Kaluga quiere ser el Detroit ruso

Kaluga pretende concentrar la industria del automóvil y convertirse en el Detroit de Rusia, ha declarado Maxim Akímov, vicegobernador de esa región rusa situada a unos 200 kilómetros al sudoeste de Moscú.

Akímov hizo esta declaración en una rueda de prensa, celebrada en Moscú, con motivo de la puesta en servicio de la cadena de ensamblaje de la planta de Volkswagen.

"Por ahora solo funciona la planta de ensamblaje (de piezas importadas), Pero se están construyendo las naves de prensa y pintura", indicó.

En la región ya funcionan varias empresas productoras de piezas de automóvil y próximamente también entrará en servicio la planta de ensamblaje de camiones Volvo.

"Estas empresas gozan de preferencias sin precedentes, dijo el vicegobernador de Kaluga.

Ayer, en presencia del Presidente del Consejo de Dirección de Volkswagen AG, Martin Winterkorn, el Presidente del Consejo de Dirección de Skoda Auto, Reinhard Jung y el miembro del Consejo de Dirección de Volkswagen y responsable de Producción del Grupo VW, Jochem Heizmann, tuvo lugar la inauguración oficial de la primera cadena de ensamblaje de la futura planta.

En el parque tecnológico de Grábzevo, en las afueras de la ciudad de Kaluga, fueron presentados los automóviles que producirá la planta: Skoda Octavia, Octavia Tou y Fabia, así como Volkswagen Passat y Jetta.

"La planta de Kaluga se empezará a completar en los próximos meses y, entonces, podremos iniciar la producción durante la primera mitad del 2009", declaró Heizmann en el acto.

De acuerdo a los planes del grupo, durante el próximo año en Kaluga está previsto montar 66.000 unidades con vistas a que en una segunda fase, a partir de 2009, la factoría producirá de 115.000 a 150.000 unidades al año.

La conferencia del vicegobernador se produjo en medio de severas críticas del proyecto de Volkswagen, que confía a partir de 2009 producir en Rusia de 115.000 automóviles a 150.000 automóviles al año sin bajar del precio actual de sus vehículos importados.

Según los dirigentes de Volkswagen, "semejante política de precios permitirá al consorcio invertir en desarrollo".

Al mismo tiempo confían, según comentó Winterkorn, que la producción de automóviles Volkswagen y Skoda en Kaluga les ofrecerá la oportunidad de beneficiarse del "rápido crecimiento del mercado automovilístico en Rusia".

1 El influyente diario económico Kommersant advierte, sin embargo, que, "sin bajar los precios, es imposible vender tantos automóviles", más aún que "Volkswagen y Skoda no gozan de gran popularidad en Rusia".

El mercado ruso está acostumbrado a desconfiar de la calidad de la producción nacional y por el mismo precio difícilmente preferirá un automóvil de Kaluga a su análogo, ensamblado en la República Checa o en Alemania.

Además, el Passat 1,6 y el Octavia 1,4, que inicialmente lanzará la planta, no son precisamente los modelos más requeridos en Rusia, donde por su precio se enfrentan a análogos más baratos y potentes de productores japoneses, coreanos, franceses, italianos y chinos, que ya producen en Rusia.

"Al emplazar la producción en Rusia los productores extranjeros del automóvil bajan el precio en un promedio de 15 por ciento. Pero para vender en Rusia 115.000 unidades al año a partir de 2009 para Volkswagen eso sería insuficiente", opinó Yevgueni Bogdánov, ejecutivo de la compañía A.T. Kearney.

Según él, la actual explosión de la demanda de automóviles para entonces decaerá y "la competencia de precios será feroz".

La planta de Volkswagen empezó a construirse en Kaluga en octubre de 2006.

Volkswagen invierte en el proyecto 750 millones de dólares, sindicados por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo a cambio del 20 por ciento de acciones. Otros 180 millones de dólares serán invertidos por los proveedores.