Si repasas las ventas de automóviles en España, verás que durante 12 de los 20 años de existencia de sus 3 generaciones anteriores, el Renault Mégane ha sido líder absoluto de ventas en nuestro país. Como modelo estratégico de Renault, no debe ser tarea fácil decidir cómo y hacia dónde evolucionarlo. El Mégane ha fidelizado mucho al cliente hacia el producto Renault y tiene toda la pinta que esta cuarta generación seguirá gustando al afín a la marca y al modelo, pero además parece tener también una mayor capacidad de conquista para atraer a los "indecisos".
El compacto es un segmento muy tradicional que ofrece coches muy equilibrados en términos de practicidad y diseño. Y en este sentido, el nuevo Renault Mégane refuerza su equilibrio, pero haciendo de su diseño un mayor valor que en ediciones anteriores. Renault ha trabajado muy bien el matiz para reforzar una imagen donde formas y proporciones son equilibradamente las que son. Y también ha explotado las posibilidades de la tecnología led, para hacer de su mirada frontal con la luz diurna y los alargados trazos de la luz posterior señas de identidad más atrevidas, que incluso sofistican su imagen y al propio producto. De hecho, Renault ha puesto en escena su propia plataforma modular CMF, sobre la que ha desarrollado sus dos actuales modelos de mayor categoría: Talisman y Espace... y también el nuevo Mégane. Resulta evidente que el Mégane es el gran beneficiado de una plataforma y unos componentes que deben cumplir con los rigores de segmentos superiores.
No hace falta centrarse en las siglas de la "minoritaria" versión GT, con su dirección integral 4Control, exclusiva entre los modelos compactos del mercado, para apreciar un Mégane más solidario y revolucionario. Por dentro, casi todo se resume en su gran pantalla central vertical de 8,7 pulgadas (según acabados), la más grande del segmento y protagonista del habitáculo del nuevo Mégane. Familiarizados hoy día con las interfaz de nuestros smartphone o tabletas, Renault ha integrado en la pantalla central táctil el menú para controlar todas las funciones de un equipamiento muy superior, adaptado a las exigencias y tiempos actuales, de manera ordenada y muy intuitiva. El diseño de la propia pantalla es personalizable para dar prioridad a la información más demandada, donde también tiene cabida un curioso sistema que analiza la calidad del aire exterior. Igualmente su cuadro de relojes es configurable, para priorizar información o simplemente gustos estéticos, de la misma manera que se puede modificar la respuesta de la dirección, del acelerador, el sonido del motor o la luz ambiental en el Mégane más democrático de su historia.
Renault Mégane: 1.2 TCE 100 CV o 1.5 dCi 110 CV
Dejando a un lado la versión dCi 90 CV dirigida a gremios muy concretos, pero tampoco descartable para un Mégane muy urbanita y de alto kilometraje anual, una vez más el motor Diésel 1.5 dCi 110 CV confirma el acierto de la que es posiblemente la mecánica más versátil de Renault. Sería la apuesta más equilibrada, sin duda, si no fuera porque quizá, el nuevo Mégane con su mayor valor añadido en general puede encontrar en el 1.6 dCi 130 CV un motor mejor sintonizado con ese mayor estatus. En cualquier caso, no le falta a la versión 1.5 dCi 110 CV un argumento de mucho peso para ser la mejor elección: es la versión que menos consume, a la par que la dCi 90 CV, pero con unas prestaciones mucho más cercanas a las del 1.6 dCi 130 CV. Ante ésta versión cede más en temperamento, que en agrado de conducción, toda vez que el Mégane 1.5 dCi 110 CV resulta equilibradísimo de respuesta. Ante este gran dCi, el 1.2 TCE de 100 CV puede rivalizar en precio de adquisición y gran finura y agrado de funcionamiento, pero en conjunto el motor TCe 100 CV hace al Mégane un coche menos completo y capaz que un Mégane dCi 115 CV desde una perspectiva de coche familiar. En este sentido, su consumo se convierte en su menos buena carta de presentación: homologa y hemos verificado valores más altos incluso que la versión TCe 130 en ciudad y similares en carretera a cruceros legales. Dejándote llevar por su suavidad y adecuada respuesta desde bajo régimen gracias a la aportación del turbo y donde no falta una buena caja manual de 6 velocidades, el 1.2 TCe segurísimo que enganchará al entusiasta del motor de gasolina o al que simplemente por las cuestiones medioambientales del momento se identifique con ellos.
