En los últimos años, Seat lo ha puesto muy fácil para opinar positivamente de cualquiera de sus productos. El nuevo Ibiza que acaba de comenzar su andadura comercial no es excepción y, a pesar de no ser tan destacado estilísticamente como pudo ser la 3ª generación –dibujada por Walter De Silva-, destaca por combinar a la perfección un diseño sobrio pero de buen gusto, con una excelente habitabilidad interior que se acerca a algún coche del segmento C de los compactos.
En el nuevo Seat Ibiza, la ganancia más significativa se encuentra en el espacio disponible para las piernas de los ocupantes de las plazas posteriores -72 cm- y en la altura en las plazas traseras -94 cm-, puntos débiles del modelo saliente. La capacidad de maletero no llega a los 350 litros oficiales prometidos por la marca, los mismos, por cierto, que medimos en la generación saliente, aunque sus 330 litros son, junto con el Renault Clio, y con la excepción del Skoda Fabia, de los mejores de la categoría. En algo tenía que perder si tenemos en cuenta que la longitud exterior es prácticamente idéntica, ofreciendo el nuevo Ibiza una relación entre maletero y habitáculo más acertada. En cuanto a la anchura interior es, de igual manera que la altura, mayor, aunque es cierto que los paneles de las puertas son más finos y la sensación de calidad percibida es inferior con un exceso de plásticos duros sin ninguna licencia a materiales de guarnecido de mayor calidad.
Seat Ibiza 1.0 TSI 115 CV: consumo real y comportamiento
Esta versión del Seat Ibiza está motorizada por el propulsor tricilíndrico –gasolina- de 999 cm3 y 115 CV, una ligera ganancia –antes 110 CV- que no se traduce en mejores prestaciones a pesar de mantener un peso –sólo 1.135 kg- y desarrollos similares al anterior Ibiza. Dicha merma se debe a la mayor interferencia del control de tracción y a que el par motor se mantiene inalterado. En general, es un propulsor solvente para las necesidades de la mayoría de conductores que, sin llegar al refinamiento de un 4 cilindros, hace olvidar este hecho con una entrega de par inmediata por debajo de 2.000 rpm y una arrancada que no obliga a abusar innecesariamente del embrague como ocurre en algunos motores de sus rivales. El consumo obtenido en nuestro recorrido por carretera se sitúa en 5,2 l/100 km y en 6,2 l/100 km en uso urbano, casi de récord y por debajo de rivales como el Renault Clio y el Peugeot 208 con semejante nivel de potencia.
Por comportamiento, sin desmerecer a las dos últimas generaciones que ya eran notables, lo cierto es que el nuevo Seat Ibiza gana en aplomo y precisión de la dirección, con una facilidad para cambios de apoyo que roza al del Seat León de acabado básico y esquema de suspensión trasera de rueda tirada con eje torsional. Una vez más, el Ibiza tiene todos los ingredientes para convertirse en líder de ventas.
También te puede interesar
- Todos los secretos del nuevo Ibiza y de los próximos Seat
- El nuevo Seat Ibiza 2017, en vídeo
- El Seat Ibiza y el nuevo SUV Arona, con versiones de gas natural