La filosofía deportiva de Porsche se ha adaptado a los nuevos tiempos que corren y lo ha hecho adelantándose a todos sus rivales. Al tradicional lujo, tecnología y deportividad ofrecido a lo largo de toda su historia, ha sumado dentro de todos sus modelos algo tan necesario como es la eficiencia, hasta el punto que se ha convertido en la única marca del mundo con tres modelos completamente distintos equipados con la tecnología híbrida enchufable.
Cayenne, Panamera y 918 demuestran que esta tecnología en Porsche es, además de un logro ecológico, sinónimo de deportividad. Que un híbrido enchufable como es el 918 sea el coche más rápido de Nurburgring ya explica mucho de lo que es la eficiencia deportiva para Porsche. Al margen de los híbridos, dicha eficiencia se transmite al resto de modelos con muchas de las soluciones que podrás leer en este artículo de tecnología, orientadas todas a hacer lógica la potencia para los tiempos que corren. Así, un coche de 520 caballos como es el 911 Turbo es capaz de bajar de los 4 segundos en el paso de 0 a 100 km/h y, a la vez, ofrecer consumos que rondan los 7 y 8 litros de media en una utilización normal, impresionante logro hasta hace pocos años impensable. Todo esto sigue acompañado por la pasión por la competición, con la vuelta a Le Mans y el WEC, la copa GT3 y los distintos campeonatos de GT a nivel mundial. A pesar de las imposiciones ecológicas, sigue siendo Porsche.
1. Construcción ligera.
Gran parte de la eficiencia viene del lado de la ligereza. Cuanto menos pesa un coche más rápido es, más eficaz y menos gasta. En este sentido todos los modelos emplean en su construcción el aluminio, distintos tipos de aceros de alta resistencia, y el magnesio o la fibra de carbono. El secreto es saber qué material emplear en cada sección, con el fin de que dicha ligereza sea compatible con la rigidez necesaria de cada modelo. Las partes azules de este gráfico del Boxster son aluminio de distintas durezas y el resto aceros de alta resistencia.
2. Conducción a vela.
Todos los modelos equipados con la caja de cambios PDK, de doble embrague, disponen de función de conducción a vela. Este sistema funciona a demanda del conductor cuando no están activadas las teclas Sport o Sport Plus. En momento en los que no hay carga de acelerador, cuando el conductor levanta con suavidad el pie del acelerador, la centralita del cambio desacopla los dos embragues y deja dos marchas engranadas, con el fin de que el motor no suponga una resistencia a la rodadura. En el momento en el que el conductor toca el freno o el acelerador, se vuelve a acoplar automáticamente el embrague correspondiente. Esta operación, pensada para reducir el consumo, se realiza en cualquier momento de la conducción, con independencia de la velocidad, aportando un menor consumo tanto en ciudad como en carretera.
3. Ruedas traseras directrices.
En los modelos más deportivos de Porsche, como son el 918 y el 911 en sus versiones Turbo, Turbo S y GT3 el tren trasero puede variar el ángulo de giro de forma automática hasta 2,8º, en función de las necesidades. Hasta 50 km/h las ruedas traseras giran en sentido contrario a las traseras y a partir de 80 km/h giran en el mismo sentido. El resultado es un tren trasero mucho más colaborador, que ayuda con efectividad a las maniobras de giro, tanto si son para aparcar en ciudad como si estás intentando batir el récord de Nurburgring.
4. Aerodinámica activa.
La carga aerodinámica es algo muy útil a la hora de ir rápido pero puede llegar a ser un punto negativo en el consumo en determinadas ocasiones. Esto Porsche lo soluciona adaptando dicha carga a la situación en la que se encuentra el coche. En el caso del 911 además de variar la altura e inclinación del alerón trasero también modifica la carga del tren delantero mediante un spoiler retráctil. Con esto además se soluciona el problema de roce en acceso a rampas excesivamente inclinadas o de badenes reductores de velocidad.
