Sin gato

Aunque es un elemento que no suele salir del vehículo, en alguna ocasión podemos olvidar el gato –o bien, aunque lo llevemos, puede que no sepamos cómo usarlo o que no funcione-. En esta situación, basta con buscar una zanja (puede ser la propia cuneta de la carretera o el camino) y forzar un cruce de puentes para que la rueda pinchada quede en el aire -antes debemos aflojar las tuercas-. Así podremos cambiarla con facilidad y seguridad.