Second Life: una vida paralela para los amantes de los coches

Second Life se presenta como una realidad paralela en la que sus usuarios pueden desarrollarse tanto humana como empresarialmente. Utilizado a modo de escaparate virtual por muchas multinacionales, son varias las marcas de automóviles que tienen a día de hoy una presencia real en este mundo. En este reportaje te descubrimos todo lo que necesitas saber sobre Second Life y su relación con el motor.

Second Life: una vida paralela para los amantes de los coches
Second Life: una vida paralela para los amantes de los coches

¿Soñaste alguna vez con ser piloto de avión, fabricante de coches, un rico empresario o quizá un famoso diseñador de moda? Todo esto es ahora posible gracias a Second Life (SL), un mundo completamente virtual en 3D donde puedes desarrollar una vida paralela a la tuya propia.

Las posibilidades que ofrece esta realidad virtual no han pasado desapercibidas por empresas, asociaciones o fundaciones, que ven en Second Life un escaparate publicitario a gran escala. El entorno del automóvil no iba a ser menos: numerosas marcas tienen, hoy por hoy, una presencia real en este universo, como, por citar algunos ejemplos, Toyota, Mazda, Mercedes o Peugeot. Antes de entrar de lleno en la versión virtual de estas marcas, os descubrimos a grandes rasgos esta fascinante realidad.

Second Life es un entorno virtual que opera igual que el mundo real: tiene una economía y un mercado real y habitantes virtuales que lo hacen posible cada día. Creado por Linden Lab y fundado por Philip Roseadle en 2003, se sustenta gracias a una amplia red de servidores a los que es posible acceder a través de Internet. Second Life no puede ser considerado un videojuego, ya que no se rige por ningún objetivo específico: es un entorno virtual paralelo o, lo que es lo mismo, otra realidad codificada a base de ceros y unos.

Dicho mundo paralelo se basa en un principio: todo debe ser construido por los usuarios. Esto supone que está en constante cambio; SL se construye y se modifica día a día. Además, permite construir cualquier cosa en 3D, aunque con ciertas limitaciones: todo dependerá de la pericia con la que manejes el software. De esta manera, puedes fabricar tu casa, tu ropa, tus accesorios y, por qué no, tu propio coche. La ventaja es que todo lo que construyas en Second Life adquiere automáticamente tus derechos, formando parte de tu propiedad intelectual.


Actualmente, Second Life está poblado por 6 millones de personas de todo el planeta. Ahora bien, sólo en torno a un 40 por ciento de los mismos se conecta de forma habitual: muchos de los usuarios pasan poco más allá de la creación del avatar o personaje.
Esto se debe, en gran parte, a que SL funciona con dinero real: su moneda, los Linden Dólar, se consigue cambiándola por dinero en servicios como Paypal o U-Kash. Evidentemente, para que sea rentable, el valor de los Linden Dólar es mucho menor al de las monedas reales, por lo menos en el caso de los dólares o los euros: un dólar real equivale a 250 L$, cantidad que convertida a euros sería de unos 365 L$.

Desde los albores de su creación a la actualidad su expansión es un hecho: de 64 acres ha pasado a 65.000 este año; su P.I.B. está valorado en unos 500 millones de dólares reales y el número de empresas que tienen cabida allí ha aumentado un 200 por cien en estos cuatro años.

Entrar en Second Life es muy sencillo. Puedes hacerlo a través de su web oficial. En esta página encontrarás toda la información referente al juego, aunque en inglés. Para hacerte la vida más fácil, te resumimos lo más importante.


Existen dos modos de participar en SL: Free (gratuito) o Premium (de pago). Ahora bien, sólo con el modo Premium puedes desarrollar tu actividad en Second Life.
Si operas con un cuenta Free lo único que podrás hacer es crearte un avatar, recorrer el mundo e intentar construir algo por ti mismo que quizá luego puedas vender: no podrás tener un terreno y, por tanto, será imposible tener una casa propia y desarrollar una vida normal.
En cambio, con la cuenta Premium podrás exprimir todo el jugo a Second Life: dispondrás automáticamente de algún dinero de bolsillo, podrás cambiar dinero real por Linden Dólares y, por lo tanto, disponer de un terreno para ti (esencial para desarrollar tu vida virtual). Esto es lo básico, pero, además, en este mundo puedes invertir en bolsa, en terrenos, en un negocio o elegir una de la larga lista de profesiones ofertadas.

Permite elegir entre tres sistemas de pago: mensual, cuatrimestral o anual. Evidentemente, cuanto más tiempo contrates, más barata resulta la mensualidad. La cuota mensual es de 11,54 dólares (7,8 euros), la cuatrimestral cuesta 26,10 dólares (17,6 euros) y la anual es de 83,52 dólares (56,51 euros).

Una vez has creado tu avatar y elegido el modo de juego, lo último que te queda es descargarte el software de SL, que ocupa unos 300 MB de tu disco duro.

Esta realidad virtual te ofrece todas las oportunidades para realizar tus sueños y convertirte en aquel que siempre deseaste ser. Además, nunca te cierra las puertas: puedes tener varias profesiones a la vez, todo depende del tiempo que puedas invertir en tu “alter ego" digital.

Entre las profesiones que puedes desarrollar, éstas son las más interesantes: diseñador de moda, propietario de un club nocturno, periodista, desarrollador de videojuegos, escritor, diseñador de parques de atracciones, publicista, artista (actor, pintor, músico…), bailarín, abogado, guardaespaldas o fabricante de coches (lo que incluye crear tus propios diseños de vehículos y comercializarlos). Este último caso no es el más numeroso, pero ya hay varios grupos de usuarios que han elegido esta profesión con interesantes resultados.