2008, año negro del automóvil

El año a punto de terminar se confirmará en unos días como el peor de la historia del automóvil en España, superando la anterior referencia de ejercicio negro que acarreaba 1993.

El sector del motor, muy pesimista
El sector del motor, muy pesimista

Los pronósticos coinciden en señalar que 2008 cerrará con 1.161.000 matriculaciones, un 28 por ciento menos que las 1.614.835 del año pasado, mientras que en 1993, con solamente 792.590 matriculaciones de turismos y todoterrenos, la reducción respecto a 1992 fue de un 23,5 por ciento.

La caída de mercado, además, ha roto todos los pronósticos, pues a principio del actual ejercicio las organizaciones sectoriales apostaban por una moderada reducción del 2 por ciento, que en mayo se disparó hasta el 9 por ciento, en julio hasta el 20 por ciento y en septiembre se le añadieron cinco puntos porcentuales más.

Comportamiento tan singular este año ha tenido dos partes bien diferenciadas, pues a un primer semestre con 702.371 matriculaciones, un 17,2 por ciento menos, sucedió un periodo julio-diciembre con sólo 458.629 matriculaciones, frente a las 762.875 del mismo periodo de 2007, es decir una reducción más que significativa del 39,9 por ciento.

En el juego numérico de ambos semestres, mientras la primera mitad copó el 60,4 por ciento de las matriculaciones anuales, el segundo sólo llegó a alcanzar el 39,6 por ciento restante, cuando en 2007, el primer semestre representó el 52,7 por ciento y el segundo el 47,3 por ciento.

No sólo eso, si el año pasado, julio era el mes de inflexión en la superación de la barrera sicológica del millón de matriculaciones anuales, este año conseguir alcanzar semejante cifra testigo se tuvo que prolongar hasta octubre.

El comportamiento del segundo semestre de 2008 no tiene un parangón tan continuado, en cuanto a evoluciones mensuales de las matriculaciones, instaladas durante todo el periodo en reducciones por encima del 30 por ciento y asentadas en más del 40 por ciento y rozando el 50 por ciento en el último trimestre. No obstante, ninguno de ellos ha superado la caída récord mensual del 53 por ciento que se dio en enero de 1993.

En cuanto a volumen de matriculaciones, los datos desde julio se equiparaban a los registrados en los mismos meses de años como 1995 y 1996, en que no se superó el millón de matriculaciones al cierre de los respectivos ejercicios.

El mercado automovilístico español vivió su etapa dorada en 2004 y en 2005, años en los que batió su marca histórica de matriculaciones con 1.615.941 y 1.649.320 unidades, respectivamente, y, aunque 2006, no superó ese récord de 2005, se situó como la segunda marca histórica con 1.634.595 matric

ulaciones. El año pasado se reveló como la cuarta mejor marca de la historia.

Comportamiento tan halagüeño en años no tan lejanos se debió, sobre todo, a la caída de los tipos de interés que liberó rentas familiares importantes para la renovación de los bienes de consumo y en las facilidades para los préstamos hipotecarios que concedían las entidades financieras, en las que la cantidad se podía extender casi sin limitaciones para la compra de un coche.

Influyeron también los buenos datos sobre el empleo que generó una gran confianza en los consumidores y no se puede perder de vista una población inmigrante creciente que en los últimos año también se asomó a la compra del automóvil.

Situación diametralmente opuesta se empezó a dar este año y se agravó con el paso de los meses, cuando las entidades financieras cerraron el grifo crediticio que antes manaba casi sin límites ante los serios riesgos de un considerable aumento de la morosidad.

Para el año 2009, algunas asociaciones, como los importadores de Aniacam, ya han apuntado caídas de mercado en el entorno del 14 por ciento-16 por ciento, lo que supondría cerrar no mucho mas allá del millón de unidades, un registro que hacía feliz al sector a finales de los ochenta y principios de los noventa.