Lincoln MKX

En Detroit se muestra la segunda generación del Lincoln MKX. El SUV se revoluciona a sí mismo, mostrando un nuevo diseño, junto a una avanzada tecnología y una evidente mejora mecánica.

Lincoln MKX
Lincoln MKX

Muy esperada era la presentación de la segunda generación del Lincoln MKX en el Salón del Automóvil de Detroit. Tres años después de su llegada al mercado americano, el SUV norteamericano muestra un paso de gigante en lo que a evolución se refiere: más tecnología, mecánicas más eficientes y un mejorado diseño. La mala noticia es que sólo se comercializará en el lejano continente.

La nueva línea estética de Lincoln se respira en cada arista del MKX mostrada en modelos como el MKT o MKS. El frontal, que difiere completamente de la primera generación, muestra una parrilla afilada en dos piezas enmarcada por los nuevos faros, más estilizados. También los paragolpes, los guardabarros e incluso el capó ofrecen un diseño completamente distinto al primer modelo. Mientras que quizá en los laterales es donde podemos ver al MKX nacido en 2006, la zaga exhibe también variaciones, como los renovados paragolpes y los faros, que integran tecnología LED. El conjunto se completa con unas nuevas llantas más poderosas de 18 pulgadas de serie o, de forma opcional, de 20.

Donde Lincoln ha ‘echado el resto’ ha sido en el apartado tecnológico. El sistema de navegación My Lincoln Touch es el punto fuerte del SUV, que integra una intuitiva pantalla de múltiples funciones. Éste se puede personalizar a gusto del conductor, pudiendo escogerse hasta cinco accesos directos. Además de elementos habituales como el navegador o el manos libres incluye, HD Radio, reproductor MP3 y el aclamado sistema iTunes Tagging –que permite conformar una biblioteca de favoritos e incluso identificar temas musicales que escuchamos en la radio para adquirirlos vía iTunes-.

Pero dejando de lado sus funciones lúdicas, entramos en materia de seguridad. La tecnología en el MKX también apuesta por este campo, con el avanzado detector de colisiones, que actúa en situaciones de peligro ayudando al conductor mediante la asistencia electrónica de frenada. Otra de sus virtudes es el sistema MyKey, diseñado ad hoc para conductores adolescentes. El propio coche regula límite de velocidad o de volumen de audio e incluso controla aspectos como el consumo.

Conseguir motores más eficientes, que mejoran prestaciones y potencia, pero restan consumo y emisiones es el objetivo de todos los fabricantes. En GM destacan los nuevos Ti VCT de distribución variable que ya montan varios de sus modelos. Respecto a la anterior mecánica V6 de 270 CV, la segunda generación del Lincoln MKX equipa un mejorado V6 de 3,7 litros de 310 CV. Éste puede ir asociado a un cambio automático secuencial de seis velocidades o a uno manual, también de seis relaciones. Un cuadro mecánico que consigue reducir el consumo del SUV hasta en un 15 por ciento.