Nuevo sistema de etiquetado de neumáticos

Ya está en vigor la nueva etiqueta europea de neumáticos, que obliga a catalogar las cubiertas en base a tres parámetros principales: eficiencia o resistencia a la rodadura, seguridad o adherencia sobre mojado y rumorosidad o ruido ambiental.

Rubén Leal

Nuevo sistema de etiquetado de neumáticos
Nuevo sistema de etiquetado de neumáticos

El mes de noviembre llega con un nuevo reglamento del Parlamento Europeo que exige que todos los neumáticos deben incluir una etiqueta en la que se informe a los consumidores de las características de cada cubierta disponible en el mercado. Basándose, éstos, en eficiencia energética, nivel de adherencia y ruido, lo que se pretende es la reducción de las emisiones de CO2, el descenso de la siniestralidad y, por supuesto, ayudar a los conductores a elegir el modelo que mejor se ajuste a sus necesidades.

 

Información en la etiqueta

Con la nueva etiqueta europea de neumáticos –también conocida como etiqueta ecológica- podemos ver rápidamente y de manera intuitiva -antes de comprar unas cubiertas-, cuáles son las que permiten un menor consumo, si frenan mejor o peor que las demás y si son más o menos ruidosas. El beneficio para el cliente es claro. No es que se hayan inventado unos nuevos neumáticos, sino que ahora se explican mejor sus características, para que sepas por qué pagas una cantidad mayor o menor por unas ‘ruedas’ aparentemente iguales.

 

La información que incluyen es la siguiente:

 

1. Eficiencia energética:

Se trata básicamente del consumo de carburante. Podemos comprobar en la columna vertical izquierda –símbolo gasolinera-, si los neumáticos que vamos a adquirir contribuyen más o menos a ahorrar en el gasto de combustible de nuestro vehículo. Están clasificados con una escala de la ‘A’ a la ‘G’ y con franjas de colores, según su coeficiente de rodadura, representando la ‘A’ a los más eficientes y la ‘G’ a los menos ahorradores. La diferencia entre ambos extremos de clasificación puede llegar a ser de 0,5 l/100 km. Recordemos que, aproximadamente, el 20 por ciento del consumo de carburante, depende de la resistencia a la rodadura de los neumáticos. Para 2014 está prevista la desaparición de la ‘categoría G’ y hasta 2018 habrá que esperar hasta que se dejen de fabricar los de ‘categoría F’.

 

2. Nivel de adherencia en mojado:

No es más que la distancia de frenado en un pavimento mojado. Responde al parámetro de seguridad y está representado en la columna vertical derecha –símbolo de nube con lluvia-. También encontramos la escala de la A a la G, pero esta vez sin colores. Tomando como referencia una velocidad de unos 85 km/h, la diferencia de distancia de frenado entre el ‘A’ –más seguro- y el ‘G’ –menos seguro- será de hasta 18 metros en asfalto mojado.

 

3. Ruido generado:

Esta información la encontramos en la parte inferior de la etiqueta –símbolo de un altavoz-. Además de indicar el valor exacto en dB (decibelios), consta de unas rayitas indicativas, pasando de una a tres, según sea más o menos silencioso. Los menos ruidosos serán aquellos neumáticos de hasta 68 dB, y los más ruidosos tendrán como máximo 74 dB. Para hacernos una idea de la diferencia entre ambos, se podría decir que tres decibelios menos, reducen el ruido generado a la mitad.

 

Lo que se echa en falta es una información referente a la durabilidad de cada uno, que puede ser hasta del doble de kilómetros en algunos casos. Cuanto más se desgasten, antes habrá que cambiarlos, lo que supone tener que cambiarlos antes y un residuo más acumulado –que para el medio ambiente no es beneficioso-.

Tampoco se hace referencia a la distancia de frenada en seco o en curva. Falta grave, si nos fijamos en las estadísticas que dicen que el 70 por ciento de los accidentes se producen en pavimento seco.

Dentro de dos años toca revisar la etiqueta y, por tanto, mitigar fallos o carencias del sistema actual.

 

Elegir bien es la clave

Recuerda que los neumáticos son un elemento indispensable, que en buenas condiciones nos pueden salvar la vida, pero en mal estado pueden dar como resultado un accidente de fatales consecuencias. Si comparas los gastos que suponen a la larga los dos tipos de neumáticos más extremos –A y G-, al final acabas ahorrando más dinero con los más caros, ya que duran el doble de kilómetros y permiten un menor consumo de combustible. Aquí puedes comprobar la diferencia real de coste entre ambos:

 

Precio de neumático nuevo

A: 100 euros

B: 50 euros

 

Vida útil en kilómetros

A: 50.000 km

B: 23.000 km

 

Coste en toda su vida útil

A: 1.627 euros

B: 1.972 euros

 

Consumo

A: 6,5 l/100 km

B: 7 l/100 km

 

Coste total en 180.000 km

A: 11.700 euros

B: 12.600 euros

 

Ahorro final

A: 1.650 euros

B: 0 euros