La ley de Distribución salvará a los concesionarios

La nueva normativa sobre distribución de automóviles impedirá el cierre de casi un 30 por ciento de los concesionarios en España en un plazo de dos años, dado que pone fin a la estrategia de los fabricantes de cancelación de contratos con sus distribuidores, según la federación de concesionarios Faconauto.

Los usados se recuperan en agosto
Los usados se recuperan en agosto

Esta es una de las conclusiones expuestas hoy en rueda de prensa por la patronal de concesionarios, que ha repasado las ventajas que supone para este sector la introducción de una enmienda sobre la distribución de vehículos añadida a la Ley de Economía Sostenible.

Entre estas ventajas, los concesionarios automovilísticos señalan las dirigidas a los usuarios, pues va a suponer la eliminación de ineficiencias en el sistema que implicarían una reducción media en el precio de venta de los coches de unos 400 ó 500 euros.

El presidente de Faconauto, Antonio Romero-Haupold, así como miembros de su cúpula directiva, también presentes en este encuentro con los informadores, recalcaron que la nueva ley introduce un equilibrio en las relaciones bilaterales entre fabricantes de coches y concesionarios.

En sentido contrapuesto, Romero-Haupold aseguró que en la legislación actual predomina una posición de dominio de los fabricantes, en la que 'se han cometido abusos'.

Esta situación ha sido denunciada por los concesionarios desde hace 15 años a través de iniciativas populares, proposiciones de Ley y no de Ley, reclamaciones ante entidades administrativas nacionales y comunitarias, 'sin conseguir nada'.

Romero-Haupold, sobre estos argumentos, negó que la ley haya sido 'sorpresiva', como denuncian los fabricantes, y añadió que el apoyo que le han dado nueve de los once grupos parlamentarios 'demuestra la razón de nuestras reclamaciones'.

La cúpula de la patronal de concesionarios indicó que las prioridades del sector de la distribución de automóviles se ciñen a acabar con la obligación que tienen de comprar más coches de los que necesitan, con la compra de los mismos a un precio un 20 % por encima de lo que se venden.

Asimismo, se propone evitar la imposición de edificar, por imposición de las marcas, lo que llaman concesionarios-catedrales o grandes estructuras que hipotecan por muchos años, dada su alta inversión, que el vendedor pueda elegir banco libremente y suprimir que los nuevos contratos impidan vender libremente el negocio, pues se necesita el permiso del fabricante.

Los directivos de Faconauto reconocieron que las cláusulas de retroactividad de la nueva ley fueron eliminadas en el trámite de la enmienda en el Congreso, por lo que se abre una situación, en este caso, de pronunciamiento judicial en cualquier contencioso

Romero-Haupold restó importancia a lo que calificó de amenazas de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) y negaron peso al argumento de la desinstalación de industrias, porque entienden que la producción automovilística española se dirige en un 80 % a la exportación y la nueva ley apenas tiene incidencia en el mercado español.

Los responsables de Faconauto compararon la actual coyuntura del negocio fabril del automóvil, con unas ganancias medias de 4.000 millones de euros, frente a las vicisitudes de la rama de distribución que ha tenido que recurrir a 35.000 despidos.

El presidente de Faconuato reiteró que una de sus prioridades no es el de devolución de los stocks sin vender a los sesenta días, sino impedir que se impongan más coches de los que pueden vender los concesionarios.

A este respecto, concretó que el valor del inmovilizado de los concesionarios españoles asciende en la actualidad a 18.000 millones de euros, aunque en el momento peor del mercado, antes del Plan 2000E, se situó en 28.000 millones.

Romero-Haupold también restó dramatismo al divorcio que la introducción de la enmienda puede producir en el sector español del automóvil.