Los coches eléctricos son ya una realidad en las carreteras de nuestro país, donde en 2017 han logrado vender el doble de unidades que el año anterior, alcanzando las 8.588 unidades. Eso sí, siguen representando un bajo porcentaje del total, apenas un 0,69 por ciento, pero su inmersión en la cultura y en la conciencia de los conductores va a más.
Las marcas apuestan cada vez más por este tipo de vehículos y los ciudadanos ven en los coches eléctricos una alternativa real para cierto tipo de desplazamientos con cero emisiones. Las ventajas por su uso, en la compra y los beneficios fiscales que presentan frente a los coches con motor Diesel y de gasolina son muchos.
Respeto al medio ambiente
En la conducción de un coche eléctrico, tenemos la seguridad de que no estamos emitiendo ni un solo gramo de gases contaminantes a la atmósfera, como el dióxido de carbono (CO2) o los óxidos de nitrógeno (NoX). La electricidad, procedente de las baterías, es el único método impulsor del coche.
Conducción silenciosa, suave e instantánea
Conducir un vehículo eléctrico es una experiencia en comparación con los de combustión interna. Desde el habitáculo apenas percibimos ningún sonido mecánico, tan sólo el aire chocando con la carrocería del coche a altas velocidades y el ruido de rodadura de los neumáticos. Además, la suavidad que transmite su conducción, unido a la aceleración instantánea y sin marchas (sólo para avanzar y la de marcha atrás), elevan las cualidades de los coches eléctricos.
Menos gastos de mantenimiento
Un coche con motor eléctrico tiene muchos menos componentes mecánicos que otro con motor de combustión interna: ni embrague, ni filtros, ni correas de distribución,… De esta manera, el ahorro que podríamos obtener en forma de gastos de mantenimiento sería de un 25 por ciento con un coche eléctrico a igualdad de potencia y cubriendo una vida útil de unos 200.000 kilómetros.
Coste por kilómetro inferior
La eficiencia de un motor eléctrico es muy superior a otro de combustión interna: 90 por ciento de una mecánica eléctrica frente al 30 por ciento de otra convencional. A esto súmale que el coste que supone recorrer 100 kilómetros es muy inferior en un coche eléctrico: menos de la mitad respecto a un coche Diesel o gasolina.
Eso sí, siempre habrá que contar con las diferentes variables para hablar del coste por kilómetro de un coche eléctrico y del coste de recarga: siempre variará en función del tamaño de la batería del coche, el punto y la hora de recarga (recarga doméstica, horas valle, etc.), la tarifa de electricidad escogida, el término de potencia…
Aparcamiento y acceso a ciudades en condiciones especiales
En ciudades como Madrid, por ejemplo, los vehículos cien por cien eléctricos no pagan por aparcar en la calle. El ahorro al año puede ser considerable si eres de los que utiliza la zona azul y/o verde con frecuencia. Además, en los episodios de alta contaminación en las ciudades en los que se restringe el tráfico en las zonas centro, los coches eléctricos pueden acceder sin ningún tipo de restricción, al estar libre de emisiones.
Beneficios fiscales y económicos
Tener un coche eléctrico supone no pagar Impuesto de Matriculación y poder ahorrarte hasta un 75 por ciento en el Impuesto de Circulación, gracias a las bonificaciones que aplican algunos ayuntamientos dependiendo del motor, el combustible utilizado y su impacto sobre el medioambiente. Por otro lado, ayudas estatales como fueron el programa MOVEA y el plan MOVALT (del mismo 2017) dieron un impulso importante a la compra de coches eléctricos y a la instalación de infraestructuras de recarga. Algunas Comunidades Autónomas también contribuyen con algunas ayudas.
Algunas desventajas de los coches eléctricos
Para la mayoría de los inconvenientes que traen consigo los coches eléctricos, es cuestión de tiempo de que lleguen sus respectivas soluciones. Por ejemplo, la escasez de puntos de recarga para este tipo de vehículos: en la actualidad, eso sí, existen en España más de 2.500 puntos donde enchufarlos, concentrados mayoritariamente en Cataluña, Madrid, Valencia o Mallorca.
Otras limitaciones que encontramos están en la autonomía y los tiempos de recarga de las baterías. Si miramos a las apuestas de las marcas generalistas, de momento nos encontramos con cifras que rondan los 200-350 kilómetros de autonomía real. Por su parte, el tiempo de recarga de las baterías siempre va a depender de la instalación en la que se enchufe el vehículo: los actuales puntos de recarga domésticos se basan en sistemas que van desde los 2,3 hasta los 8,8 kWh, aproximadamente, por lo que una carga completa de un coche con una batería de 41 kWh, como el Zoe, requeriría un mínimo de 4-5 horas. Aun así, los puntos de recarga rápida pueden cargar el 80 por ciento de la batería en menos de una hora.
¿Me compro un coche eléctrico o uno de gasolina o Diesel?
Las dos grandes preguntas que te tienes que hacer si estás decidido a comprarte un coche cien por cien eléctrico, serían: ¿qué uso le vas a dar? y ¿dónde lo vas a estacionar? Echa cuentas que la autonomía del coche que te gusta cumple con los kilómetros que haces cada día, y ten en mente que necesitarás un punto de recarga específico para tu coche si vives en un bloque de pisos.
A la hora de comparar un coche eléctrico con un equivalente que se mueva con gasolina o Diesel, puedes comprobar las capacidades de uno y otro y valorar: ¿un Renault Zoe o un Renault Clio?, ¿un Nissan Leaf o un Nissan Pulsar?, ¿un BMW i3 o un BMW Serie 1?