En paralelo a la cumbre de máximos mandatarios mundiales para reducir las emisiones contaminantes que se traducen en un recalentamiento del planeta, un conjunto de actores del sector del transporte a nivel mundial, coordinados por Michelin, han propuesto una serie de iniciativas para mejorar el entorno medioambiental intentando que la temperatura del planeta no crezca más de dos grados antes de final del siglo, pero siempre condicionados por la implicación de los respectivos gobiernos.
Las propuestas lanzadas a la opinión pública por el sector del Transporte han focalizado sobre el transporte de larga distancia, la movilidad en las ciudades y el coche particular. Recordemos que el transporte origina el 14 por ciento de las emisiones de CO2 mundiales aunque consuma el 60 por ciento del petróleo producido. Entre las iniciativas privadas presentadas figura la de 12 compañías de taxis de once países que se comprometen a que en 2030 sus flotas sean respetuosas con el entorno. Para ello, en 2020 entre el 33 y el 50 por ciento de sus nuevos vehículos emitan menos de 60 gramos de CO2 por kilómetro, mientras que en 2030 el 100 por ciento de su flota debería emitir menos de 20 g/km de CO2.
Con una filosofía similar al ejemplo anterior para el taxi, 23 ciudades, representando una flota de autobuses de 166.876 unidades, se han comprometido a que el 25 por ciento de su parque móvil de alta capacidad sea de bajas emisiones o emisiones 0 en 2020. Ya en ámbito gubernamental, se pide desde el sector del Transporte la mejora de la eficacia energética de los vehículos -65 países se comprometen a elaborar políticas y reglamentaciones relativas a la eficacia energética de sus vehículos-. En estos momentos el consumo medio del coche a nivel mundial está en ocho litros y si se lograse dividir por dos esta cifra en los coches de estos 65 países se estarían ahorrando a la atmósfera 30 gigatoneladas -30.000.000.000 de toneladas-.
Otra iniciativa, bautizada MobiliseYour City, consiste en apoyar a 100 ciudades y 20 países en desarrollo o emergentes de aquí a 2020 para la creación de planes de movilidad urbana duradera. En este caso, cada ciudad participante se comprometerá a reducir sus emisiones ligadas al transporte urbano entre el 50 y el 70 por ciento de aquí a 2050. Una primera experiencia piloto se lanzará en 2016 y trabajará con 20 ciudades de 13 países de Africa, Sudamérica, Asia y Oriente Medio. Cada patrono de la iniciativa ofrecerá 5,5 millones de euros para su arranque.
Por último, la necesidad de la electromovilidad y su desarrollo. Así lo manifiesta el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y compañías como Tesla, Michelin o Nissan-Renault que han suscrito la Declaración de París sobre electromovilidad y cambios climáticos y que busca que se hagan realidad las promesas hechas por empresas, ciudades, estados y asociaciones para la electrificación del transporte. Según la AIE, para poder pensar en lograr el objetivo de que no se incremente la temperatura media del planeta en dos grados, el 20 por ciento del parque mundial debería circular en modo eléctrico en 2030. Claro que siempre y cuando la producción de hidrógeno y electricidad este libre y limpia de carbono.
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