Seat IBX

Pero  volvamos al IBX, un SUV compacto de 4,26 metros de longitud con 1,8 metros de anchura y 1,62 m de altura.  Se mantienen las líneas maestras del frontal con una tira de luces de tipo LED y con una boca inferior más plástica y con diferente forma para alojar los hipotéticos futuros antiniebla.

En su vista lateral, destacan unas llantas de cinco radios dobles con función aerodinámica, unos pasos de rueda menos pronunciados, una maneta que se sitúa por encima de la nervatura que arranca en las ópticas delanteras –debajo en el IBE-, sólo dos puertas –en la serie será otra cosa-, retrovisores que arrancan por encima de la chapa, pilar C más robusto con forma triangular…

Detrás se vuelve a recurrir a los leds en las ópticas traseras aunque sin gran intrusión en la imagen lateral –tampoco son intrusivos los delanteros, rompiendo con las tendencias actuales de diseño-. La luneta trasera recurre a un vértice central para dar continuidad al diseño afilado que preside todo el conjunto y el paragolpes trasero acoge en su zona inferior un difusor que aprovecha lenguaje de las entradas de aire delanteras. En definitiva, un conjunto con los trazos justos para transmitir dinamismo, sin recurrir al barroquismo en sus formas, muy dinámico…

SUV compacto híbrido
Si en el IBE apostaba Seat por la electricidad pura, aquí se elige una hibridación combinando unas baterías de iones de litio que proporcionan autonomía para 45 km tras cinco horas de recarga estándar -25 minutos si apostamos por una recarga rápida de 300V- con un motor de gasolina 1.4 TSi de 121 CV -163 CV si sumamos la potencia eléctrica- y que acerca la autonomía total a 1.050 km con un consumo medio de tan sólo 2,9 l/100 km para una carrocería que se moverá en el entorno de los 1.750 kilos. Respecto al nivel de emisiones de C02, la cifra anunciada es de 70g/km.  Su velocidad máxima está limitada a 180 Km/h y anuncia un 0-100 km/h en 11,8 segundos.

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