En 2013, la revista AUTOPISTA realizó un informe sobre las diferencias existentes entre el consumo real y el homologado por las marcas de coches. En este estudio, después de analizar los datos registrados de 1.047 vehículos, las conclusiones principales fueron las siguientes: de media, el informe reflejaba una diferencia del 20 por ciento del consumo medio homologado al real, en ciudad las diferencias llegaron al 14,3 por ciento y en carretera al 26 por ciento.
Para hacer aún más patente este desbarajuste entre el consumo oficial (homologado) y el real, nos hacemos eco del último estudio elaborado por el organismo Transport & Environment (T & E). De media, el informe 2014 Mind the Gap refleja una diferencia del 31 por ciento superior entre el consumo real y el homologado entre los conductores particulares (hasta un 43 por ciento en conductores profesionales, según los datos de empresas alquiladores y de renting). Según todos los datos registrados, Mercedes-Benz es el fabricante que más diferencias presenta, con un nivel del 40 por ciento de más entre el consumo real de los conductores y el declarado por la firma de la estrella, según los tests de homologación/validación vigentes en la Unión Europea.
Los datos del estudio 2014 Mind The Gap del organismo Transport & Environment son superiores incluso al informe 2001 Mind The Gap, en el que se afirmaba que el consumo real de los conductores era en torno a un 8 por ciento superior al homologado por las marcas de coches.
Tanto el estudio de AUTOPISTA como el de Transport & Environment vienen a demostrar que las pruebas de homologación de consumos de combustible de la Unión Europea están obsoletas y no se ajustan a la realidad. Dichos tests son legales pero se realizan en unas condiciones y circunstancias muy especiales. Transport & Environment llega a argumentar que las marcas de coches presentan vehículos con unas presiones de neumáticos ligeramente superiores a las recomendadas por el mismo fabricante, el peso del coche es el mínimo con el equipamiento más básico posible e incluso algunas de estas pruebas de homologación se suelen realizar en días muy calurosos y a una determinada altitud.
En 2017, está previsto que se apruebe a nivel mundial una nueva normativa que regule los consumos homologados de las marcas de coches (en un principio, esta nueva se ha de adaptar a circunstancias más reales de conducción). Sin embargo, dicha fecha no es definitiva y no está ratificada por los entes implicados (Unión Europea, marcas de coches, Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, etc.,), tanto que los propios fabricantes de vehículos parecen estar de acuerdo en pedir una prórroga a 2022 para que finalmente dicha norma de regulación/homologación de consumo empiece a estar vigente.
El estudio de Transport & Environment (T & E) afirma que este desbarajuste entre el consumo real y el oficial supone un gasto extra de media por conductor de unos 500 euros al año, lo que supondría según cálculos de este organismo de un desembolso extra de unos 5.600 euros en combustible durante la vida útil del vehículo.
Recientemente, en Estados Unidos Hyundai y Kia han sido sancionadas por ofrecer datos de consumo oficiales muy dispares frente al consumo real registrado por los conductores.