Definitivo: Ford Focus RS

El Focus RS tiene 300 caballos, tracción delantera y todo el espíritu de los RS de siempre. Parece una locura en estos tiempos, y lo es, obra del puñado de ingenieros que tiene a su cargo el fanático Jos Capito, el director para Europa de los “Performance Vehicles" de Ford.

Definitivo: Ford Focus RS
Definitivo: Ford Focus RS

Aquí está el Ford Focus RS. Espectacular como todos los coches de la familia RS, con o sin apellido Cosworth. Incluso cuando se trata de accesorios cosméticos, los RS llaman la atención. Vale, parece que ya no se lleva la velocidad, la potencia, la prestación. Pero si se hace, que se note. Anteriores imágenes ya revelaban claramente cómo iba a ser el Focus más deportivo, pero no se sabía que voluntariamente iban a resaltar con su color negro alerones, bocas de aire o difusor posteriores.

Dicen sus responsables que quieren que sea un coche con el que poder convivir en el día a día. Que nadie se equivoque porque si se parece un poco al anterior RS, el corazón del conductor latirá al unísono de las revoluciones del motor. El motor 2.0 del antiguo RS deja paso al cinco cilindros 2.5 que ya equipa al Ford Focus ST y diversos Volvo. Y la potencia se lleva hasta 300 caballos. Para conseguirlo, nada de tocar simplemente el turbo; se cambian los ritmos de respiración del motor con nuevos árboles de levas, alojados en una culata rediseñada y con una junta de culata reforzada. La caja de cambios será de seis velocidades, en lugar de las cinco marchas de su antecesor, pero seguirá disponiendo para pasar la potencia a sus dos ruedas delanteras un autoblocante Quaife: eficacia y deportividad garantizadas. No, que nadie tiemble: no habrá que tener apellido finlandés para dominarlo. El primer Focus RS era el colmo de la eficacia, aunque requiriese su periodo de aprendizaje, hasta comprender las reacciones sobre el volante y en la trayectoria del eficaz autoblocante. Aquí llega “Revoknuckle" para arreglarlo (ya podían haber buscado un nombre más fácil o unas siglas con tres letras, como todos). Esperamos verlo en directo, que nos lo expliquen y comprobarlo en marcha, pero dicen que permite conservar la suspensión MacPherson de siempre y minimizar los efectos sobre la dirección, al estilo de las suspensiones de pivote desacoplado de las berlinas más refinadas del mercado. Una historia a seguir. Dicen que la han desarrollado en el departamento de Investigación Avanzada de Ford en Aquisgrán (donde también se las ven, por ejemplo, con el hidrógeno y las pilas de combustible), así que si funciona bien podría extenderse a otros tracción delantera potentes.

No tiene tracción total, porque así quitan pesos, rozamientos“ y hemos conseguido un equilibrio en tracción, manejo y prestación", presumen. Ya han hecho las primeras pruebas reales y los prototipos hacen el 0-100 km/h por debajo de seis segundos. Lleva ESP de serie desconectable para su uso en circuito –“un mero dispositivo de seguridad, se ha desarrollado el coche como si no lo fuese a llevar"-, actuando sobre unos frenos generosos, de 336mm de diámetro delante y 300mm detrás. Claro que esto obliga a unas llantas de 19 pulgadas, sobre los que se montan nuemáticos 235/35. Todo el chasis, por supuesto, se ha modificado. Todo es más rígido, amortiguación, muelles, pero también han crecido la anchura de las vías, 40 mm mayores y la dirección se ha modificado para aumentar precisión y rapidez.

El interior es casi lo más anodino, salvo por la decoración bicolor que lucen los asientos y las protuberancias que lucen para sujetar el cuerpo de los usuarios. Una capilla sobre el salpicadero cobija tres relojes para vigilar la presión del turbo (suponemos, que como si hubiera tiempo) y para controlar la sangre del motor, presión y temperatura de aceite. ¿Precios? Ni hablar de ellos. Hasta que se lance a primeros de año habrá tiempo de ir ahorrando. Si no puedes hacerte con uno, consuélate con que consumirá mucho. Mira la sección de los tubos de escape. O que se lo pregunten al fotógrafo: al de la foto sólo le queda ya una autonomía de 29 km.