Audi Cross Coupé quattro

La espera ha valido la pena. Aunque lo que se presenta en el Salón de Shanghai como Audi Cross Coupé quattro es un agresivo estudio de diseño, no se puede por menos que pensar que esconde las líneas maestras del futuro Audi Q3, que será desvelado el año 2009.

Audi Cross Coupé quattro
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Pocos días después de que se declarara muerto antes de nacer aquel concepto Roadjet —que algunos imaginaron como el sustituto del A4—, supuestamente por no resultar suficientemente agresivo en su imagen, Audi muestra la tendencia estética a seguir en los próximos años en el Cross Coupé quattro, un concepto que, o mucho nos equivocamos, o es el anticipo del próximo Q3, el hermano pequeño del mayor éxito de la marca en el segmento de los coches de alto precio, el Q7.Ellos —Audi— lo denominan estudio. Y más parece esto mirando al interior, pero por fuera, apostamos a que las diferencias con el modelo de serie, que debería aparecer en 2009, no serán demasiado profundas. Está claro que el paso adelante sobre los últimos modelos de Audi es notable —¿no os parece que el A5 se ha quedado algo falto de osadía estética?— y que sus líneas agresivas incitan, de inmediato, a acercarse a un concesionario de la marca. Con el mencionado cupé comparte un alto grado de “metalización" de la carrocería, con una elevada línea de cintura. Cuestión de apoyar la sensación de robustez. La parrilla acentúa la personalidad Audi y, junto con otros todocamino surgidos recientemente o en trance de aparecer, la luneta adopta un gran ángulo de inclinación, potenciando su lejano parentesco con el concepto cupé, algo que BMW está empezando a mostrar en fotos, supuestamente “espías", de su próximo X6. Otro componente habitual en muchos cupés son las ventanillas sin marco, de las que hace gala este concepto pero que no tenemos muy claro si se llevarán a la serie.

Los faros atesoran tecnología LED, que se comparte con las luces de día, dispuestas en fila horizontal. Esta tecnología, además de otorgar una libertad de diseño única, favorece el ahorro de energía.Una de las claves de este diseño de carrocería es lo remarcado de sus hombros, mostrando una agresividad propia de modelos deportivos. Las llantas de 20 pulgadas lo acentúan aún más, pero es posible que sólo como opción o accesorio puedan estar disponibles en el futuro modelo de serie. El portón trasero abre camino a un maletero de 450 litros de capacidad, más que razonable para un coche que, exteriormente, no mide más de 4,38 metros.La batalla es de 2,60 metros —sólo dos centímetros más que la de un A3, Golf, etc.—, lo que nos da una idea de la plataforma sobre la que se va a erigir el Q3. La anchura del concepto —1,82 metros— contribuye a generar una imagen de robustez poco habitual. Su altura de 1,60 metros le permite ofertar una posición sentada menos reclinada a los ocupantes, favoreciendo el confort en largas estancias. El techo, por si faltara cota de altura, dispone de una porción deslizante eléctrica, de material flexible, que acerca la sensación de viajar a la que existe habitualmente en modelos convertibles.Si la imagen externa supone una clara desviación del conservadurismo típico en la marca germana, un salto a su interior nos hace preguntarnos hasta dónde están dispuestos a llegar. Porque, desde luego, el interior rompe radicalmente con todo lo conocido en la marca de los cuatro aros. En particular, el salpicadero y la consola central se aventuran en una senda de diseño totalmente divergente de lo hasta ahora visto en Audi. Si se atreverán a llevar esto a la práctica o no, sólo será cuestión de unos meses.