Fórmula 1: Fernando Alonso siempre ha sido diferente al resto

Fernando Alonso no se va a ir derrotado de la Fórmula 1 por esa mezcla de mecánica japonesa y británica, que a otro le hubiera hecho arrojar la toalla.

José M. Rubio

Fórmula 1: Fernando Alonso siempre ha sido diferente al resto
Fórmula 1: Fernando Alonso siempre ha sido diferente al resto

“En el hotel había más aficionados esperándome que aquí en el circuito”, comentaba Fernando Alonso en el Shanghai International Circuit cuando se dirigía a la zona de firma de autógrafos, mientras saludaba sonriente. Incluso en el aeropuerto, a su llegada había muchos aficionados con su banderas para recibirle. Esas cosas le sacan su mejor sonrisa, incluso a su compañero Stoffel Vandoorne, que le seguía de cerca. Le hacía bromas con el tema y el belga caminaba riendo abiertamente a la estela del español.

En la zona de firma de autógrafos, Fernando Alonso chocaba las manos de los aficionados, firmaba en cartones, réplicas de cascos, fotos... Había de todo, hasta dos “monos” de su primera época en Renault y otro de McLaren, de los que pasó de largo, consciente de que mañana estarán en "ebay" a un precio astronómico.

Alonso no ha perdido su carácter, ese que le ha hecho tener incondicionales y detractores. No deja indiferente a nadie, es blanco o negro y así lo entienden los aficionados. Con el paso del tiempo se ha convertido en un “animal” de la F1, de la cual seguramente que no podrá prescindir en bastante tiempo, lo mismo que la F1 tampoco puede prescindir en estos tiempos que corren, de pilotos que digan lo que piensan, y de carácter.

A lo largo de su carrera, ha aprovechado las ruedas de prensa para enviar los “mensajes a navegantes”, y le ha ido bien. En esta fase de su  carrera sabe controlar los tiempos y medir el alcance de lo que quiere decir con maestría. A veces hasta que las cosas no se ven en titulares, no alcanzan la dimensión que necesitan, y Alonso hoy jueves en el circuito de Shanghai, quiso dejar claro que todas esas tonterías sobre su salida de McLaren a media temporada, esos cambios de rumbo dando bandazos en medio de una temporada, no van con él. No se va a ningún sitio, ya que su espacio natural es el paddock de la F1, y no el de otras especialidades, menores para él.

Fernando Alonso inició su carrera deportiva pensando en la F1, llegó, vio, venció, con Schumacher en pista, como recordó hoy jueves en Shanghái, y no se va a ir derrotado por esa mezcla de mecánica japonesa y británica, que a otro le hubiera hecho arrojar la toalla.

Alonso, once años después de haber logrado su segundo título, sigue siendo considerado como el mejor o el segundo mejor piloto de la parrilla, y eso tiene mucho mérito. Si es considerado así, habrá puertas que se le van a abrir de par en par a partir de mediados de este año. Seguro que tendrá en su mesa propuestas atractivas y por eso no se va a ningún otro paddock. Está en su mejor momento, como se encargó de dejar claro, los patrocinadores quieren asociar su imagen a la de Fernando, las marcas saben que tiene un tirón mediático mundial, y sobre todo bien dirigido, y el escaparate de la F1 sigue siendo el mejor.

Renault está con la fundación Fernando Alonso con los Zoe eléctricos, Adidas entra por la puerta grande a la F1 con él, sus nuevas gafas marca Kimoa seguro que comenzarán a causar sensación en las redes, donde se comercializarán. Hasta en su época de Ferrari, Alonso tenía su propia tienda en Suzuka, donde no había nada rojo, todo era azul y con símbolos japoneses.

Fernando siempre ha sido diferente al resto. Ha sido el único deportista capaz de tener a tres bancos unidos a su imagen al mismo tiempo, y esa habilidad la despliega también en el paddock, donde marca el paso de muchas cosas que giran en torno a él y esto le divierte, le llena, le satisface, a pesar de que tiene un “cacharro” que habría desesperado a cualquiera. ¿Dónde va a estar mejor que haciendo lo que le gusta?  Si Honda no dice adiós, es porque tiene a Alonso, y ese fracaso no se lo pueden permitir. Si Fernando toma otro rumbo dentro de la F1, nadie asegura que los japoneses no arrojen la toalla. Honda solo ha tenido dos pilotos preferidos en los últimos treinta años: Senna y Alonso, y el desastre al que han abocado al español, es una losa que no quieren tener que llevar siempre.