En el mes de septiembre de 1985, durante la celebración del Salón de Frankfurt y completadas prolongadas e intensas sesiones de pruebas en varios de los circuitos más exigentes del mundo, fue presentado en sociedad el que sería el primer ejemplo de una saga deportiva que ha llegado hasta el día de hoy y que ha supuesto para BMW entrar en los libros de historia del automóvil como ejemplo de deportividad: su BMW M3. Han pasado más de tres décadas desde entonces. Algo más de 30 años, tiempo suficiente para que el BMW M3 se haya consagrado como el automóvil de referencia en su categoría, que es la de las berlinas, coupés y descapotables del segmento medio con motores de gran potencia y un comportamiento dinámico de excepcional eficacia y con gran satisfacción en la conducción.
BMW M GmbH, por aquel entonces BMW Motorsport GmbH —empresa centrada exclusivamente en la actividad deportiva de competición—, recibió el encargo de desarrollar un vehículo que no sólo tenía que convertirse en el modelo más potente y deportivo de la Serie 3 de BMW. También debía destacar como un vehículo de competición excepcional en los distintos campeonatos de turismos que se celebraban en diferentes países. Para ello, se debían cumplir con las exigencias de homologación del Grupo A, que obligaba a fabricar y comercializar un mínimo de 5.000 unidades.
Pero el primer BMW M3, con código E30, superó todas las expectativas, comerciales y deportivas. Tanto en la competición, convirtiendo al BMW M3 Grupo A en el turismo más exitoso del mundo en las carreras de coches, como para su uso en el tráfico diario, como demostró llegando a vender 17.970 unidades a lo largo de su vida comercial. Lo que, con seguridad nadie podría imaginarse en aquel momento, es que 30 años después de su nacimiento, el BMW M3 continuaría siendo ya, no solo la referencia del segmento, sino un automóvil legendario, objeto de culto entre los aficionados y la referencia de su clase en las carreteras y los circuitos.
BMW M3 E30
La historia del BMW M3 comenzó en el verano de 1985, cuando empezaron a aparecer informaciones sobre un modelo que estaba destinado a convertirse en el Serie 3 de BMW más rápido y deportivo hasta entonces. Los primeros datos que aportaron ya asombraban: un motor con 200 CV, una velocidad máxima superior a los 230 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 6,7 segundos. Sin embargo, pasó más de un año hasta fuera puesto a la venta. Su motor fue diseñado por el mismo equipo que realizó el propulsor que llevó a la victoria a Nelson Piquet en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en 1983. Ambos habían sido desarrollados sobre la base del propulsor de cuatro cilindros de 2.000 cm3 que se fabricaba en grandes series y, además, compartían el bloque. La decisión elegir un bloque de cuatro cilindros, en lugar de uno de seis, que ya existía en la Serie 3 de BMW desde 1977, provenía del deseo de ahorrar peso y conseguir un cigüeñal corto y capaz de girar a altas revoluciones sin que generara problemas de vibraciones. La carrocería del BMW M3 recibió un afinado trabajo aerodinámico, que quedaba a la vista con un generoso alerón trasero que ayudaba a conseguir un brillante Cx de 0,33. La modernidad del BMW M3 quedó patente por la inclusión de un sistema de catalizador de gases de escape, no obligatorio por entonces, que ya presagiaba el profundo interés de BMW por el cuidado del entorno. La extraordinaria eficiencia del conjunto quedó remarcada al conseguirse una cifra de consumo medio homologado que no llegaba a los 9 l/100 km, impropia para un vehículo de tan excepcionales características para aquella época.
BMW M3 E36
La segunda generación del BMW M3 apareció en 1992 y, en este caso, los responsables de su diseño lo alejaron de las formas extremas de los vehículos de competición, eligiendo un estilo elegante, sin formas estridentes, pero equipado con un motor de gran potencia. Para esta ocasión, BMW eligió estrenar un motor de seis cilindros para el M3, con una cilindrada de 3 litros. Como resultado, el motor del BMW M3, cuya segunda generación se denominó internamente E36, entregaba una cifra de potencia máxima casi un 50 por ciento superior a la de su antecesor. Producía 286 CV, con un par máximo de 32,7 mkg disponibles a 3.600 rpm, convirtiéndose en la referencia entre los motores atmosféricos de altas prestaciones, pues BMW desechaba la idea de sobrealimentar sus M3. De hecho, en aquel momento ningún otro motor aspirado disponía de una potencia específica tan elevada, con una cifra por encima de 95 CV por litro de cilindrada. Sus prestaciones eran más brillantes que las de su antecesor, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6 segundos y una velocidad máxima de 250 km/h. Esta última cifra fue voluntariamente limitada mediante la introducción de un dispositivo de control electrónico. Pese al sensible incremento de prestaciones y peso, el consumo de combustible casi no se acrecentó frente a la primera generación del BMW M3, situándose en 9,1l/100km. A lo largo de la vida de este BMW M3 E36 aparecieron, por vez primera, distintas versiones de carrocerías, en particular, las variantes cabriolet y berlina de cuatro puertas.
