Un vuelo a Tokio para asistir a su salón del automóvil da para mucho. Desde conseguir una invitación de la responsable de prensa de Honda a ver sus nuevas instalaciones (integradas en la fábrica de motocicletas de Barcelona) hasta lanzarnos ella misma un reto de "a ver si os buscáis algún tipo de récord con el Honda Civic, como ese que habéis publicado con el eléctrico de Renault". Se refería al de autonomía de un eléctrico con el Renault Zoe. Sin pretender batir esta vez ningún récord mundial, sí le tomamos la palabra. Así que nos fuimos primero a nuestra pista habitual de pruebas (en el INTA) para estudiar antes los consumos reales del Honda Civic 1.6 i-DTEC de 120 CV a velocidad constante: 5 l/100 km clavados a 120 km/h.
La pista peraltada del INTA tiene ondulaciones (mover el coche hacia arriba y hacia abajo no es gratis, roba energía), la dirección girada roba energía y el anillo es un "plato" inclinado, con ligera subida y ligera bajada, de nuevo es una energía, la de remontar, que nunca se recupera del todo, aunque la bajada sea más sencilla. Con 625 kilómetros para cada trayecto (unos 1.250 km totales) más unos mínimos flecos para buscar dónde cenar y dónde hacer las fotos... podíamos olvidarnos de ir a 120 km/h de crucero para conseguir el objetivo. Por suerte, el mínimo de los mínimos, 75 km/h de velocidad constante, se resolvía con décimas arriba o abajo de 3 l/100 km, tanto en 5ª como en 6ª velocidad, así que para llegar a nuestros 4 litros podríamos ir incluso a 100 km/h de crucero, orografía aparte.... que no está tampoco tan mal. El fotógrafo ya está advertido de un viaje más largo de lo normal y con incertidumbres.
Madrid-Bacelona, empieza el viaje
Llega el momento de prepararnos. Somos los primeros en la gasolinera para repostar con el motor bien caliente y limar esos minutos iniciales que destrozan cualquier consumo real. Pero nos dará igual: contra pronóstico, una ola de lluvia y frío hace coger a todo el mundo el coche y nos tragamos tres cuartos de hora de atasco. Tanto en frío, como en atasco, los consumos se multiplican por 2 (y más), así que evitarlos es clave para aproximarnos todo lo posible a los consumos homologados. De momento se nos ha disparado… y eso para empezar.
Todo el viaje de ida a Barcelona lo pasamos intentando intuir qué ritmo adoptar para compensar que Madrid no acaba en realidad hasta bien pasado Guadalajara, a juzgar por la densidad del tráfico... El Honda Civic tiene menús informativos para todo que, aunque requieren un tiempo de práctica, resultan interesantes ayudas para este tipo de conducción económica. Cuatro rayas en la pantalla significa que vas entre 2,5 y 3,5 l/100 km (¿quién dijo que lo digital es preciso?), así que esas rayitas "nos invitan" a quedarnos a un ritmo de 95 km/h para llegar a nuestro objetivo: unos 3,8 l/100km según nuestras mediciones previas, pero eso sería olvidarse del relieve.
De lo que sí hay que olvidarse en este Honda Civic 1.6 i-DTEC es del control de crucero. Como en todos si lo que quieres es realizar un reto como el nuestro. Él acelera sin dudar en las subidas y a nosotros no nos importa bajar ligeramente de velocidad en los repechos, que recuperaremos con creces en las bajadas. Aquí, olvídate del 0,0 l/100 km y de retener, se trata de consumir poco, pero no de desaprovechar la inercia. Se mejora mucho la media aprovechándola y, con una punta de gas, gastas menos de dos litros a los cien bajando.
Escoger esa velocidad constante de 95 km/h tampoco es casual, vamos más deprisa que los camiones y no molestaremos a un autobús si llegase a alcanzarnos. Rápidamente nos damos cuenta de que conviene fiarse de las indicaciones de colores que hay junto al velocímetro y de que podemos pisar el acelerador en las subidas mientras sigan las luces en verde, perdiendo algo de velocidad, con tensos micro ajustes en el acelerador para que no cambien a color azul mientras clavas la vista en el retrovisor: compruebas que es exactamente lo que hace el camión que acabas de rebasar, que también cede velocidad en la misma proporción. No es que no tengan potencia para subir (están igual de poderosos que nosotros), pero verían 90 l/100km en sus indicadores instantáneos… y eso acaba doliendo en sus balances. El truco no serviría con los autobuses si fuéramos a 100 km/h reales, que ellos van contra el cronómetro, como solemos ir con el coche, con más libertad en lo que se gasta.
Veníamos aleccionados por nuestro colega Iñaki Nuñez, periodista de Transporte Mundial, sobre la dureza de este recorrido. Hacia Barcelona es bajada y "lo llevaréis bien, pero la vuelta la sufriréis...", por eso el objetivo no era ver 3,7 l/100 km de media, sino en realidad bajarlo todo lo posible antes de dar la vuelta ya en Barcelona. ¿Cuánto? Pues a juzgar por el mapa del viento que teníamos pronosticado... todo lo cerca de tres litros que pudiéramos. Y es muy poco. Acabamos así el viaje de ida con 80 km/h de velocidad media: la necesaria para rodar ligeramente por encima de los 3,1 l/100 km de consumo real… gastando algo menos de medio depósito. Íbamos sin prisa, pero no necesariamente sin nervios.
Barcelona-Madrid, la vuelta
Nada en comparación con la lucha contra el viento del día siguiente. ¿Alguna vez te has quedado con el motor en modo fallo? Es la misma impotencia que sientes cuando chocas contra el aire, que te mueve el coche y te impide conducir con finura. Íbamos con presiones de carga, para disminuir resistencia a la rodadura -casi inapreciable, esas tres décimas de más-, pero no conozco consejos contra el viento, salvo "taparnos" con un camión si rueda a tu ritmo… que no era el caso. Ir remontando los 600 metros de la meseta con viento de frente hace sudar: llegamos a ver en esos momentos 7 l/100km de media rodando a 85 km/h durante muchos kilómetros.
Con todas estas condiciones, de poco debió servir no forzar trayectorias con el volante, dejando al coche "elegir" dónde colocarse en el carril, que es donde menos energía emplea y no obliga a trabajar a la servo. Pero, aun así y con todos los inconvenientes, los cálculos no nos fallaron: llegamos. Lentos, respetando las paradas que nos pedía la naturaleza (ya puestos), pero aún con combustible sobrante en el depósito. ¿No dicen que deberíamos llevar una vida "slow"? El registro final fue de 3,7 l/100 km de media: un gran dato para un compacto que, ciertamente, gasta muy poco. La conclusión final es que un viaje siempre tiene imprevistos. Si con 6 l/100km podrías ir a 140 km/h en este sorprendente Honda Civic, con viento en contra sudas para bajar de 4. ¿Lo mejor? Que es posible ¡y a veces incluso adelantando!