5. Freno multicolisión.
El freno multicolisión frena automáticamente el vehículo para reducir la velocidad tras una primera colisión. Se activa cuando detecta un primer golpe en los sensores del airbag. A continuación, el sistema inicia la deceleración máxima. El control de estabilidad limita esta deceleración con una aceleración negativa máxima de 0,6 g. De esta manera, la capacidad de control del vehículo por parte del conductor también queda garantizada en caso de frenado automático.
6. Control de carril.
El nuevo Macan ha estrenado en la marca una serie de tecnologías inéditas hasta ahora en Porsche, orientadas a contribuir en la seguridad en la conducción. El asistente de mantenimiento de carril trabaja junto con el asistente de cambio de carril para evitar que el coche se salga de la calzada en un momento de despiste o sueño del conductor. Avisa cuando el coche se va a salir del carril e interviene en la dirección para mantenerlo dentro. Esta función se activa a partir de los 60 km/h. Utiliza las cámaras ubicadas tras el parabrisas para leer las líneas de la carretera y unos sensores que controlan el espacio que hay detrás del vehículo y los ángulos muertos, además de una serie de sensores orientados al conductor para determinar su nivel de atención.
7. Control de distancia.
Otro de los sistemas que equipa el nuevo Macan es el Adaptive Cruise Control (ACC) con función de seguridad Porsche Active Safe (PAS). El ACC lleva un sensor de radar en la parte delantera del vehículo que abarca un área de hasta 200 metros del carril por delante del vehículo. El ACC mantiene una distancia en función de la velocidad seleccionable en cuatro niveles con respecto al vehículo que circula delante y adapta automáticamente la velocidad de conducción hasta su detención.
8. Luces adaptativas.
Una de las mayores medidas de seguridad está en los sistema de iluminación nocturna. En Porsche se utilizan los distintos sensores de medición de distancia, velocidad y lectura del entorno para determinar cuál debe ser la forma del haz de luz del vehículo. Éste varía en función de la vía, el entorno o la distancia del coche que pueda venir de frente. Todo esto se realiza bien con los faros principales, bien con las luces de niebla, que se aprovechan para aumentar la capacidad de iluminación.
9. Seguridad deportiva.
El desarrollo del chasis en Porsche se divide en tres áreas: el concepto general del vehículo (masa, la distribución de la carga por eje, posición del centro de gravedad, distancia entre ejes, anchura de la pista y el momento de inercia, así como el tamaño del neumático), el diseño de chasis y los sistemas mecatrónicos (Porsche Active Management Suspensión (PASM), la suspensión neumática y Porsche Torque Vectoring Plus). Con todo este equipo e información, la centralita para estabilizar el coche con seguridad y deportividad.
10. Fibra de carbono.
El 918 lleva un monocasco de fibra de carbono con portagrupos. El monocasco alberga los motores eléctricos delanteros, así como la batería del sistema híbrido y el depósito de combustible. El portagrupos sujeta la unidad de tracción trasera con motor de combustión, los motores eléctricos traseros y la caja de cambios PDK. Todos los componentes montados sobre el monocasco están fabricados en plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP). Se usan soluciones inteligentes como la utilización de estos elementos para realizar la caja del filtro de aire para el motor; en el interior de la estructura el aire de admisión se desvía directamente al motor. Con soluciones como esta se ahorra peso y espacio. Esta solución contribuye a que el 918 tenga un peso en vacío de 1.674 kg, que incluso en el 918 Spyder con paquete Weissach es de 1.634 kg.
11. Cambio manual de 7 marchas.
El cambio perfecto es aquel que aprovecha toda la potencia del motor para alcanzar su velocidad máxima, pero que también guarda un compromiso de desahogo del propulsor para reducir consumos sin que haya grandes saltos entre sus marchas. El 911 resuelve esta situación con una caja de cambios manual de 7 velocidades, con la que gana en eficiencia y deportividad.
