No llueve, motivo por el que la polución vuelve a ser un quebradero de cabeza para Madrid y Barcelona, donde sus dos ayuntamientos han vuelto a activar sus protocolos de actuación por exceso de partículas contaminantes.
Según la consultora Idencity, este problema se podría haber evitado con la existencia de peajes urbanos: su puesta en marcha reduciría de media un 11,4% las partículas PM10 (de un diámetro de entre 2,5 y 10 micrómetros) y y un 9,2% las de oxígeno de nitrógeno.
Dicha reducción sería la consecuencia directa de que el pago para acceder a las dos grandes ciudades españolas habría evitado la circulación de 113 millones de vehículos al año en Madrid y de otros 76 millones en Barcelona.
Peajes urbanos: lo que sucede en otras ciudades de Europa
Los autores del estudio llegan a estas cifras tras analizar y extrapolar lo que ha sucedido en otras ciudades desde que se ha implantado la entrada condicionada por un pago a sus centros urbanos: Londres, Estocolmo, Gotemburgo y Milán.
Estos casos han demostrado la utilidad de este tipo de peajes respecto a la reducción de la contaminación, la menor congestión del tráfico y al aumento del uso del transporte público y otras formas de movilidad como las bicicletas.
El estudio, al que ha tenido acceso El País, indica asimismo que los servicios sanitarios también registraron mejoras con caídas de la actividad por accidentes de tráfico y a causa de las visitas médicas de personas con problemas de asma.
Así funcionarían los peajes inteligentes variables
No es la primera vez que se baraja en España la puesta en marcha de este tipo de peajes. De hecho, en octubre del año pasado, Seopán, la patronal de las grandes constructoras y concesionarias, también publicó un estudio que analizaba su funcionamiento.
Así, basados en el concepto de que “cuanto más tráfico, más se paga", estos peajes realizarían un cobro variable y electrónico de dinero dependiendo del tráfico en tiempo real para establecer así carriles rápidos en los que se garantiza una velocidad concreta.
En principio, el conductor pagaría de manera electrónica con una pegatina que llevaría el vehículo para no tener que parar en la entrada a la vía de pago. El sistema se podría aplicar en dos escenarios: uno, con tarifas de 1 céntimo por kilómetro para vehículos ligeros y 5 céntimos para pesados; y otro, con tarifas de 3 céntimos por kilómetro para turismos y 14 para vehículos pesados.
Así las cosas, que no nos extrañe que uno de estos días a la subida de impuestos a los carburantes, las limitaciones del tráfico o las prohibiciones a aparcar se le sume el uso de este tipo de peajes, ¿cuánto más tendrá que rascarse el bolsillo el conductor para poder circular?