La penetración del coche eléctrico se sitúa en el 0,9 por ciento del parque automovilístico en 2019. Esta cifra deja a España lejos de los 10 países donde mayor es la presencia del coche eléctrico. Países como Francia o Alemania nos duplican en cuanto a penetración de este tipo de vehículos en nuestro país, con un 2,1 y 2 por ciento, respectivamente.
Pese a ello, las cifras de automóviles movidos por energía eléctrica siguen siendo muy bajas en el resto de países europeos con mayor presencia (en Suecia el 8 por ciento de los coches son eléctricos) salvo en Noruega, donde el 49 por ciento de la flota total de vehículos las representan coches completamente eléctricos.
El precio de los automóviles y la falta de instalaciones de recarga, se calcula que para que éste sea competitivo se necesitan 3,3 puntos por cada 1.000 personas en edad motorizable y, de éstos, el 30 por ciento deben ser de carga rápida según el Barómetro de Electromovilidad impulsado por Anfac; son los principales obstáculos a superar si se quiere una verdadera penetración del automóvil eléctrico.
Puntos de recarga, ¿se podría sobrecargar la red?
Precisamente, la segunda gran pregunta es la que frena a muchos consumidores. Más allá de la cantidad de puntos e instalaciones de recarga públicas, o en lugares públicos, disponibles, hay otra gran duda: ¿podría sobrecargarse la red si todos tuviéramos un coche eléctrico?
La respuesta de Red Eléctrica Española (REE) es que no. Esta empresa controlada por el Estado se encarga de la gestión de la energía eléctrica en nuestro país y lleva la electricidad casi hasta el mismo usuario, siendo privado apenas el último trayecto hasta nuestro enchufe.
Miguel García-Puente, Director Técnico de Autopista, también hizo la misma pregunta que nos hemos hecho todos los consumidores alguna vez y la respuesta fue clara por parte de la REE: un aumento de 1 millón de vehículos eléctricos apenas supondría un aumento en la demanda de energía de un 2 por ciento, una cifra perfectamente asumible por las instalaciones españolas.
Para que nosotros mismos comprobemos cuál sería el aumento provocado por una generalización del automóvil eléctrico, en REE cuentan con un gráfico interactivo que nos permite simular el gasto energético español seleccionando el número de coches eléctricos del mercado, si estamos en invierno o verano e, incluso, si queremos comparar el consumo de un día laborable y uno festivo. Nosotros hemos simulado el gasto con un 10 por ciento del parque formado por coches eléctricos, lo que supondría más de 2 millones de vehículos de este tipo.
Horas valle, el gran aliado de los coches eléctricos
Pese a que las condiciones de nuestro país son propicias para la generación de energía eléctrica, con el uso de centrales nucleares y los grandes beneficios de vivir en un país donde abunda el agua, el viento y el sol, en REE tienen en cuenta otro importante factor a la hora de cargar nuestro coche: los hábitos de consumo.
Tal y como podemos ver en el gráfico interactivo anterior, los consumos de energía eléctrica se disparan en nuestro país durante la tarde y parte de la noche, pero decaen bruscamente de madrugada, cuando las oficinas están cerradas, la mayoría de luces apagadas y no se encienden aparatos que demandan gran energía como microondas u hornos.
Es de prever que la mayor parte de coches eléctricos se recarguen durante la noche, evitando las cargas rápidas, más nocivas para la conservación de las baterías, y con precios inferiores al resto del día. De esta manera, pasaríamos a utilizar una red de distribución que, ahora mismo, está infrautilizada, pues apenas transporta energía.
Precios que varían
La presencia de horas valle tiene una lectura positiva y otra que no lo es tanto. Ahora mismo, quien quiera ahorrar en la factura de la luz, lo mejor que puede hacer es programar una lavadora para que funcione durante la noche y tenderla a primera hora de la mañana, ya que como hemos dicho, los precios a esta hora son inferiores porque la demanda es mucho menor.
Sin embargo, si esta teoría se mantiene, una mayor demanda de electricidad durante la noche por parte del vehículo eléctrico también provocará un aumento en los precios de madrugada, por lo que habrá que comprobar hasta qué punto sigue compensando mantener nuestros hábitos de consumo.
Esto liga con otros problemas puntuales, como grandes picos de demanda de energía en momentos concretos. Si esto sucede, los precios de la luz se disparan, tal y como sucedió en la noche del pasado martes 7 de mayo y que está estudiando la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia.
Este día, un fallo en el mercado secundario, que apenas representa el 0,8 por ciento de la factura de la luz que pagan los usuarios, provocó que, entre las 20:00 y las 21:00 horas, el precio de la luz alcanzase el máximo permitido por la compañía: 9.999 euros/MWh.
Según REE este hecho tuvo lugar como motivo de una fatídica coincidencia, en el que se dieron cita un fallo en un generador térmico, el desvío de producción eólica programada (por la noche los molinos suelen estar apagados para no generar energía que no es consumida) y un adelanto de la entrada de la punta de consumo diaria, por lo que se necesitó una demanda de energía al mercado terciario, más caro y del que sólo nos aprovechamos cuando la energía aportada por este es realmente necesaria.
La protección del Estado
Este ejemplo también sirve para que seamos conscientes de que por mucho que suba la demanda, y con ella el precio de la luz, la disponibilidad de la misma sigue estando asegurada.
Esto es posible porque REE es una empresa estatal, la cual tiene el compromiso de entregar energía eléctrica siempre que ésta sea demandada, independientemente del lugar de dónde provenga esta, bien de nuestras propias instalaciones o compradas a países extranjeros porque nuestra demanda es superior a la esperada.
Con REE el usuario tiene asegurada la disponibilidad de energía eléctrica (hasta el máximo contratado con la compañía privada) en todo momento. Esto no sucede en otros países, como Estados Unidos, donde la gestión es privada y en ocasiones, como podemos leer en este artículo de algunos años atrás, se ha temido que pudieran producirse algunos apagones producidos por sobrecarga de la red.
En MIT Technology Review explican que en 2013 algunas zonas de Estados Unidos tenían serios problemas para distribuir la energía eléctrica y hacérsela llegar al usuario final, ya que el crecimiento del vehículo eléctrico estaba siendo exponencial y la red no estaba preparada para su distribución, especialmente porque dicha demanda era requerida en puntos muy concretos, como Silicon Valley, donde la alta renta de los vecinos permitía la adquisición de este tipo de automóviles y, por tanto, un crecimiento demasiado rápido de la infraestructura necesaria para su mantenimiento.
Este tipo de noticias puede ser uno de los detonantes de que los polenciales compradores puedan creer que el consumo de energía eléctrica puede estar comprometido si la compra de coches eléctricos se dispara en los próximos años.
