La gama Seat TGI está recorriendo toda nuestra geografía. Estos modelos están completando una Vuelta a España con distintas etapas entre algunas de las ciudades más importantes del país. Autopista ha participado en la que arrancaba en Madrid con destino a Sevilla, en un viaje de ida y vuelta realizado en dos etapas. Nuestro recorrido salía de la T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, con la localidad de Guarromán (Jaén) como primera parada para repostar gas natural comprimido (GNC), el principal combustible que emplea la gama Seat TGI.
Seat Arona TGI: nuestro compañero de viaje
La caravana de la prueba estaba formada por un Seat Ibiza TGI, dos Seat León TGI, uno con carrocería de cinco puertas y otro con la familiar ST, y un Seat Arona TGI, que nos correspondió como compañero de viaje en esta experiencia. El Seat AronaTGI cuenta con tres depósitos de GNC, con una capacidad total de 13,8 kg, con los que la marca estima que puede recorrer unos 410 km en modo gas atendiendo a un consumo mixto homologado de 3,3 kg/100 km. Además, suma un depósito adicional de gasolina de 9 litros. Emplea un motor 1.0 de tres cilindros que rinde 90 CV entre 4.500 y 5.500 rpm, con un par máximo de 160 Nm entre 1.800 y 3.800 rpm, y va asociado a una transmisión manual de seis velocidades.
Al volante, el Seat Arona TGI ofrece las mismas sensaciones que tendríamos en un Arona TSI equivalente, con buenas dosis de agrado y suavidad de funcionamiento. Tras repostar en Guarromán (a un precio del GNC de 0,919 €/kg), continuamos viaje hasta Sevilla donde volvemos a cargar gas (aquí a un precio del GNC de 0,926 €/kg) para verificar el consumo total del trayecto. En concreto, hemos recorrido 550 km desde Madrid a la ciudad hispalense, durante los que hemos repostado 22,36 kg de GNC, lo que equivale a un gasto de 20,63 euros, a un consumo medio de 4,07 kg/100 km y a un coste de 3,75 euros cada 100 km.
Sevilla-Madrid por la Ruta de la Plata
Al día siguiente toca viaje de vuelta. Si la primera etapa la realizamos por la A4 —por cierto, con algunos tramos de asfalto realmente lamentable que deja claro que la inversión en mantenimiento en nuestras carreteras apenas existe—, la ruta de regreso a Madrid implica pasar por Mérida y Toledo, donde hacemos sendos repostajes de gas (a un precio de 0,83 €/kg en la primera y de 0,926 €/kg en la segunda). El viaje concluye en la estación de servicio de Naturgy en Sanchinarro (Madrid) donde realizamos la última carga de gas (a un precio de 0,926 €/kg) para obtener los cálculos finales.
En la segunda etapa hemos completado 597 km y hemos repostado 21,88 kg de GNC, con un gasto de 19,52 euros, un consumo medio de 3,66 kg/100 km y un coste de 3,27 euros cada 100 km. Por tanto, el Seat Arona TGI ha completado 1.147 km por 40,15 euros, mientras el Ibiza TGI lo ha hecho por 36,61 euros, el León 5p TGI por 41,57 euros y el León ST TGI por 40,89 euros, demostrando toda la gama el bajo coste que da el gas natural como combustible.
Pros y contras del GNC
A las ventajas económicas en cuanto a precio de adquisición y coste de uso que aportan los Seat TGI hay que sumar que cuentan con la etiqueta medioambiental Eco por sus bajas emisiones, de forma que no tienen restricciones para circular en las ciudades, obtienen descuentos de hasta el 75 % en el impuesto de circulación en Madrid y Barcelona, un 50% de descuento en el servicio de estacionamiento regulado SER de Madrid, descuentos en algunos peajes y libre acceso en algunos carriles BUS VAO.
En el otro lado de la balanza está la escasa red de gasineras que hay en España (unos 75 puntos de repostaje en la actualidad), lo que obliga a planificar bien cualquier viaje para poder usar gas natural constantemente y disponer de un punto de repostaje cercano a donde vivimos para sacar el máximo partido a un TGI. La operación de carga de gas no entraña ninguna complicación pues se realiza con una boquilla situada junto a la toma habitual de la gasolina; eso sí, es un proceso algo más lento, aunque en condiciones normales no debería superar los 10 minutos. También conviene tener en cuenta que se pierde algo de maletero por la ubicación de los tanques de gas, sin que haya más diferencias en cuanto a habitabilidad, confort o posibilidades de equipamiento con sus hermanos de gama.