La palabra “buzz” tiene muchas traducciones al español en función del contexto. Un buen número de ellas directamente relacionadas con el concepto de felicidad, como entusiasmo. Pero también ruido, emoción o alboroto. Precisamente esto último era lo que Ford pretende con su BuzzCar, comprobar, y mostrar, cuáles son los momentos “buzz”, es decir, nuestros momentos de máxima satisfacción al volante.
Para ello, desde la firma han diseñado un sistema capaz de controlar, entre otros valores, el ritmo cardíaco, la conectividad capilar o la sudoración del cuerpo. Los resultados son cruzados con los datos obtenidos desde el coche, y así comprobar en qué contextos se producen estos subidones. El objetivo no es hacer una puesta a punto más deportiva de sus vehículos de altas prestaciones, la intención final es la de conseguir el coche más agradable posible en el día a día, pues tal y como nos recalcan desde la marca, lo normal no es disfrutar de un coche en circuito tomando la recta de meta a 200 km/h, pero sí enlazar un tramo de curvas a 80 km/h y ser igualmente felices.
Para mostrar todo esto, Ford nos subió en las instalaciones que el RACC tiene en Madrid a un Ford Focus RS preparado para la ocasión. Tras 1.400 horas de trabajo, el coche se había configurado para obtener los máximos datos posibles en cuanto a nuestra conducción. Además, sus ventanas estaban iluminadas por 188.000 leds que se iluminaban acompañando a nuestros sistemas nerviosos. De esta manera, en los momentos de máxima felicidad el coche se iluminaba y parpadeaba en todas sus ventanas.
Aplicaciones en el día a día
La búsqueda de sensaciones en sus modelos no es el único objetivo de Ford. En el proyecto, subvencionado desde Europa, trabajan empresas interesadas en los comportamientos que los conductores tienen al volante para mejorar la seguridad vial de los mismos.
Lo que nosotros experimentamos está lejos de ser el grueso de la investigación, tan sólo se trata de una división dentro de la misma que Ford utiliza para la mejora de sus modelos más deportivos. Sin embargo, la investigación avanza por otros derroteros. Para empezar, los coches de pruebas no cuentan con los paneles de led que sí montaba nuestra unidad de pruebas, ya que no sería homologable para circular por carretera.
Lo segundo es que las pruebas que se están realizando utilizan una muestra de conductores con los que representar al conductor medio. Se analizan sus comportamientos y constantes vitales para comprobar qué experimentan al conducir y, de esta manera, analizar datos con los que mejorar su seguridad, anticipando la fatiga o un aumento del sueño, para, más adelante, tratar de incluir sistemas en los coches que puedan disminuir los riesgos al volante.
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