Mazda es una marca un tanto diferente a la hora de plantear sus productos. Su método de trabajo está basado en una filosofía común, denominado por la propia marca como SKYACTIV. Cuando en la casa sacan un nuevo modelo, lo plantean en función de la generación tecnológica en la que se encuentra. Ahora, la marca está inmersa en el final de lo que ellos denominan la sexta generación de producto, que corresponde a la tecnología SKYACTIV I. Esta concentración tecnológica tiene prevista su renovación plena en 2018 con el futuro Mazda 3, que será modelo encargado de estrenar la Skyactiv II. Mientras tanto su gama tiene que seguir actualizándose para estar al día de lo que se estila en el mercado.
El SUV Mazda CX-5 está presente desde 2012 y ha cosechado un importante éxito de ventas, que ha llevado a la marca a crecer muchos enteros a nivel mundial, pero especialmente en el mercado europeo. Tuvo una importante actualización en 2015, en la que se trabajó principalmente en modernizar su equipamiento e interior. Teniendo en cuenta que un mismo modelo suele durar unos seis años a la venta, con actualización a mitad de vida, el Mazda CX-5 debería renovarse por completo en 2018. Sin embargo, en Mazda han optado por aplicar ahora en él algunas píldoras de lo que será el Skyactiv II y, manteniendo su estructura, modernizarlo en profundidad para que pueda aguantar hasta el cambio generacional, ya basado en el Skyactiv II, que no ha de llegar antes de 2018 o 2019.
Así, el nuevo Mazda CX-5 2017 evoluciona mucho más de lo que te puedes esperar de una actualización. El chasis tiene un 55 por ciento de elementos que han sido sustituidos o modificados. El coche básicamente es el mismo, con idéntica batalla y sólo 10 milímetros más de longitud. Sin embargo, se ha retrasado el pilar A en 35 mm y alargado el capó 100 mm. También es 35 mm más bajo y sus vías se han ensanchado ligeramente. La estética es más agresiva, con el nuevo estilo de diseño de la marca. Los faros son de tipo led, lo que ha permitido reducir su tamaño y “afilar” el frontal, que ahora da más protagonismo a la parrilla con el enorme logo de Mazda. Cambian los pliegues laterales y la trasera también reduce el tamaño de las ópticas. El resultado es una apariencia mucho más deportiva y dinámica, que transmite sensación de ser más pequeño y compacto que antes. En Mazda hablan de mejoras aerodinámicas, reduciendo el CX en un 6 por ciento e incorporando una parrilla de aire activa en el motor de gasolina de 2 litros. Hay un nuevo color rojo, denominado Soul Red Cristal, con más brillo y profundidad y nuevo diseño de llantas. El parabrisas reduce su grosor y los limpiaparabrisas quedan ahora ocultos bajo el capó cuando no están en uso.
En el chasis del nuevo Mazda CX-5 2017 se han cambiado los amortiguadores delanteros. Los nuevos mantienen dureza pero aumentan el diámetro interno e incluyen un segundo muelle de distinta rigidez para filtrar las irregularidades en rebote. El amortiguador derecho y el izquierdo tienen ahora distinta referencia, ya que adaptan la dirección de la espiral y las especificaciones de dureza en función del lado en el que vayan montados. Se han modificado los silentblocks y distintas conexiones de la suspensión con el chasis y hay detalles curiosos, como que la dirección está anclada directamente sin elementos elásticos de ningún tipo para ofrecer respuesta y tacto más directo y preciso. Para compensar las posibles vibraciones, los brazos inferiores de la suspensión delantera añaden ahora casquillos hidráulicos. Los pilares A y B reciben aceros un 3 por ciento más rígidos; en conjunto se habla de un aumento de la rigidez de la carrocería de un 15 por ciento. Todo el trabajo ha ido enfocado a reducir el ruido, las vibraciones y generar una sensación de vehículo premium, además de mejorar la seguridad y las aptitudes dinámicas.
El Mazda CX-5 2017 incorpora en su control de estabilidad el sistema G-Vectoring Control -de desarrollo propio-, un dispositivo del control de estabilidad que trabaja sobre el par del motor, la dirección y los frenos para actuar sobre la rueda que lo precise. En el parabrisas delantero ahora hay una cámara que trabaja en colaboración con el radar de microondas. Gracias a ello ahora el control de crucero dispone de las funciones “Follow&Stop” y “Stop&Go”, es decir, que cuando está activo puede detener al CX-5 si el coche que nos precede se detiene, para luego volver a reemprender la marcha sin necesidad de intervención del conductor, ideal para los atascos.
El nuevo Mazda CX-5 2017 mantiene la gama actual de motores en su última evolución, estrenada ya en el Mazda 6. Así cuenta con el gasolina 2.0 SKYACTIV-G (de 165 CV y 160 CV en las versiones AWD) y el Diesel 2.2 SKYACTIV-D (con 150 CV y 175 CV), con idénticas potencias. Las cajas de cambios son las manuales y automáticas de 6 velocidades y está disponible con tracción delantera o total. Esta última incorpora rodamientos de bolas, con los que aseguran reducir la fricción en un 30 por ciento, que se traduce en una bajada del consumo en un 2 por ciento. A partir del verano estrenará el motor de gasolina 2.5 SKYACTIV-G, que cuenta con un sistema de desactivación de cilindros.
El interior del Mazda CX-5 2017 incorpora también novedades. El volante es de nuevo diseño y ahora dispone de dos tipos de Head Up Display; uno, el básico, proyecta la información en una pequeña pantalla que se pliega automáticamente. El segundo realiza la proyección sobre el propio parabrisas, con buena calidad y de imagen y definición. El portón trasero ahora es de accionamiento eléctrico, pudiendo manipularse desde el mando de la llave. La calidad de materiales y ajustes han sido revisados y han trabajado en mejorar el aislamiento acústico. La pantalla central es de 7 pulgadas y hay dos conexiones USB en el reposabrazos trasero. El maletero tiene un panel inferior 9 mm más fino y se ha rediseñado el hueco, con lo que el espacio de carga crece hasta los 506 litros, según datos oficiales. La consola central está más alta, acercando la palanca de cambios al conductor 40 mm más al conductor (60 mm la automática). Todos los guarnecidos tienen nuevo diseño, así como los asientos de todas las plazas.
El resultado de todas las evoluciones me ha parecido más que satisfactorio. Se aprecia el trabajo hecho para filtrar la rodadura. Dinámicamente es mejor coche que antes y eso que el nivel del Mazda CX-5 ya era alto. Las unidades que pude conducir eran todas pre-serie y, con todo, los ajustes eran impecables y no detecté problema alguno. Me ha gustado mucho la calidad de la suspensión, que filtra bien las irregularidades a la vez que mejora el comportamiento dinámico, pero sobre todo la mejora del tacto de la dirección, mucho más precisa y obediente que antes. Con esta actualización podrá soportar la llegada de nuevos rivales sin problema. No hay prevista la llegada de una versión híbrida basada en esta generación, que ha de estar en Mazda a partir de 2020 (están trabajando junto con Toyota). Todavía no hay precios para España pero me aseguraron que no serían muy diferentes de los actuales. El Mazda CX-5 2017 se pondrá a la venta en junio.