El increíble incremento de los beneficios de la firma francesa, que ya ha disparado sus acciones en bolsa un 10 por ciento, se debe en gran parte a la disminución de las cargas de explotación, según un comunicado de la marca.
En 2013 los costes de explotación fueron de 1.276 millones de euros, provocados, en gran medida, por el parón de su actividad en Irán. El pasado ejercicio, Renault consiguió reducirlos a 504 millones, de los que 305 se corresponden en gastos de reestructuración y 153 en depreciaciones de activos. Por su parte, el margen operativo subió un 29,5 por ciento hasta los 1.609 millones de euros, lo que representa un 3,9 por ciento de la facturación, casi un punto más que el año anterior.
Este incremento del margen operativo procede casi por completo del negocio automovilístico, cuyo volumen ha crecido de los 363 hasta los 858 millones y ha pasado a suponer un 2,2 por ciento de los ingresos. Esto ha sido posible gracias a la reducción de costes y al incremento de las ventas, que lograron paliar el efecto negativo de las variaciones en el tipo de cambio.
Las ventas de la marca del rombo también crecieron el pasado año hasta llegar a los 2.712.432 (un 3,2 por ciento más), lo que incrementó la cifra de negocio hasta los 41.055 millones de euros. En cuanto al margen operativo, se mantuvo estable: pasó de 747 a 751 millones.
Todo esto ha desembocado en un resultado de explotación de 1.105 millones de euros, frente a los -34 millones de 2013.
Es necesario tener en cuenta que en estos resultados ha influido también la aportación del socio japonés de Renault, Nissan, que ascendió a 1.559 millones de euros, 61 millones más que en 2013. Por otra parte, su participación en el fabricante ruso ActoVaz le supuso pérdidas de 182 millones, lo que se suma a los 34 millones que ya le costó el ejercicio anterior.
Carlos Ghosn, presidente de Renault, prevé un nuevo hundimiento en el mercado ruso para este año, de entre un 20 y un 30 por ciento, motivado por la crisis con Ucrania, y dada esta circunstancia su objetivo es ‘proteger una tasa mínima de rentabilidad’ en espera de la recuperación.
Ghosn, que se había fijado una meta de 4.300 millones de euros de sinergias para 2016, reconoce ahora que es ‘una cifra conservadora’ que habría que elevar a 5.000 millones.
La demanda mundial de automóviles, según prevé Renault, subirá un 2 por ciento en 2015, y el principal mercado de la marca, el europeo, crecerá al mismo ritmo.
Con estas previsiones en la mano, el objetivo de la marca francesa se centra en incrementar sus ventas y su facturación, con un tipo de cambio constante, continuar mejorando el margen operativo del negocio del automóvil y tener un flujo de caja operativo en esa división.
Este año, Renault contratará en Francia a 1.000 nuevos trabajadores indefinidos, entre ingenieros y trabajadores en las plantas de producción. Éstos se centrarán en los proyectos industriales y ‘desafíos tecnológicos’ como las energías alternativas y el vehículo autónomo.
Estos nuevos puestos de trabajo han sido posibles gracias a la firma de un acuerdo de competitividad con los sindicatos en 2013. Según el acuerdo, Renault se compromete a no cerrar ninguna planta y darlas nuevos volúmenes de producción cuando despegue el mercado, y a cambio los trabajadores deberán aceptar moderaciones salariales y reducciones de plantilla en Francia de 7.500 personas.