Según han informado fuentes de la
DGT, de lo que se trata es de "rebajar el tiempo" entre que un
radar móvil sorprende a un conductor cometiendo una
infracción en la carretera y éste recibe la
multa, de modo que "la
sanción tenga efecto" y "no se demore tanto".
Hasta ahora, al
Centro Estrada sólo llegaban las fotografías realizadas por los
522 radares fijos instalados en las carreteras para, desde allí, coordinar la comunicación de las sanciones a los infractores. De implantarse el nuevo sistema, al centro empezarían a llegar también las
fotografías tomadas por los 264 radares móviles en circulación.
Aunque la
automatización de la tramitación de las multas impuestas por radares móviles es, por ahora, sólo un proyecto, el director del Centro Estrada, Ángel Toriello, desveló durante una visita de un grupo de parlamentarios del PSOE a las instalaciones esta semana que las multas captadas por radares móviles podrían empezar a gestionarse en León
antes de que acabe el año.
Desde que se abrió el Centro Estrada en marzo de 2008, el lapso de tiempo entre que un radar fijo detecta una infracción y la DGT se lo comunica al conductor se ha reducido de los 45 a los 12 días. Según las mismas fuentes de la DGT, el procedimiento con los radares móviles será similar: la fotografía llega al centro, se desechan en las que haya algún tipo de duda, y se inicia la notificación de las que la infracción es clara.
En un año, el
Centro Nacional de Tratamiento de Denuncias Automatizadas ha gestionado un total de
1,5 millones de denuncias por
infracciones de tráfico, aunque se han descartado el 40 por ciento de las infracciones captadas para evitar notificar multas en situaciones en las que la foto captada por el radar puede provocar alguna duda.
Las fotografías tomadas por los
radares fijos lleguen al Centro Estrada a través de fibra óptica, en el caso de las
autovías y autopistas, y a través de radiofrecuencia en el caso de las
carreteras secundarias. Junto a la fotografía, al centro llegan
datos sobre la hora, el punto kilométrico y la velocidad a la que circulaba el conductor que cometió la infracción.
Para asegurarse, por cada infracción se realizan dos fotogramas, una más clara y otra más oscura. El sistema informático lee las placas de matrícula, para ver la calidad de la imagen y comprobar que se ven la marca, el modelo y el tipo de vehículo, y posteriormente cruza esta información con los archivos de Tráfico.