más adecuada, ya que se trata de un vehículo de superior calidad, más avanzado desde el punto de vista técnico, y también más cómodo y agradable de utilizar y que dará muchas satisfacciones en el plano dinámico. No sólo es rápido y eficaz; también es divertido de conducir.

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