“Cada día, 230.000 alumnos utilizan el autobús escolar para ir al colegio y volver a casa”. La cifra la aportaba el director general de la Dirección General de Tráfico, Gregorio Serrano. Lo cierto es que se trata de un medio de transporte seguro, ya que en 2015 no se produjo ninguna víctima mortal entre sus usuarios, pero éstos son vulnerables. Si añadimos las vías por las que se suele circular (en su mayoría carreteras convencionales), se llega a una conclusión: es necesaria una especial vigilancia para mantener estos niveles de seguridad.
Por ello, hasta el viernes 2 de diciembre, los autocares dedicados al transporte de escolares serán objeto de vigilancia especial por parte de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Una acción que se enmarca dentro de las campañas de seguridad vial que anualmente realiza la Dirección General de Tráfico para prevenir la accidentalidad en este tipo de transporte.
Las inspecciones que se llevarán a cabo consisten en un primer control de carácter administrativo sobre las autorizaciones y documentos que deben tener dichos vehículos para la correcta prestación del servicio. Además, se comprobará que los vehículos cumplen las condiciones técnicas y disponen de los elementos de seguridad que exige la normativa. Los autobuses no serán los únicos sometidos a examen. La campaña también incluye a los conductores: deberán tener el permiso de conducir necesario y haber cumplido los tiempos de conducción y descanso requeridos.
El cinturón de seguridad
Teniendo en cuenta que la velocidad y las distracciones son las principales causas de accidentalidad en este tipo de vehículos, se pondrá especial atención en cuestiones como que circulen a la velocidad permitida y que no usen teléfonos móviles u otros dispositivos que supongan distracción. Finalmente, aumentarán los controles de alcohol y drogas en estos conductores.
Por otro lado, se vigilará con especial intensidad el uso de los cinturones de seguridad en aquellos autobuses que los tengan: más del 60 por ciento ya disponen de ellos y, además, desde octubre de 2007 se deniega la matriculación a cualquier autobús que no lleve instalados estos sistemas de retención. Y es que tal y como aseguran varios estudios, el uso del cinturón en estos vehículos reduce las lesiones mortales en un 90 por ciento en caso de choque frontal o vuelco porque evita la proyección del pasajero y reduce los impactos en pecho, abdomen y piernas.
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