BMW M3 E46
En octubre del año 2000, BMW presentó la tercera generación de su M3. Alejado de un diseño extremo, volvió, sin embargo, a retomar una imagen agresiva, sobre todo en su zona frontal. Con el nuevo motor de seis cilindros en línea de 3.246 cm3, BMW trasladó al BMW M3 el concepto de altas revoluciones que se empleaba en la Fórmula 1, aunque debidamente adaptado para un coche que debía circular por vías abiertas al tráfico. De nuevo, evitando el uso del turbocompresor, la potencia máxima generaba una cifra inusual en su segmento: 343 CV a 7.900 revoluciones y un par motor máximo de 37 mkg 4.900 vueltas, lo que permitía a este BMW M3 de 1.570 kilogramos acelerar de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos. Además, la capacidad de su motor para revolucionarse era espectacular, pudiendo alcanzar las 8.000 rpm, algo inhabitual en coches de uso turístico. El comportamiento dinámico adquirió en esta generación del BMW M3 un nivel supremo, al combinarse elementos mecánicos con el sistema dinámico de estabilidad. El diferencial autoblocante siempre formó parte del equipamiento de serie de todos los coches M de BMW. Pero para la tercera generación del BMW M3, se desarrolló uno nuevo que permitía variar el tarado de bloqueo entre el 0 y el 100% en función de las circunstancias, en lugar de uno fijo, como hasta entonces.
BMW M3 E92
En pleno verano de 2007 se presentó la cuarta entrega en la familia BMW M3, un modelo completamente nuevo que estrenaba un propulsor V8 de 4.000 cm3 capaz de rendir 420 CV a 8.300 rmp, generando un par máximo de 41 mkg a 3.900 rpm. Con tal nivel de potencia disponible sobre las ruedas traseras podía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 250 km/h, limitada de forma voluntaria por el fabricante. Pese a que este motor tenía dos cilindros más, gracias a que en la construcción de su bloque se empleó una aleación de aluminio y silicio, este V8 es unos 15 kilogramos más ligero que el motor de seis cilindros en línea del BMW M3 E46. Al igual que el de éste último, el nuevo V8 del BMW M3 se beneficia de la utilización de un sistema doble-VANOS de regulación variable de los ángulos de actuación de los cuatro árboles de levas, lo que se traduce en una entrega de potencia especialmente progresiva. El BMW M3 compartía muy pocos elementos de su carrocería con el BMW Serie 3 E92 de la época. Únicamente las puertas, la tapa del maletero, las ventanas, los faros delanteros y los pilotos traseros eran comunes en ambos. Todos los demás elementos de la carrocería eran específicos del BMW M3. El diseño del paragolpes delantero, con grandes entradas de aire para la refrigeración, respondía a la mayor exigencia de su motor, por lo que fue necesario renunciar a los faros antiniebla. En la búsqueda por aumentar la rigidez y de paso reducir el peso, casi todos los componentes del tren delantero de este BMW M3 E92 son de aluminio. El eje trasero de cinco brazos era totalmente nuevo, y también de aluminio, a excepción de uno de sus brazos, de forma que redujo su peso en 2,5 kilogramos en comparación con el del BMW Serie 3 Coupé.
BMW M3 F30
El presente capítulo de la saga BMW M3 arrancó a finales de 2013. Era la primera vez que se presentaba al mismo tiempo la variante con carrocería de cuatro puertas y el coupé. Es este caso, la versión con carrocería de dos puertas, siguiendo la nueva lógica de denominación de modelos de BMW, pasó a llamarse BMW M4 Coupé, que ocupó el lugar que dejó el BMW M3 Coupé E92, para el BMW M3 convertirse en la denominación de la carrocería berlina de cuatro puertas. El nuevo BMW M3 F80 se eleva a un nuevo concepto con la introducción de un motor de seis cilindros en línea con la tecnología M TwinPower Turbo. El nuevo motor regresa a los propulsores de seis cilindros en línea y es capaz de alcanzar las 7.600 rpm. Con esto combina lo mejor de dos mundos: como motor de giro a altas revoluciones, reacciona de forma inmediata a la acción sobre el acelerador. Además, gracias a la tecnología de sobrealimentación, la entrega de la potencia es lineal dentro de una amplia gama de revoluciones, al igual que el par motor, que alcanza su cifra máxima desde tan solo 1.850 vueltas y permanece constante hasta llegar a las 5.500 rpm. Desarrolla una potencia máxima de 431 CV entre 5.500 y 7.300 rpm, convirtiéndose en el BMW M3 más potente de la historia. El par motor máximo alcanza los 56 mkg, aumentando en un 40% el disponible en su antecesor. Equipado con la caja de cambios opcional M DKG, con dos embragues, la nueva berlina BMW M3 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 280 km/h si equipa el opcional Driver´s Package. El consumo medio y las emisiones del BMW M3 F80 se han reducido en más de un 25% con respecto a su antecesor, homologando una cifra de 8,3l/100k.
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