FMI: ayudas al motor, proteccionistas

El plan de ayudas al sector automovilístico ha generado una considerable polémica en Estados Unidos a la que ahora se suma el Fondo Monetario Internacional (FMI) con sus críticas a lo que percibe como proteccionismo y el temor a una reacción en cadena.

FMI: ayudas al motor, proteccionistas
FMI: ayudas al motor, proteccionistas

Las ayudas masivas que General Motors y Chrysler han solicitado, y conseguido de momento, han causado preocupación en el Fondo Monetario Internacional. Sus preocupaciones han ido en aumento a medida que otros países se han sumado a la tendencia.En estos momentos Alemania, Brasil, Gran Bretaña, Canadá, China, Francia y Rusia han anunciado algún tipo de programa para ayudar a sus sectores automovilísticos a resistir la abrupta caída de las ventas y evitar cierres de fábricas y despidos masivos.Hasta ahora, de entre los grandes productores de automóviles del mundo, el Gobierno de Japón se ha resistido a las peticiones de los directivos de sus compañías automovilísticas para que abra el tesoro público y proporcione miles de millones de yenes a las marcas niponas .Su razonamiento es que una empresa como Toyota debería resistir el temporal tras años y años de beneficios.Obviamente en Estados Unidos la situación es difícil. Ha pasado mucho tiempo desde que alguna de las Tres Grandes de Detroit ha podido presumir de ser realmente rentable, especialmente en su mercado doméstico.Pero la postura de Tokio podría cambiar en cualquier momento si la crisis de ventas mundial se agudiza en los próximos meses.La entrega de 17.400 millones de dólares a General Motors y Chrysler por parte de Washington (y hay muchas posibilidades de que esa cifra aumente en los próximos meses cuando las dos empresas presenten sus planes de viabilidad) ha forzado a otros países a actuar.En Canadá, el Gobierno del primer ministro conservador, Stephen Harper, se había mostrado reacio en un principio a echar una mano a las filiales en el país de GM, Ford y Chrysler. Pero una vez que resultó claro que Washington iba a rascarse la cartera, Ottawa cambio de sintonía.Aunque la industria del automóvil es vital en el país, el Gobierno canadiense dejó bien claro que no facilitaría dinero (unos 3.300 millones de dólares) a las automovilísticas hasta que Washington hiciese lo propio.Alemania se ha encontrado en la misma situación. Aunque la subsidiaria de General Motors en el país, Opel, es una de las piezas fundamentales del complejo automovilístico germano, Berlín se había resistido a ayudar al sector.Incluso la canciller alemana, Angela Merkel, señaló a finales del año pasado que las ayudas de Washington pueden representar "un problema" para las empresas europeas y pidió a la Comisión Europea que estudie cómo Estados Unidos apoyará a la industria del motor "para que la europea no sufra daños". Pero Merkel ha tenido que recapitular."Por supuesto, no vamos a ser capaces de simplemente sentarnos y ver cómo el sector del automóvil estadounidense se mantiene vivo con ayudas de miles de millones de dólares", ha declarado la canciller.Ayer el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard, alertó de que la ayuda al sector "puede ser diseñada de una forma que da ventaja a las empresas nacionales". Blanchard añadió: "Deberíamos facilitar el crédito cuando los mercados no funcionan bien, en lugar de ayudar a una compañía u otra". Y eso es precisamente lo que está haciendo país tras país, ayudas individuales a empresas en vez de arreglar los mercados.