Ford vuelve al pasado con el GT40 concept

Ford continúa con su incansable tarea de intentar recuperar el pasado en el desarrollo de nuevos modelos. En este caso se trata de una reedición en forma de concept car del mítico GT40.

El GT40 nació en la década de los 60 con el fin de competir en los principales circuito del mundo y dotar a Ford de ese carácter deportivo que ya no le abandonaría. Este GT40 concept ahonda en el esfuerzo llevado a cabo en los últimos tiempos por la marca del óvalo por recuperar ciertos modelos que fueron de gran prestigio en un pasado no muy lejano. Así, en los últimos años hemos podido ver nuevas versiones del Thunderbird, del Mustang y del Forty Nine. Primero como conceptos, pero ya casi como una realidad a la espera de su fabricación en serie.

El nuevo GT40, presentado en el Salón de Detroit , es la última apuesta de Ford en este sentido. Las diferencias entre ambos no son, aunque pudiera parecerlo, tan notables. La más evidente es que el nuevo GT40 es 45 centímetros más largo y 10 más alto que su homónimo. Sin embargo, la estética y las prestaciones de este modelo son similares, ya que se ha intentado evitar cualquier elemento moderno intencionadamente con el fin de no perder el espíritu del mismo.

Las líneas exteriores son un calco de las del original, al igual que el interior, en el que se ha apostado por la imagen más "retro" con la inclusión de un gran cuentarrevoluciones presidiendo el salpicadero y con el uso de interruptores de tecla.

El chasis está construido en aluminio (que sustituye al original, fabricado en acero) y las suspensiones son independientes en las cuatro ruedas, con los brazos transversales de longitud distinta que favorecen la escasa altura de la carrocería.

En cuanto a las motorizaciones, el GT40 incorpora un propulsor de 5,4 litros y de 8 cilindros en V que ofrece 500 CV de potencia y una velocidad máxima superior a los 320 km/h, unas prestaciones similares a las que ofrecía su homónimo hace 40 años.