A prueba el BMW 840d xDrive: un Diesel de buenas prestaciones y bajo consumo

En nuestro banco de pruebas entra el nuevo BMW 840d xDrive, un elegante gran coupé de enormes prestaciones y consumos “casi" de coche utilitario.

Lorenzo Alcocer / Fotos: Mikael Helsing

A prueba el BMW 840d xDrive: un Diesel de buenas prestaciones y bajo consumo
A prueba el BMW 840d xDrive: un Diesel de buenas prestaciones y bajo consumo

Honestamente, habría que reconocer al saliente Serie 6 como el sustituto directo y natural de aquel gran coupé de BMW del pasado siglo, pero ahora, con la recuperación del simbólico dígito original, el nuevo Serie 8 homenajea más si cabe a uno de los iconos de la historia de la marca.

El nuevo BMW Serie 8 no tiene tampoco aquellos característicos faros retráctiles, aunque sí unas ópticas láser que en modo carretera proyectan un haz de unos 600 metros de alcance. Ni tampoco ofrece un emblemático motor V12 de gasolina (sí un V8), aunque seguramente este Diesel biturbo secuencial de 6 cilindros en línea (el motor que da vida a esta versión 840d xDrive) sea el tipo de mecánica que mejor representa los 20 años transcurridos entre la despedida de la primera generación del Serie 8 y la llegada de esta segunda. La evolución tecnológica ha hecho que de aquel icónico Serie 8 E31 solo quede en este G15 apenas su espíritu de gran coupé. Pero, la transición, siendo así de radical, en realidad la materializó el Serie 6 Coupé, del que este Serie 8 toma su testigo y confirma con mayor énfasis su estatus dentro de la gama BMW como uno de sus modelos convencionales más avanzados y de mayor calidad. Se fabrica en la misma planta donde se produce la Serie 7, el buque insignia de la marca, y en consecuencia percibes ya no solo que es un deportivo soberbio, también un BMW excepcional.

A prueba el BMW 840d xDrive: un Diesel de buenas prestaciones y bajo consumo

A prueba el BMW 840d xDrive

BMW 840d xDrive: un gran coupé

Curiosamente, el Serie 8 es algo más corto que el extinto Serie 6, también milimétricamente más bajo y corto de batalla, como algo más ancho. En cualquier caso, sus 4,84 metros de longitud le dan un aspecto impresionante, no sin unos rasgos y elementos que modelan una carrocería con zonas de aluminio, magnesio y, en opción, el techo en fibra de carbono. Las puertas son proporcionales a su tamaño, inmensas, tanto que la vista 3D del coche proyectada en la pantalla central sombrea el espacio que barren las puertas al abrirlas. Sentado, tienes que esforzarte por alcanzar el asa para cerrarlas y también contorsionarte para llegar al cinturón de seguridad, anclado en el retrasado pilar central y sin brazo telescópico que te lo acerque. Ahí se acaban los “inconvenientes", si das por buenas sus casi ridículas plazas traseras y complejo acceso que hasta un Serie 4 Coupé mejora.

PRESTACIONES BMW 840d xDrive 320 CV
Acel. 0-100 km/h 4,67 s
Acel. 0-400 m 13,01 s
Acel. 0-1000 m 24,28 s
Sonoridad 120 km/h 67,2 dBA
Sonoridad 140 km/h 69,4 dBA
Frenada desde 140 km/h 71,1 m
Peso en báscula 1.901 kg

Al volante, por ergonomía, tecnología y acabados este BMW 840d xDrive resulta exquisito. Puedes ir sentado muy bajo, configurar el cuadro de relojes para priorizar la información que más demandes; especificar los sistemas de seguridad que quieres que te asistan y adecuar la respuesta del motor, transmisión y chasis según los diferentes modos de conducción predeterminados y otros dos configurables a partir de los modos ECO y Sport. Todo se puede afinar, pero siempre y en toda situación, su confort y su comportamiento resultan irreprochables. Es lo menos que puedes esperar de una base que cuenta de serie con tracción xDrive, dirección también integral y amortiguación activa, y que además puede montar autoblocante trasero activo (como en la unidad probada).

