Tanto Sébastien Ogier como Volkswagen ya saben lo que es vivir juntos rallyes complicados por el trazado, rallyes sobrados por su superioridad y rallyes donde los problemas inesperados complican la existencia hasta el final. De éstos últimos fue el rallye de Portugal, donde una victoria más que segura el sábado pasó a ser una victoria más que incierta en mitad de la mañana de la última etapa.
Sobre el papel, esta última jornada del rallye tenía un interés ciertamente limitado, ya que con Ogier y Latvala destacados en cabeza, pocos cambios se podían esperar de la mano de Mikko Hirvonen, cuyo déficit con Ogier superaba ya el minuto y el medio minuto con Latvala. Pero el tramo que abría la jornada, Silves-1 (21,52 km), traía consigo un nuevo sobresalto. Esta vez eran los pilotos de Volkswagen, para sorpresa general, los que hacían saltar las alarmas. Primero era Ogier quien llamaba a la asistencia. Nada más ponerse el Hans y el casco y ajustarse el arnés, el galo comenzaba a calentar los neumáticos del Polo, zigzagueando de camino al control horario previo al tramo, a 3 minutos de fichar. Y en el escaso km que se había guardado para ese calentamiento, ya se percataba de que su Polo WRC tenía un funcionamiento anómalo. Al acelerar se comportaba raro, como si el embrague quisiera comenzar a patinar…
Sobresaltado se presentaba en la salida y arrancaba a la especial, sin tiempo para chequear prácticamente nada, y no tardaba en comprobar que, efectivamente, un importante porcentaje de la fuerza del motor se “fugaba” por algún “recoveco” que podía ser o bien el embrague o bien el sistema que desacopla el diferencial trasero cuando se tira del freno de mano, un mecanismo casi idéntico al del embrague. El ingeniero jefe de su coche le había dicho antes de arrancar por teléfono que cabía la posibilidad de que con el aumento de la temperatura, la dilatación ayudaría a que el embrague empezara a “morder” un poco más, cosa que en la práctica ocurrió. Ello permitió que Ogier perdiera únicamente 35,7 segundos al final de la especial lo que le hacía mantenerse líder, pero ahora con solo 37,9 segundos sobre un Mikko Hirvonen que firmaba el segundo mejor registro en la especial, por detrás de Mads Ostberg.
Por si los problemas de Ogier fueran poco, en Volkswagen cundía el pánico cuando era Latvala quien daba señales de vida, esta vez en plena disputa del tramo. Al poco de tomar la salida, en la tercera curva, el finlandés notaba raro el coche de delante, como si la tracción de ese tren funcionara de manera intermitente. “Poco después, el diferencial delantero, básicamente, explotó”, afirmaría el finlandés en la asistencia siguiente. Latvala completaba los 21,52 km de ese tramo únicamente con la tracción posterior, lo que le hacía perder 3’03” y, de paso, la segunda plaza a manos de Hirvonen. Eso era ya suficientemente malo, aunque quedaba por ver si su coche aguantaría la siguiente especial, Almodóvar, cuyos 52,3 km se aventuraban temibles.
Por su parte, Dani Sordo era sexto en ese tramo, bastante perjudicado por salir segundo en el orden de partida pero sobre todo ya sin nada más que “rascar” que intentar aportar algún punto a Citroën para Marcas y ver si podía sumar él alguno en el “Power Stage”, la última especial del día.
Había cierto morbo por ver si el coche de Ogier volvería a dar señales de debilidad en la primera pasada por Almodóvar, pero, aunque no estaba al cien por cien, su funcionamiento fue mucho mejor. El galo lo mimó como si la vida le fuera en ello y, pese a todo, solo se dejó 16,8 segundos con respecto al scratch de Ostberg. Mikko Hirvonen, que había incluido en su dotación de neumáticos algunas cubiertas duras del día anterior, para reservar las nuevas para el último bucle, llegaba con ellas muy degradadas a la meta y perdía 12” con Ogier, que pese a los problemas mecánicos parecía “escapársele vivo”.
A Latvala le iba mucho peor. Con solo tracción trasera y con el ciudado que debía poner a su conducción para no deteriorar más el coche, pedía 3’03” de una tacada, quedándose a 41” de verse superado también por Novikov, cuarto provisional. Latvala había hecho el tramo anterior con dos cubiertas nuevas duras y dos usadas, duras también. Como se había guardado otras dos duras para el tramo largo, las puso en el tren trasero, el único con tracción, y las duras usadas delante, de manera que en la meta del tramo, las posteriores tampoco habían sufrido tanto, pese a tener que soportar toda la carga de la potencia del coche.
Sordo era cuarto, asistiendo a lo que acontecía en cabeza desde una distante 19ª plaza y aún más decepcionado por el percance del día anterior, ya que de no haberse producido tal vez estaría camino a una victoria ya sin agobios…
Tras la asistencia de mitad de etapa, donde los dos VW Polo eran reparados y quedaban en perfecto estado de revista, la segunda padada por Silves quedaba con Ostberg, Latvala, Hirvonen y Ogier metidos en 5,1 segundos y por ese orden, mientras que Sordo, con menos aún que arriesgar, firmaba el noveno tiempo.
Había que reservarse para el Power Stage, donde sí había más en juego y donde Ogier volvía a demostrar quién es el piloto más en forma del momento, llevándose los 3 puntos extra. El galo se imponía con 3,3 segundos de ventaja sobre un Ostberg que demostró que hubiera luchado por el podio, de no salirse el viernes, pero que al menos sumaba dos puntos. Latvala se llevó el tercer puesto y el último punto en disputa, dejando a Hirvonen, de nuevo, con la miel en los labios. Dani Sordo era quinto en esa especial que cerraba el rallye.
Con todo, Ogier, Hirvonen y Latvala configuraban un podio donde hubieran podido estar Ostberg y Sordo y donde podía haber habido un doblete de Volkswagen. En suma, Un Rallye de Portugal lleno de emoción y alternancia donde en pocos momentos bajó la intensidad y el interés. Próxima parada, Argentina (1-4 de mayo).
Clasificación final:
1º S. Ogier-J. Ingrassia (Volkswagen Polo WRC), 4:07:38.7. 2º M. Hirvonen-J. Lehtinen (Citroën DS3 WRC), a 58.2. 3º J.M. Latvala-M. Anttila (Volkswagen Polo WRC), a 4:04.5. 4º Evgeny Novikov-Ilka Minor (Ford Fiesta WRC), a 5:27.7. 5º Nasser Al-Attiyah-Giovanni Bernacchini (Ford Fiesta WRC), a 7:43.5.