2015 resulta un año muy importante para Renault, pues tiene previsto renovar toda su gama superior, además de incluir un nuevo SUV, el Kadjar, que llegará a finales de junio. En septiembre verá la luz el sustituto del Laguna, aunque ya no tendrá esta denominación, si bien en Renault dicen no tener todavía definido el nuevo nombre de su berlina D. A finales de año se presentará la nueva generación del Mégane, que verá su desarrollo comercial con el resto de carrocerías, incluyendo el Scénic, a lo largo de 2016. Y el cuarto modelo de este año, el primero de hecho en llegar y que estrena la plataforma CMF 1 del grupo, que también utilizarán Mégane y la berlina D, es la nueva generación del Espace.
Según Renault un crossover; pero más bien resulta una evolución de las últimas generaciones del monovolumen, una mezcla de conceptos para ofrecer un coche eminentemente funcional pero con cierta imagen SUV. La marca del rombo se reinventa teniendo en cuenta las tendencias del mercado. Cuando en 2003 se lanzó la cuarta generación del Espace, las ventas de SUV suponían tan solo un 5 por ciento del mercado, mientras la de los monovolúmenes rondaba el 15 por ciento. En la actualidad ha variado la tendencia y los SUV cubren un 25 por ciento de la demanda actual aproximadamente y sigue aumentando su importancia en el mercado. De ahí que Renault haya decidido reinventar el Espace, siempre en base a sus valores funcionales, manteniendo una habitabilidad destacada y una gran versatilidad, con soluciones novedosas en infoentretenimiento y conectividad. Una nueva categoría que puede tener su espejo en algún concepto americano pero bajo los estándares europeos.
Amplio y confortable, hasta 7 plazas
Las nuevas formas de carrocería implican una menor altura de 6 cm, si bien en longitud copia los 4,86 m del Grand Espace anterior, 20 más que la variante corta del monovolumen. ¿Cómo se manifiesta este cambio de estilo en el interior? Pues, en los dos acabados básicos, mientras no incorporemos el techo panorámico opcional, con una buena cota de altura. Pero con la incorporación del techo panorámico, de serie con el acabado Initiale Paris, el espacio se limita en las dos filas traseras para adultos que superen los 1,80 m, que rozan la cabeza, más evidente en las dos plazas exteriores de la segunda. Donde hay más espacio es en la cota longitudinal, aprovechando que con la nueva plataforma CMF 1 la distancia entre ejes crece 16 mm. Los pasajeros de la segunda fila disfrutan de bastante sitio para las rodillas, sobre todo si las banquetas se posicionan atrás del todo. Si utilizamos las dos plazas traseras, para hacerlas aprovechables dejando hueco para las rodillas, hay que desplazar casi totalmente los 16 mm de recorrido que permite la segunda fila, y eso que cuentan con más altura de asiento al suelo de lo habitual en estas plazas accesorias. Los asientos traseros ya no se desmontan como antes, operación complicada dado su peso. Ahora se abaten de forma independiente sobre el suelo para dejar una superficie enteramente plana, y para ello cuenta con el sistema One Touch. Éste permite plegar por medio de un mando eléctrico colocado en el lateral izquierdo del maletero, cada uno de los cinco asientos independientemente, o desde la pantalla del salpicadero.
El trabajo realizado para lograr el máximo confort interior en una atmósfera moderna y atractiva tiene su recompensa. La consola central flotante caracteriza el diseño del salpicadero. Se eleva sobre el piso dejando un espacio inferior para depositar objetos —con mayor altura en las versiones automáticas—, aunque su acceso, al quedar tan abajo, no es sencillo. La guantera delantera ofrece gran capacidad (20 litros) como complemento a los numerosos huecos repartidos por el habitáculo. Y sobre ella se coloca la gran pantalla de 8,7 pulgadas de serie con el sistema R-Link 2, desde donde se manejan las numerosas funciones de infoentretenimiento y parámetros del coche, muy accesible y con una gran visibilidad. La instrumentación es muy compacta, contando con una pantalla TFT configurable con el sistema Multi-Sense en sus datos y colores y se puede complementar opcionalmente con el Head-Up Display que refleja los datos principales, como la velocidad, el guiado de la navegación, la alerta en caso de superación del límite de velocidad y las ayudas a la conducción. El habitáculo se ve acompañado en la parte superior de consola y salpicadero con plásticos mullidos de excelente calidad visual. Pero los de la cintura inferior son duros y rompen la excelente sintonía lograda.
