El nuevo videojuego de la saga Need For Speed ya está a la venta para las videoconsolas PlayStation 4 y Xbox One, un título que, a diferencia de los anteriores, toma el nombre principal sin más. Si su antecesor en estos mismos soportes era Need For Speed: Rivals, ahora lo que tenemos es un simple ‘Need For Speed’, sin más.
Nada más empezar a jugar en las instalaciones de Electronic Arts de Madrid, lo primero que me llama la atención es la mejora de los gráficos. También me pregunto quién se la jugaría con una mala apariencia en PS4 con el nivel que hay. Pero su modo de jugabilidad arcade sigue siendo excesivo para mi gusto. Casi esperaba ver algo más parecido a DriveClub, aunque reconozco que ese limbo intermedio entre la simulación y el mundo arcade se puede convertir en una pesadilla.
La conducción en Need For Speed
Y digo esto porque ni encuentras la posibilidad de seleccionar el cambio manual para conducir los distintos coches ni puedes seleccionar la cámara del interior del habitáculo para participar en las distintas carreras. A cambio, te ofrecen una renovada gama de vehículos para todos los gustos, como los tres primeros disponibles: un Honda Civic Type-R del año 2000, un Ford Mustang Foxbody de 1990 o un relativamente moderno Subaru BRZ del año 2014. Una vez elegido el automóvil con el que vamos a empezar la historia –que vuelve a sus orígenes y nos permite encarnar a un joven con manos al volante que quiere convertirse en el rey de las carreras callejeras- tendremos la posibilidad de ver las opciones de personalización y tuning que ofrece Need For Speed. Prácticamente todos los elementos del coche se pueden retocar, aunque nos encontraremos durante la historia con algunos modelos de marcas de altas prestaciones en las que no se podrá modificar el mismo número de accesorios que en la mayoría. La explicación que te podemos dar a esto, es que hay marcas de prestigio que no quieren ver sus coches excesivamente alterados y se permiten el lujo de poner esta serie de condiciones para que su marca aparezca en el videojuego. Los hay que hasta llegan a pedir que sus coches no se ensucien en un anuncio de televisión, aunque se muestre en pantalla tras haber atravesado una zona llena de barro. Cosas del marketing…
En las secuencias de vídeo –las del principio no hay manera de quitarlas pero también es verdad que es la única forma de no perder el hilo de la historia- aparecen actores de verdad mezclados con recreaciones a ordenador, como las de los coches. Me gusta que haya escenas en las que se hace difícil diferenciar lo real de lo virtual, lo que es motivo para que Need For Speed pueda sacar pecho por ello. Encontraremos, además, a lo largo del juego a personajes relacionados con el mundo del automóvil, como Ken Block, seguramente el más reconocido en España de cuantos aparecen. Punto fuerte, también, la inclusión de las voces en castellano, que siempre supone un trabajo extra y nos evita tener que estar leyendo subtítulos todo el rato.
Tendrás que estar siempre conectado a Internet
La conexión a Internet es un obligado, lo que te permite retar a distintos tipos de carreras a otros usuarios que te encuentres durante el desarrollo de tu historia, gente real y no vehículos controlados por la dichosa ‘Inteligencia Artificial’. De esta última claro que encontrarás a lo largo del juego, aunque aún hay mucho que hacer en este sentido, ya que hay algo de descontento con el modo en que la ‘máquina’ mueve a los coches o a los propios vehículos de la policía, demasiado fáciles de evadir. Federico García de Salazar, Product Manager de Electronic Arts, ya nos confirmó que están trabajando en ello.
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