ESPACIO BMW 840d xDrive 320 CV
Anchura delantera 145 cm
Anchura trasera 109 cm
Altura delantera 90/97 cm
Altura trasera 83 cm
Espacio para piernas 58 cm
Maletero 515 litros

BMW 840d xDrive: deportividad de lujo

El tacto de rodadura es refinadamente deportivo, incluso con sus amortiguadores trabajando con las leyes menos permisivas y pisando sobre enormes llantas de 20 pulgadas (opcionales), que reducen el perfil del neumático a mínimos tolerables. Aun así, se siente sólido y sedoso; maniobrable y súper estable. Hasta 72 o 88 km/h, en función a los modos de conducción, la dirección trasera busca agilizar los cambios de trayectoria; a partir de ahí, estabilizar dichas maniobras. Siempre resulta rápido, pero muy natural, cómodo y efectivo. Si en esos trazados que sientes que vas muy deprisa yendo a menos de 100 km/h es sorprendentemente un deportivo sencillo y muy neutro, a poco que el trazado te lleve a no bajar de esa velocidad su capacidad para gestionar curvas te lleva a conseguir trazadas inquebrantables con una sensación de seguridad, eficacia y normalidad absolutas.

A prueba el BMW 840d xDrive: un Diesel de buenas prestaciones y bajo consumo

A prueba el BMW 840d xDrive

Nunca radicaliza sus exigencias, ni en el modo Sport **, donde su amortiguación sujeta aún más los mínimos movimientos verticales de la carrocería y la respuesta motor/cambio/tracción es más deportiva. En todo caso, los **enormes discos de freno asociados al paquete deportivo M Technic, también presente en nuestra unidad (de serie en el M850i), generan mucha mordiente apenas acaricias el pedal, provocando a veces intensos “picos" de frenada que desentonan bajo una conducción, digamos, relajada. Con sus cuatro sobredimensionados neumáticos traccionando, aun con preponderancia del eje trasero, tampoco sientes la necesidad de modular el acelerador en ninguna situación y el autoblocante posterior no parece que tenga una gran responsabilidad en que todo salga perfecto. En cualquier caso, no diría yo que la electrónica no esté continuamente tutelando nuestras acciones y las del coche, porque hasta el eje trasero puede aportar automáticamente correcciones ante subvirajes y sobrevirajes... Te crees que no ha pasado nada y vaya si han sucedido cosas. El hecho es que este 840d lo sientes enormemente eficaz, como sencillo y natural de "pilotar", equilibradísimo, y no será por falta de empuje de su motor Diesel de 320 CV, pero parece evidente que se aprovecha de un chasis que debe soportar el estrés al que sí le puede someter el M850i de 530 CV.

CONSUMOS BMW 840d xDrive 320 CV
Consumo en ciudad 7,9 l/100 km
Consumo en carretera 5,7 l/100 km
Consumo medio 6,5 l/100 km

BMW 840d xDrive: motor total

El Diesel es más exigente en otro sentido. Al margen de que este 840d sea tan potente como el originario 850i y seguro que no mucho menos prestacional que el 850 CSI de 380 CV, resulta digno en un coche así por su refinadísimo funcionamiento. Su L6 Diesel no es un exquisito V8 de gasolina, pero suena (y se siente) muy poco y bien, emulando incluso artificialmente un bramido muy sugerente. Y desde el mismo momento que lo pones en marcha, resulta agradabilísimo y no poco emocionante. Acelera una barbaridad, asistido también por el extraordinario cambio Steptronic de 8 marchas de BMW que gestiona de maravilla su entrega. Puede hacerlo girar a poco más de 1.000 rpm en marchas largas con unos recursos de re-aceleración demoledores, como aprovechar su inmenso y constante empuje llevándolo hasta 4.500. En todo su régimen operativo resulta fabuloso y de forma fácil surgen prestaciones increíbles que exigen mucha atención si decides aprovecharlas. Y cuando ves que en ruta, en condiciones normales, te hace medias de consumo de 6 litros, te preguntas si el destructivo Diesel no racionaliza también a deportivos de semejante estirpe.

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