En el GTA, la electrónica jugará un papel fundamental en la gestión del motor, pero también en sistemas de seguridad como los frenos ABS, el control de tracción o el control de la amortiguación. En este caso, al ser de dureza variable, permitirá modificar el aplomo del chasis o el grado de confort que llega a los ocupantes. También permitirá subir el tren delantero para evitar bordillos o superar los molestos badenes ralentizadores de áreas residenciales y otras zonas.Con la misma intención, el piloto podrá configurar desde el puesto de conducción la firmeza de la suspensión, seleccionando la posición de las barras estabilizadoras y otros parámetros. Aunque el GTA llevará un programa estándar, las posibilidades de personalización serán innumerables, ya que el conductor también podrá variar, por ejemplo, la posición del alerón trasero.Por supuesto no faltan unos potentes frenos cerámicos, con discos de 380 mm en ambos trenes y pinzas de alumino de seis bombines, que derivan de la Fórmula 1. Los neumáticos tienen una medida 265/35 delante, sobre llanta de 19 pulgadas, y son unos gigantescos 335/30 detrás, sobre llanta de 20 pulgadas. El GTA mide 4,60 m de largo, 1,98 de ancho y 1,18 de alto, con una distancia entre ejes de 2.75 m, mientras que en la báscula rondará los 1.300 kg. Además, no hay duda de que también llamará la atención por otros muchos detalles como las vanguardistas ópticas traseras, el techo panorámico de cristal, que dejará ver el imponente V10 situado en posición central longitudinal, o un sistema de apertura de puertas por huella dactilar.Tras miles de horas de estudio en los ordenadores, el GTA ya está en fase de producción y se espera que durante el próximo verano ya esté rodando por las carreteras españolas la primera versión de calle. En definitiva, un producto artesanal y pionero que, según está previsto, se pondrá a la venta en 2009 en distintas redes de distribución establecidas en Rusia, China, Emiratos Árabes y Estados Unidos, con un precio cercano al medio millón de euros.Si los Hispano Suiza y Pegaso ya dejaron su impronta en otras épocas de la historia del automovilismo deportivo, por qué no va a poder hacer lo mismo el GTA en los albores del siglo XXI. El tiempo lo dirá.
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