El pasado febrero, la DGT anunció un cambio en su política de radares que incluía un plan especial de vigilancia de la velocidad en estas vías. Prometía también fijar el margen, de 7 km por hora o del 7 por ciento, -en función de si se tratara de mediciones por debajo o por encima de 100 km/h-, en todos sus radares y, sobre todo, hacerlos visibles. Esto incluía la publicación periódica de los tramos de vigilancia de la velocidad en carreteras convencionales. Ya conocemos los primeros 305 de dos comunidades autónomas Castilla y León y Asturias. Los próximos hasta llegar a los 1.200 anunciados los conoceremos antes del verano.
Esta política de vigilancia especial de la velocidad supone trasladar la mayoría de los radares (hablaban de 850 entre fijos y móviles) de las vías de alta capacidad a la red secundaria con criterios de accidentalidad. De los 2,2 millones de infracciones que emite anualmente de media la Dirección General de Tráfico la mitad, unos 1,1 millones son en autopistas y autovías y el resto en carreteras convencionales. Para tráfico no son suficientes estas últimas argumenta que más de 80 por ciento de los fallecidos lo son en accidentes que tienen lugar en carreteras convencionales. Estas son la claves de los controles realizados por al DGT.
1. Están señalizados
Un cartel anuncia la presencia del control de velocidad unos metros antes, en ocasiones dependiendo de lo rápido que vayamos no será suficiente para rebajarla. Incluso puede que no lleguemos a verlo (no son carteles fijos), su tamaño no es excesivamente grande. Afirman que se hallan en lugares seguros, que no lo van a hacer en la cuneta como antes agazapados entre la vegetación.
2. Rotación constante dentro del tramo
La dinámica de los controles tal y como nos comentó la propia directora de Tráfico, María Seguí, en el momento del anuncio de la nueva estrategia de vigilancia en secundarias es la agilidad son “controles cortos y educativos” en ubicaciones distintas, entre 5 y 7 diarias diferentes. Prefieren eso a permanecer en el mismo lugar. Para evitar que se lo conozcan los conductores.
3. Longitud muy variada
En los tramos publicados, como ya nos advirtieron antes de publicitarlos, hay mucha disparidad en cuanto a la longitud de los tramos de vigilancia de la velocidad. Los más cortos tienen poco más de un kilómetro, los más largos superan los 80 e incluso los 90. En ningún caso se dice dónde está el radar solo el tramo bajo vigilancia.
4. Detención in situ
El objetivo de la campaña es parar in situ al infractor. Pero ¡ojo! No sólo vigilarán la velocidad. En muchos casos también podrán hacerte un control de alcoholemia y comprobar que los papeles (permiso de conducir de circulación ITV y seguro ) estén en regla.
5. Monitorización constante
Anuncian una monitorización constante de la siniestralidad en estas vías, de forma que si se produce un incremento de accidentes en un tramo no incluido dentro los vigilados, éste pasará a recibir una vigilancia especial. No te descuides porque el tramo por el circulas aunque no figure en la lista también puede estar bajo vigilancia.