PRESTACIONES CENTRO TÉCNICO AUTOPISTA |
1.2 TCE 100 CV |
1.5 dCi 110 CV |
Acel. 0-100 km/h |
11,1 s |
10,3 s |
Acel. 1000 m |
32,9 s |
32,2 s |
Frenada a 50 km/h |
9,6 m |
9,8 m |
Frenada a 120 km/h |
56 m |
56 m |
Sonoridad a 120 km/h |
70,4 dB |
69,5 dB |
Adel.60-120 km/h en 3ª |
11,7 s |
10,9 s |
Adel.80-120 km/h en 4ª |
10,7 s |
8,6 s |
Adel.80-120 km/h en 6ª |
20,4 s |
13,5 s |
Consumo urbano |
6,9 l/100 km |
5,1 l/100 km |
Consumo carretera |
5,7 l/100 km |
4,8 l/100 km |
Consumo medio |
6,2 l/100 km |
4,9 l/100 km |
Autonomía media |
758 km |
959 km |
Precio |
Desde 16.600 € |
Desde 20.400 € |
Renault Mégane: 130 CV Diesel y gasolina
Con la misma potencia de 130 CV, Renault ha definido las versiones que más lucen en el nuevo Mégane, al margen de un muy específico GT 205 CV 4Control que tiene el encargo de mostrar la cara más deportiva del modelo. Se da continuidad a dos versiones ya existentes en la anterior generación, que quizá ahora resulten más protagonistas. En ambos casos aparecen dos motores con no poco protagonismo en el modelo, aunque cada versión tiene su propia personalidad. El 1.2 TCe 130 CV de gasolina refuerza la exquisitez de funcionamiento del TCe 100 CV, pero en su caso haciendo también de la prestación un recurso para salir a la carretera sin los condicionantes que sientes en el TCe pequeño. Se presta a una conducción más despreocupada y te lleva a sentirlo un coche muy ágil y muy cómodo (en conjunto es una versión ligera) y en general muy agradable, quizá el que más, de conducir. Y sus consumos se ajustan al equilibrio del modelo, cuando además el Mégane TCe 130 CV parte de precios muy ventajosos respecto a su equivalente en Diésel. Pero los 130 CV del Mégane 1.6 dCi Diésel cunden de otra manera. Es la versión más capaz, resolutiva y convincente. No le falta carácter a este motor, aunque quizás en parte se deba a un bajo régimen por debajo de las 1.500 rpm no especialmente contundente, que compensa con una entrega posterior muy consistente. A partir de ahí, el Renault Mégane dCi 130 CV es un coche con una gran respuesta y mejores consumos y con un chasis que soporta perfectamente con equilibrio las exigencias de su motor. No hay igualdad entre sus diferentes 130 CV. El dCi impone su rendimiento al del refinado TCe.
PRESTACIONES CENTRO TÉCNICO AUTOPISTA |
1.2 TCE 130 CV |
1.6 dCi 130 CV |
Acel. 0-100 km/h |
9,7 s |
8,8 s |
Acel. 1000 m |
31,1 s |
30,5 s |
Frenada a 50 km/h |
9,3 m |
9,7 m |
Frenada a 120 km/h |
55 m |
57 m |
Sonoridad a 120 km/h |
67,7 dB |
69,8 dB |
Adel.60-120 km/h en 3ª |
9,5 s |
9,3 s |
Adel.80-120 km/h en 4ª |
8,7 s |
7,1 s |
Adel.80-120 km/h en 6ª |
14,8 s |
9,8 s |
Consumo urbano |
6,4 l/100 km |
5,9 l/100 km |
Consumo carretera |
5,7 l/100 km |
4,7 l/100 km |
Consumo medio |
6,0 l/100 km |
5,1 l/100 km |
Autonomía media |
783 km |
921 km |
Precio |
Desde 18.200 € |
Desde 23.200 € |
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