El robo ha sido siempre uno de los principales problemas en el mundo del automóvil y afectaba (y afecta) a todo tipo de coches, sea cual sea su gama. Sin embargo, en una buena parte de las ocasiones los coches más baratos suelen encontrarse después de unos días, ya que no es raro que los ladrones los utilicen como medio de transporte para cometer otro tipo de robos, mientras que los coches de alta gama es fácil que corran peor suerte y es sencillo que en poco tiempo desaparezcan de los límites europeos.
Muchos de estos coches de alta gama que son robados se venden enteros en países menos desarrollados, pero también son “descuartizados” para facilitar su venta y envío a dichas regiones y salvar las trabas puestas por las policías europeas, vendiendo así piezas que son muy difíciles de localizar, ya que no cuentan con número de bastidor, como sí sucede en el caso de vender los coches en su totalidad.
Este último tipo de robo, el de “descuartizar” coches, ha venido creciendo en los últimos años con un fin muy concreto: robar piezas deportivas de alta gama para, posteriormente, ser sustituidos en coches de terceros a modo de tuning en talleres ilegales o venderlos por Internet a precios mucho más bajos que su valor real.
Robos de accesorios: una actividad en auge
Los primeros casos de estos tipos de robos se comenzaron a dar hace tres o cuatro años en Madrid, pero con el tiempo ya se ha extendido a otras partes de España (en Valladolid hasta doce coches aparecieron sin volante en una sola noche el pasado marzo). El modus operandi de los ladrones está claro para la policía. En primer lugar, localizan el coche y le siguen hasta los garajes comunitarios donde suelen descansar este tipo de vehículos. Durante el seguimiento puede darse el caso de que los delincuentes se hagan con el código de acceso del coche para facilitar el trabajo más tarde.
Una vez de noche, se aprovechan de la tranquilidad que reina en los garajes comunitarios donde, además, les resulta muy fácil esconderse en caso de que algún vecino baje de madrugada a por su coche. Allí, abren el coche con el código o rompiendo el cristal, se introducen rápidamente en el automóvil y apenas tardan unos segundos en desmontar el volante, airbag incluido, los sistemas multimedia o la palanca de cambios. Además, en un buen número de ocasiones se hacen con la tuerca antirrobo de las ruedas y también aprovechan para llevarse las llantas junto a las gomas.
Los artículos más cotizados, por tanto, son los volantes y las ruedas, debido a su facilidad para ser desmontados con rapidez. De hecho, son raras las ocasiones que los ladrones aprovechan a buscar otros objetos de valor en el interior.
Mercado negro
El destino de las piezas es evidente. El mercado negro del automóvil está lleno de volantes y llantas con los logos de las divisiones deportivas de los vehículos de alta gama, como Mercedes, Audi, BMW o Lexus, pero también de los coches más prestacionales de compactos como Volkswagen Golf R, Renault Megane RS o los Ford Focus ST y RS.
De esta manera, talleres ilegales de tunning o particulares venden las piezas robadas para incluirlos en los automóviles de los clientes y, así, vestir éstos con piezas mucho más caras que su equipamiento de serie.
Coste de las reparaciones y cómo evitarlo
Los costes de este tipo de reparaciones suelen ser bastante caras en caso de no contar con un seguro a todo riesgo. De hecho, la sustracción del volante puede suponer de 2.000 a 3.000 euros, dependiendo del daño causado en el soporte del mismo, así como la cantidad de elementos que se hayan visto perjudicados, como las luces o los intermitentes.
En cuanto a las ruedas, la suma varía, evidentemente, en función de la calidad de los neumáticos que monten las llantas y los equipos multimedias también están valorados en varios miles de euros.
Es difícil evitar ser víctima de estos tipos de robos, ya que los pocos segundos que los ladrones tardan en actuar y la facilidad para transportar las piezas robadas en mochilas o en otros coches, en el caso de las ruedas, hace difícil la prevención.
Sin embargo, entre las principales medidas que podemos encontrar está el de instalar una buena alarma en el coche, cámaras de videovigilancia en los garajes comunitarios que, al menos, disuadirá a los menos avezados o, algo que casi ninguno hacemos, estar atento cuando metemos el coche en el garaje y fijarnos en que no entre nadie por dicha puerta, ya que la salida de los ladrones del mismo es muy sencilla, pues lo normal es que las puertas cuenten con apertura rápida en caso de incendio y no sea necesaria ninguna llave.
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