Si creías haberlo visto ya casi todo en control en carreteras, con radares de velocidad, helicópteros, drones, patrullas y hasta esos cubos naranjas que ya se han dejado ver por ciudades como Madrid para medir la contaminación de los coches, atento ahora a lo próximo que en un futuro no muy lejano podrías también observar. Y es que, según informan hoy nuestros colegas alemanes de Auto Motor und Sport, los radares de ruido ya podrían estar operativos y ser viables.
Una vez que las administraciones han puesto todo el foco en la contaminación del aire en las ciudades, a través de nuevos protocolos y restricciones de circulación, empieza a surgir ya por Europa también una nueva ofensiva contra el elevado ruido, considerado también muy peligroso para la salud. En los próximos años veremos aparecer nuevas normativas impulsadas desde la Unión Europea, aunque algunos países ya se están adelantando.
Suiza, pionera en control de ruido
Es el caso de Suiza, donde incluso una orden de enero del Gobierno cantonal de Ginebra exigió desarrollar “trampas de ruido" con el objetivo de multar y eliminar la alta sonoridad. La ciudad tiene ahora hasta junio de este 2019 para llevarla a la práctica, y se han empezado a probar sistemas de control para medir y documentar el ruido de los coches a medida que circulan. El Parlamento cantonal justifica esta decisión afirmando que el 60 por ciento de los residentes en la ciudad puede verse afectado por el ruido y por enfermedades cardíacas o diabetes.
Según alegan las autoridades suizas, el ruido del tráfico es el segundo mayor impacto ambiental que se produce después de la contaminación del aire. Por eso, estos nuevos radares o sistemas de control de la sonoridad podrían estar listos ya para usarse, también en otras ciudades, en el plazo de entre 2 y 4 años, según anuncian los investigadores de la EPFL (LEcole Plytechnique Federale de Lausanne). Pero, ¿y cómo funcionan? ¿Cómo controlarán?
Medirán y harán fotografías para multar
En los primeros pliegos de solicitud de los políticos de Ginebra se especifica que estos aparatos de medición deben detectar el volumen de los automóviles que pasan por las calles y fotografiarlos después de exceder un límite específico que todavía habría que fijar. El objetivo final es que la policía pueda multar y llegar a sacar de la circulación a los vehículos considerados más ruidosos.
Según Swiss Greens, “el desarrollo de un radar de ruido es técnicamente viable y generalmente no es más caro que un radar convencional de velocidad". El problema para su desarrollo, estiman, es determinar de la manera más fiable el ruido desde la distancia y asignarlo a un vehículo de manera concreta y correcta. La mencionada EPFL ya trabaja hoy en el desarrollo de todo este dispositivo.
En declaraciones de esta misma escuela a medios suizos, la EPFL considera que “ya existe un método por el cual las velocidades del vehículo se pueden determinar en base al ruido". De hecho, aseguran que tanto en Canadá como en el sur de Alemania ya existen también dispositivos similares apropiados para medir el ruido de los automóviles.
Tras la solicitud de controlar el ruido en el cantón de Ginebra, en Basilea y en Zúrich ya han surgido iniciativas similares. Sin embargo, en el último parlamento local, las señales de ruido fueron rechazadas en marzo de este 2019 al considerarse leyes no federales. “Sin las bases legales adecuadas, las medidas de paso legalmente utilizables con posibilidades de sanción no son posibles en las actividades de control policial", ha declarado uno de los consejos gubernamentales. Veremos cómo se aplica al final y si esta medida se expande por otros países de Europa.