El volumen de maletero es amplio, muy amplio, con 660 litros de volumen (2.101 l con las plazas traseras plegadas) y cuenta con formas muy aprovechables, con un portón muy vertical, y con un acceso amplio y una línea de carga muy baja. El portón cuenta con mando eléctrico o apertura automática pasando el pie por la parte inferior. La rueda de repuesto es opcional —de serie de 17” en el Initiale— y se accede desde los bajos del coche.
Tres motorizaciones
La oferta de motores la constituyen dos variantes dCi de 1.6 l, con 130 CV y caja manual de 6 velocidades, o 160 CV con dos turbos y caja automática EDC de 6 relaciones —ninguna rebasa el límite de 120g/km de emisiones de CO2, lo que les asegura la exención del impuesto de matriculación en España—.
Y un nuevo 1.6 TCe de gasolina twin turbo de 200 CV, siempre asociado a una caja de cambios automática de doble embrague EDC, en este caso de siete relaciones. Motores eficientes y de buen rendimiento. No hemos conducido todavía la variante más económica, la de 130 CV, la única con cambio manual y que sobre el papel puede resultar algo justa para mover el Espace con decisión en carretera cuando vayamos cargados. Porque el dCi de 160 CV sí se muestra solvente, con una respuesta eficaz a bajo régimen y una destacada capacidad de recuperación, ayudada por la buena sintonía con el cambio EDC, declarando un consumo de sólo 4,6 l/100 km. Pero por tacto y capacidad de acelerar el motor que más nos ha gustado es el gasolina, que también se ayuda de la eficacia del cambio EDC. Es una pena que éste se maneje sólo desde la ergonómica palanca de cambios y no estén disponibles, ni como opción, las levas para el volante. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,6 s, con un consumo medio de 6,2 l/100km y 140 g/km de CO2.
El nuevo Espace estrena el sistema Multi-Sense 4Control, de serie en Initiale Paris y opcional en Zen (1.818 €), con cinco modos de conducción (Eco, Confort, Neutro, Sport y el personalizable) y que actúan sobre diferentes parámetros, incluyendo la amortiguación pilotada y las ruedas directrices, para que el conductor lo seleccione. Buen comportamiento, especialmente en el modo dinámico en el que se reducen totalmente los movimientos parásitos de la carrocería y ese ligero cabeceo en carreteras bacheadas que sí se evidencia en modo Confort. Las ruedas traseras directrices por debajo de 60 km/h (70 en modo sport) giran en un sentido en cada eje y, por encima, en el mismo sentido, variando los grados, con una amplitud máxima de 3,5 grados según el modo seleccionado.
Tres niveles de equipamiento
La gama se escalona en tres niveles de acabado, desde 29.350 euros: Life y Zen para el dCi 130 (29.350 y 32.150 €); Zen para el TCe 200 (34.450 €); y Zen e Initiale Paris para el dCi 160 (35.450 y 42.950 €), pudiéndose elegir entre nueve colores diferentes. Para completar el acabado Zen se ofrecen numerosas opciones, casi todas de serie con el Initiale Paris. Sólo la pintura metalizada o la tercera fila (991 €; 743 para los acabados Life y Zen), más los asientos calefactables en las dos primeras líneas de asientos, junto a dos paquetes especiales, se pueden adoptar como opcionales. A la venta el 22 de mayo, no todos los puntos de venta podrán comercializar las versiones Initiale Paris; únicamente las concesiones capaces de suministrar toda la experiencia asociada a la nueva firma de Renault recibirán el sello Initiale Paris.
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