El RX-8 de Mazda es un deportivo cuanto menos original. Dispone de cuatro plazas y unas puertas traseras que se abren en sentido inverso a la marcha, sin olvidar que está animado por un peculiar motor Wankel de dos rotores y 231 CV.
En 2003 comenzaba la producción del original Mazda RX-8, un deportivo que sorprendía a todo el mundo por su original diseño, las cuatro plazas que ofrecía su habitáculo y, sobre todo, por la disposición de la puertas traseras que se abren en el sentido contrario al habitual, lo que obligaba a prescindir del pilar central.
El Mazda RX-8 era, por tanto, un deportivo bastante práctico y utilizable gracias a unas plazas traseras bastante habitables y a un maletero que resultaba inusualmente amplio para este tipo de automóviles.
El motor Wankel del Mazda RX-8 también llamaba la atención, pero no era ni mucho menos una novedad entre los deportivos de la marca nipona, que llevaba produciendo automóviles con esta tecnología desde 1968. El Mazda RX-8 sustituía al RX-7, pero a diferencia de este último, el motor rotativo no disponía de sobrealimentación.
El Mazda RX-8 montaba dos turbinas de 654 cm3 y se ofrecía en versiones de 191 y 231 CV, siendo esta última la única que llegó al mercado español. Para las cajas de cambios se ofrecían una manual de seis marchas o automática de cuatro, siendo la primera de ellas la que montaban la mayoría de las unidades que llegaron a nuestro país. Con el tiempo también aparecía una caja automática con seis marchas y levas en el volante. De serie montaba diferencial autoblocante de deslizamiento limitado, también control tracción electrónico y ESP, ambos desconectables.
Del Mazda RX-8 se vendieron algo más de 192.000 unidades en todo el mundo. En nuestro país, apenas 1.000 y tras el año 2009 en el que tan sólo consiguió colocar 25 coches, se cesaba la producción casi dos años antes de que terminara la producción. Las cada vez más restrictivas normas anticontaminantes y en especial la Euro 5 firmaron su sentencia de muerte, ya que el motor Wankel era incapaz de cumplirla. De todas formas, y como ya se ha anunciado, Mazda no tira la toalla y sigue trabajando en un futuro motor Wankel que podría ver la luz a medio plazo.
Conviene tener en cuenta que el motor Wankel ofrece muchas ventajas con respecto al de ciclo Otto. Es mucho más compacto y ligero, cuenta con menos piezas en movimiento, su funcionamiento es mucho más suave y equilibrado, permite regímenes de giro mucho más elevados y en teoría es bastante más fiable y sencillo de mantener. Por el contrario, tiene un consumo de carburante más elevado y también gasta bastante aceite.
El Mazda RX8 es un deportivo de configuración mecánica clásica que reporta muchas satisfacciones al conductor. Es muy ligero, apenas supera los 1.300 kg y gracias a un reparto que ronda el 50% entra trenes, ofrece un comportamiento muy bueno y sumamente progresivo al límite. El motor no destaca especialmente por las cifras de par que ofrece, pero sí por la facilidad que tiene para trabajar alto de vueltas; el corte de encendido se sitúa a 9.300 rpm.
Mazda RX-8: sus precios en el mercado de segunda mano
El Mazda RX-8 es un coche que se puede encontrar a precios muy ajustados en el mercado de segunda mano. Por menos de 6.000 € es posible comprar un RX-8 en aparente buen estado, mientras que los coches de producción más reciente y con menos kilómetros, apenan rozan los 15.000 €. Hay bastante donde elegir y curiosamente llama la atención que la mayoría de las unidades que se ofrecen no han recorrido demasiados kilómetros. Conviene tener en cuenta que se trata de un capricho, un segundo o tercer coche que, en la mayoría de los casos, sus propietarios lo han cuidado con esmero.
El Mazda RX-8 es muy fiable y no demasiado caro de mantener. Conviene tener en cuenta eso sí, que el consumo de combustible es algo elevado y lo mismo ocurre con el de aceite, lo que no debe asustar, ya que es algo intrínseco de estos motores. Las principales averías vienen precisamente por no vigilar el consumo de aceite, lo que puede provocar averías importantes. Si el motor queda dañado por falta de engrase o excesivo kilometraje, lo más recomendable es cambiarlo por uno nuevo, operación que ronda los 6.000 € en el concesionario oficial.
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