Pedro Bona, único representante español en el Comité de Empresa europeo de
GM y secretario general de
UGT en la planta de
GM en
Figueruelas (Zaragoza), ha anunciado que la compañía requiere de forma inminente 595 millones de euros para garantizar su
liquidez y la necesidad de
reducir los costes estructurales en un 10 por ciento.
En este sentido, GM ha condicionado su futuro a la recepción de ayudas públicas, algo que la matriz ya ha reclamado al presidente saliente de EE.UU., George W. Bush, por valor de hasta 14.000 millones de dólares ante la difícil situación financiera que atraviesa la multinacional de Detroit, al borde de la bancarrota y desplomándose en Bolsa.
A diferencia de otras compañías del sector como la japonesa
Nissan, que ha presentado un
ERE para despedir a 1.680 empleados, en el caso de la factoría de
GM en Figueruelas, que da trabajo a unas 2.700 personas, la dirección de
General Motors Europa se ha mostrado confiada en que podrá abordar esta
reducción de costes y la caída de ventas
sin despidos.
En lugar de generar
despidos, GM reducirá la
producción y la
jornada laboral de sus empleados un 20 por ciento, así como sus
salarios, factores que empezará a estudiar la semana que viene en la reunión que celebrarán en Alemania los 32 representantes sindicales de las
plantas europeas presentes en el denominado
Foro Europeo.
En General Motors España, la reducción supondrá pasar de una producción prevista de 415.000 unidades a 361.000.
Respecto al lanzamiento de
nuevos modelos, Bona dijo que la dirección de
General Motors les anunció que mantendrá todos los lanzamientos previstos hasta el año 2012 si consiguen solucionar sus
problemas de liquidez.