Lluvia de infractores cazados por radar

Los radares de la M-30 no paran de sacar fotos. En los cuatro meses que llevan instalados han detectado a 98.000 conductores que no respetaban los límites de velocidad. Las arcas se llenan, pero ¿se obtienen resultados?

Radar situado en la M-30 a la altura de O'Donnell.
Radar situado en la M-30 a la altura de O'Donnell.

La DGT ya lo avisa: España se llenará de radares. Es una política seguida por otros países de la Unión Europea y, según explican, da resultados. Sólo hay que darse una vuelta por la madrileña M-30 para comprobarlo.Esta carretera de circunvalación es una de la más transitada de nuestro país. Se calcula que pasan por ella al día más de 273.000 coches y la mayoría de ellos no solía respetar los límites. Al menos, eso aseguran desde el Consistorio tras analizar los cambios que los radares han provocado en los hábitos de los madrileños.En los cuatro meses que llevan en marcha (121 días exactamente), han descubierto 98.000 infracciones por exceso de velocidad. Son 810 multas al día, una infracción cada 1,7 minutos... Si seguimos con las cuentas, podemos descubrir que el Ayuntamiento ha recaudado un mínimo de 9 millones de euros (las sanciones varían entre los 92 y los 300 euros). Pero, ¿se ha mejorado la seguridad?Según datos oficiales del Consistorio, la velocidad media de la vía ronda los 90 km/h (la legal). En cuatro meses, además, se ha reducido el número de heridos graves en más de un 98 por ciento y el de leves en más del 68. En la M-30 hay dos radares fijos: en el paseo del Marqués de Monistrol y cerca del puente de O’Donell. El Ayuntamiento ha publicado su ubicación, porque –según destacan- su objetivo no es recaudatorio. Pero los conductores no pueden bajar la guardia, ya que existen varios radares móviles que “cazan" a más de 54 infractores al día. Los conductores no sólo tendrán que prestar atención a sus velocímetros. Arrancan las obras de remodelación de la M-30. Tanto Ayuntamiento como oposición han calificado la obra de faraónica, por lo que los madrileños se tendrán que armar de paciencia. Se van a soterrar seis kilómetros, se construirán varios túneles y se mejorarán los accesos, pero también –según denuncia Izquierda Unida- se removerán toneladas de tierra y se talarán más de 5.000 árboles.El nuevo director de la DGT, Pere Navarro, asumió su cargo con una promesa: instalarán una extensa red de radares en todas las carreteras del país. Y aporta datos: antes de asumir su nuevo puesto, era el responsable de la circulación en la Ciudad Condal. Apostó por los radares en las rondas de Barcelona y en seis meses logró reducir la siniestralidad en esas vías en un 15 por ciento.Los ejemplos no faltan. El caso más significativo es Francia, donde se ha creado una auténtica alfombra de radares.
Prevéntion Routière, una asociación implicada en la lucha contra la violencia vial, descubrió mediante una encuesta que el miedo a ser multado funciona: el 60 por ciento de los encuestados reconocía que moderaban su velocidad debido a la mayor presencia de radares.

Analizamos el milagro francés
Más de 1.500 personas han salvado la vida. No se ha detenido a ningún terrorista, no se ha logrado ninguna vacuna, no se ha decretado ningún alto el fuego... Los franceses han logrado una auténtica revolución en sus carreteras.