12. Tracción total eléctrica.
El máximo exponente de Porsche en materia de hibridación se encuentra en modelos como el 918 de calle y el 919 de carreras. En ambos se recurre a un sistema híbrido que combina un motor de gasolina con otro eléctrico que mueven en conjunto el tren trasero. Pero además disponen de un segundo motor eléctrico ubicado en el tren delantero que cumple varias funciones. La primera es dar tracción a este tren sin necesidad de conexión mecánica con el motor térmico (menor peso, menores piezas en movimiento creando inercias), la segunda es la de recuperar la mayor cantidad de energía cinética posible para almacenarla en las baterías para utilizarla como suplemento en aceleración.
13. Tracción total.
Porsche ha perfeccionado el sistema de tracción total con embrague de discos múltiples electrohidráulico denominado 'PTM'. Ahora la fuerza entre ambos ejes se distribuye por un embrague multidisco controlado electrónicamente que posibilita una distribución de la fuerza mucho más rápida y selectiva. El resultado es un control más exacto y dinámico de las fuerzas de propulsión en el eje delantero que mejora la tracción y la dinámica de conducción. En caso necesario, el nuevo PTM envía más par al eje delantero, cuyo engranaje ha sido dotado con un nuevo sistema de refrigeración por agua. La optimización del motor, el cambio y el sistema de tracción total dan como resultado mejores aceleraciones.
14. Frenos carbocerámicos.
A Porsche se la reconoce por sus prestaciones, lujo y calidad, pero todo el que haya conducido alguno de sus coches lo primero que destaca es su gran capacidad de frenada. Su máximo exponente se encuentra en la utilización de los discos de freno carbocerámicos PCCB, de los que Porsche puede presumir haber sido pionera en esta tecnología al ser los primeros en implantarla en un coche de calle hace ya 10 años. Emplea discos con una aleación de materiales cerámicos y fibra de carbono, con pastillas de gran rendimiento y pinzas de mayor tamaño. Estos discos elevan la potencia de frenado y son mucho más resistentes a la fatiga, permitiendo sin inmutarse el trato duro que suponen las continuas frenadas en un circuito. En la calle pueden llegar a triplicar la duración con respecto a un disco de acero convencional.
15. Turbo de geometría variable... en gasolina.
Uno de los hitos del 911 Turbo se encuentra en su sistema de sobrealimentación. Se trata del primer coche del mundo que, teniendo un motor de gasolina, equipa dos turbos de geometría variable. Con esta tecnología se consigue una curva de potencia llena desde pocas vueltas hasta el final del régimen utilizable, logrando prestaciones estratosféricas cuando se quiere ir rápido y una generosa cifra de par a bajas vueltas, con las ventajas que eso tiene en el consumo.
16. Marchas virtuales en PDK.
El cambio PDK puede utilizar sus dos embragues de forma simultánea con sus correspondientes marchas engranadas para generar marchas virtuales, en busca de un mayor confort y menor consumo. Esto ocurre a menos de 60 km/h con el fin de reducir las revoluciones en caso de que la marcha superior inmediata quede por debajo del límite de revoluciones mínimo del motor. Para ello, engrana dos marchas contiguas y regula ambos embragues a un deslizamiento definido transmitiendo así la fuerza de propulsión. Cuando el conductor acelera, el PDK selecciona la marcha inferior adecuada a la velocidad de un relámpago. Gracias a que los embragues están bañados en aceite esta función es resistente al desgaste.
17. Sistema híbrido.
Las versiones más eficientes de Porsche son las denominadas Hybrid. De momento se encuentran en Cayenne, Panamera y 918, además del 919 de carreras. En todas ellas se recurre a un sistema híbrido en paralelo que combina un motor de gasolina con otro eléctrico. Panamera y Cayenne emplean un 3.0 V6 que ofrece una potencia combinada de 416 caballos con un consumo medio de 3,4 y 3,1 l/100 km respectivamente. El 918 dispone de un V8 de 4.6 litros y dos motores eléctricos, que logran una potencia conjunta de 887 caballos con un consumo medio homologado de 3,1 l/100 km, que no está nada mal para ser el coche de calle más rápido en Nurburgring.
