Las prisas nunca fueron buenas, lo cual quedó una vez más demostrado en el pasado GP de Hungría. Los mecánicos de Renault permitieron salir a pista a Fernando Alonso aún sabiendo que el neumático delantero derecho del R29 no estaba bien fijado. El resultado fue que media vuelta después el monoplaza del español perdió ese neumático con el riesgo que ello supone. La FIA actuó y sancionó de manera durísima al equipo francés. Una carrera de suspensión. Es evidente que sanción tiene que haber. Renault puso en riesgo la salud de todos los presentes en el circuito, desde el propio Alonso hasta los espectadores que presenciaban la carrera desde las tribunas. Pero la exclusión del equipo puede tener una serie de consecuencias, económicas principalmente, para la propia competición, máxime si tenemos en cuenta que la carrera de suspensión ha de cumplirse en Valencia. Y además la sanción debería ir dirigida al equipo, pero sin afectar a los pilotos, los cuales no tienen culpa alguna.Podríamos pensar que la presencia de los camiones de Renault en Valencia desde hace unos días significa que la FIA va a revocar su decisión, pero no tiene que ser necesariamente así. Si nos trasladamos al GP de España de 2005 vivimos una situación similar con B.A.R. Honda. En la carrera anterior, el GP de San Marino, se descubrió que el coche de Jenson Button (tercer clasificado por detrás de Alonso y Schumacher) llevaba un segundo depósito de gasolina que era utilizado como lastre. Durante la carrera la gasolina de ese depósito también era utilizada, con lo que el peso mínimo del monoplaza llegaba a ser ilegal en determinados momentos (una vez vaciados ambos depósitos, el monoplaza de Button pesaba 594,5 kg, cuando por reglamento han de llegar a los 605 kg como mínimo). La sanción que les aplicó la FIA fue de dos carreras sin correr. Apelaron, y como sucede ahora, la decisión final se tomaría poco antes de la siguiente carrera. B.A.R. trasladó todo su material a Montmeló, pero el mismo viernes del GP tuvieron que marcharse por donde habían venido. La principal diferencia con el caso de Renault es que B.A.R. hizo trampas deliberadamente, mientras que lo de Renault se trata de un error humano grave, pero sin mala fe.Más cercano y grave es el siguiente caso. Nos remontamos al 2007 con el caso de espionaje de McLaren a Ferrari. Con el reglamento en la mano, McLaren debería haber sido excluído inmediatamente de ese mundial y vetado en el próximo. Sin embargo, esa sanción castigaba a los pilotos (los cuales no tenían culpa alguna, como sucede con Renault hoy en día) y suponía un mazazo económico para la F1, teniendo en cuenta que el campeonato estaba al rojo vivo. La no presencia de Alonso en Valencia, aunque a menor escala, también supondría una merma en los ingresos del GP. Y ya se sabe que con Bernie Ecclestone y su dinero no se juega. En 2007 la sanción que debería haber sufrido McLaren fue sustituida por una multa de 100 millones de dólares y la retirada de todos los puntos del mundial de constructores.Desde Autosport.es creemos que imperará el sentido común y que el próximo lunes podremos anunciar que Renault correrá el GP de Europa de F1, pero no sin librarse de una sanción. Aunque a menor escala, lo normal es que suceda como con McLaren en 2007 y se les imponga una sanción económica, además de alguna penalización en el mundial de constructores si procede y un aviso para que no vuelva a suceder algo parecido en las siguientes carreras. Lo contrario sería una sorpresa, ya que sería equiparar un comportamiento fraudulento (B.A.R. en 2005) con un error humano peligroso, pero un error humano al fin y al cabo.
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