Tras dos jornadas de implacable dominio por parte de Sébastien Ogier, pocos cambios trajo consigo la última etapa del Rallye de Australia, de la que el piloto francés de Volkswagen salió victorioso, aunque no Campeón del Mundo. Solo un percance o avería podía apartarle de su sueño, ya que arrancó la jornada con 45.9 segundos de ventaja sobre el finlandés Mikko Hirvonen. Y en un último tramo lleno de sorpresas entre los pilotos de cabeza, Ogier, que cumplía y sumaba 3 puntos, veía cómo Thierry Neuville se aupaba al segundo puesto de la especial y también del rallye, ya que un percance donde Hirvonen dañaba la parte trasera de su coche le hacía caer al tercer puesto final.
Hirvonen marcaba el mejor tiempo en el tramo que abría la jornada (Bucca-1, 10,89 km), donde Ogier se quedaba a una décima de conseguir su séptima victoria parcial consecutiva, situándose tras el finlandés. Con la única emoción de la lucha por la quinta plaza entre los noruegos Mikkelsen y Ostberg (partían separados por 2.6 segundos), Latvala firmaba la tercera plaza, por delante de Ostberg, que adelantaba a su compatriota aquí y se situaba 3 décimas por delante en la general.
Pese a la abultada ventaja de la que disfrutaba en cabeza, Ogier no dejaba pasar la oportunidad para ganar un nuevo tramo y lo hacía en Wedding Bells-1 (22.24 km), segunda especial del día. El francés relegaba a Neuville al segundo puesto ( 1.4), con Latvala e Hirvonen detrás, confesando ambos dar por buenas su segundo y cuarto puestos, buenos en el certamen de Marcas, pero sobre todo imposibles de mejorarse… Ostberg volvía a batir a Mikkelsen, esta vez por 14.1 segundos, lo que hacía que se situara 14.4 en la acumulada, con el piloto de Volkswagen apuntando que luchar por el quinto puesto tampoco era su objetivo prioritario…
La sección matinal se cerraba con el tramo cronometrado más largo de la jornada (Shipmans-1, 29,44 km), que en su segunda pasada sería la llamada Power Stage. Ogier se imponía otra vez, con 2.3 segundos sobre Latvala y 2.7 sobre Hirvonen. Ostberg volvía a ganar a Mikkelsen en el pulso particular de ambos, despegándose ya a 18.3 y alejando bastante las posibilidades del de VW de alcanzarle.
Sébastien Ogier, cómo no, estrenaba la segunda vuelta por los tramos con victoria. El galo argumentaba que esa era la mejor manera de mantenerse concentrado y completaba la especial 2 décimas de segundo más rápido que su compañero Latvala, contento por la solución encontrada por Fabrice, su ingeniero, para adaptar el Polo WRC un poco más a sus preferencias. Hirvonen firmaba el tercer puesto en un tramo donde lo único que se apartaba de la normalidad era el pinchazo de Mads Ostberg, que hacía que el noruego perdiera 16.9 segundos respecto al scratch y 9.4 con Mikkelsen, que se volvía a acercar en la general a 8.9 segundos.
Ogier, a lo suyo, ganaba también en Wedding Bells-2, lo que le servía para franquear la frontera del minuto de ventaja sobre un Mikko Hirvonen que en esta ocasión era quinto, tal vez pensando en reservar sus gomas para el Power Stage, que cerraba el bucle con sus 29,44 km. Latvala, Neuville y Novikov finalizaban justo delante de Hirvonen, mientras que Ostberg y Mikkelsen terminaban detrás, separados por 2 segundos.
El acto final de la carrera, Shipmans-2 tenía como desenlace la ansiada victoria de Ogier y los 3 puntos extra, aunque la verdadera “carnicería” que se producía por detrás alteraba todo. Mikko Hirvonen rompía la suspensión trasera de su DS3 WRC hacia la mitad del tramo, lo que le retrasaba mucho y le hacía perder el segundo puesto. Lo heredaba Neuville, que además era segundo en la especial, lo que automáticamente dejaba sin celebración a Ogier, por solo un punto. Latvala llegaba pinchado y Kris Meeke con la suspensión de su Citroën de nuevo inservible, redondeando un funesto fin de semana para Citroën.
Con el título matemáticamente aún no dedicido, el Campeonato del Mundo de Rallyes tendrá en Francia su siguiente parada (3-6 de octubre). Visto desde el lado positivo para los intereses de Ogier, en su país, tendrá una oportunidad aún más clara de alcanzar su gesta ante sus paisanos y también la última ocasión en su carrera de batirse con el piloto que figura en lo más alto de las estadísticas de la historia del certamen, Sébastien Loeb, que protagonizará su última salida a un rallye del WRC como piloto oficial de una marca. Dani Sordo volverá a escena con Citroën en una carrera donde también se espera mucho de él, tras ganar en Alemania, y donde seguramente volverá a tener en los dos galos y en el belga Neuville rivales ciertamente difíciles de batir.
Clasificación Final:
1º S. Ogier-J. Ingrassia (Volkswagen Polo WRC), 3:19:55.0
2º T. Neuville-N. Gilsoul (Ford Fiesta WRC), 1:32.1
3º M. Hirvonen-J. Lehtinen (Citroën DS3 WRC), 2:02.1
4º J.M. Latvala-M. Anttila (Volkswagen Polo WRC), 2:57.4
5º M. Ostberg-A. Andersson (Ford Fiesta WRC), 3:17.2