18. Control remoto via Smarthpone.
La conectividad también está presente en Porsche, con la integración de los smartphones en su sistema de control mediante el Porsche Car Connect. A través de una aplicación instalada en el teléfono, se puede acceder a distintas funciones del vehículo, como saber el estado del depósito, abrir o cerrar las puertas o ventanas o, en el caso de los híbridos, combinar los datos del navegador para saber si la autonomía eléctrica es suficiente para realizar el trayecto elegido sin tener que gastar combustible. También se pueden controlar desde el propio coche las funciones del teléfono, accediendo a la música o la agenda.
19. Estabilizadoras activas.
Se denomina PDDC (Porsche Dynamic Chasis Control) y es un sistema de estabilización variable. Una estabilizadora tradicional evita que la carrocería balancee y hace que en apoyos fuertes las ruedas mantengan el contacto con el suelo, pero estropean el confort y hacen el chasis muy radical. El PDDC permite desacoplar por completo la estabilizadora en firme irregular y, a la vez, ofrecer una mayor capacidad de estabilización en conducción extrema, digna de un coche de carreras.
20. Plug-in, autonomía cero emisiones.
Porsche puede presumir de ser la única marca que dispone en su gama de tres híbridos con tecnología enchufable, siendo además Panamera la primera berlina de lujo en contar con este sistema y el Cayenne el primer SUV a nivel general. Panamera, Cayenne y 918 aportan una autonomía totalmente eléctrica extra que les permite rodar en modo completamente eléctrico entre 20 y 40 km, en función de la velocidad o la carga del acelerador. Para ello emplean una batería de iones de litio que además de suministrar energía al sistema híbrido aporta un almacenamiento extra, que se recarga en movimiento o mediante un enchufe a la corriente convencional.
21. Suspensión neumática.
El Macan es el único coche de su segmento que puede equipar la suspensión neumática. Este sistema, que también llevan Panamera y Cayenne, logra combinar el confort necesario para la utilización diaria con la dureza del uso deportivo o la polivalencia en el uso fuera del asfalto. Además de variar la dureza de amortiguación o su velocidad de trabajo, permite modificar la altura de la carrocería con respecto al suelo a gusto del conductor o en función de la velocidad; así a alta velocidad disminuye automáticamente 10 mm de la posición normal para bajar el centro de gravedad y en el campo puede alcanzar hasta 230 mm de altura máxima (180 mm es el mínimo).
22. Silentblocks activos.
Cada vez que un motor sube de vueltas, el giro del cigüeñal provoca un desplazamiento del motor, que tiende a girar con él. Este desplazamiento es variable en función del par y afecta a la estabilidad, puesto que es un peso alto cambiando de posición. Porsche sustituye los tradicionales tacos de goma por unos amortiguadores que varían su dureza y mantienen al motor estable en todo momento, con independencia de su régimen de giro, evitando que afecte a la estabilidad.
23. Climatización auxiliar.
En las versiones híbridas se puede controlar la temperatura del vehículo desde el propio móvil mediante la aplicación Porsche Car Connect. Esta curiosa función permite establecer la temperatura a la que nos queremos encontrar el coche remotamente aun con el motor apagado, ya se de calefacción o de aire acondicionado.
24. Porsche y la competición.
La competición siempre ha sido una de las áreas en las que Porsche se encontrado más cómoda. Fabrica coches deportivos utilizando conocimientos adquiridos en la competición, pero también aplica a la competición toda su tecnología orientada a las prestaciones o el consumo. Para ello el mejor escaparate está en el WEC, donde participa en la categoría LMP1 con su 919 Hybrid.
25. Horizonte electrónico.
El asistente de conducción Innodrive utiliza bases de datos de navegación ampliadas y el GPS para reconocer la orografía (subidas, pendientes, curvas, etc.) con anticipación. Basándose en esta información, el sistema puede reconocer algunos de los kilómetros que aún quedan por recorrer regulando de forma activa la interacción del acelerador, el cambio y los frenos para alcanzar una conducción fluida y eficiente.